Dolce amore

Capítulo 11

-En el emocional, le rebanaste el cuello a un hombre- ladea la cabeza- cuando se supone, que no eres ni capaz de matar una mosca-

-No tengo traumas, tampoco culpas por lo que hice- cierro los ojos un momento- lo disfruté-

-¿El qué?-

-El derramar y oler la sangre- respondo tranquilamente- también, disfruté en destrozarle la cara a la zorra pelirroja-

-Seré honesta-

La miro arqueando una ceja, en forma de burla.

-¿No lo eres ya?-

-Bueno, en parte es cierto- asiente- pero me refiero, a que, todos pensábamos que no llegarás muy lejos con la cuestión de la mafia-

-Eso ya lo sé- me encojo en hombros- siempre lo he sabido, no voy a negar que cuando vi, como mi esposo mataba a alguien frente a mí, fue algo impactante- niego- poco después se sintió lo más natural del mundo, ¿eso está mal?-

-Para nada, al contrario- me responde- mal sería, que tuvieras pena por ellos-

-Como dice Rea- digo recordando sus palabras- es su vida o la mía, honestamente, se lo merecían-

-Concuerdo contigo-

Estoy a punto de responder, cuando otro grito resuena por la casa.

-¡Katherine Becker, juro que cuando logre ponerme de pie, te mataré!-

Miro a la castaña, que solamente se encoje en hombros.

-¿Qué le hiciste?- pregunto- antes de que me digas nada, te conozco, te faltan más cables a ti que a mí-

-Antes de que me digas algo, te hice un favor- sonríe, como si no rompiera un plato- digamos que a tu esposo, no le gusta mucho hacer reposo- asiento, sabiendo lo terco que puede llegar a ser Enzo- hablamos un rato, lo insulté. Me insultó. Lo golpee. Me golpeo con la almohada-

-Al grano- espeto.

-Bien- bufa y rueda los ojos- lo esposé a la cama, ¿contenta?-

Arqueo mis cejas en evidente sorpresa, para después partirme de la risa. Katherine me sigue riéndose también. Siento como varias lagrimas, salen de mis ojos por la risa.

-Bueno, tengo que reconocer, si no lo hacías tú, lo haría yo-

-Ve el lado bueno, puedes aprovechar para montarlo muy duro- mueve sus cejas de forma sugerente- cambiando de tema, ¿cómo te has sentido, con esto del matrimonio?-

-Es extraño, por no decir raro- reconozco- pero Enzo, no es mal hombre, medio idiota pero no es malo-

-Aunque el piense lo contrario- asiente- te ves radiante- la miro sin entender- hay un brillo en tu mirada, que no había visto desde que hablaste ebria en la boda de Vivianne-

Como si eso fuera un incentivo, un viejo recuerdo invade mi mente.

¿Ya viste esas nalgas de ensueño que tiene? No me molestaría darle una mordida o dos.

Sería una fantástica cuñada

Nuestros hijos serían hermosos

Es un dios griego, ¿Dónde estará su templo?

Para esperarlo en su cama o en su trono

-Oh, dios- exclamo sorprendida- dime que realmente no dije eso-

Ella asiente, mientras yo siento que me coloco roja como un tomate. Katherine, se ríe de mi estado.

-Eso y más, pero eso fue lo primordial- niega divertida- entonces, ¿desde cuándo caíste en su encantos?-