Calor (Parte I)

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Un suspiro salió de entre los labios de Claire como si hubiese estado esperando para hacerlo durante todo el día

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Un suspiro salió de entre los labios de Claire como si hubiese estado esperando para hacerlo durante todo el día. Después de todas las emociones y actividades de la jornada, al fin tenía un momento para descansar. Se encontraba en la sauna, con el pelo recogido en un sencillo moño y una toalla rodeando su cuerpo. Los párpados caían relajados sobre su rostro y, aunque el calor llenaba su cuerpo de superficiales gotas de sudor, al fin pudo sentirse a gusto y en paz.

Había participado en todas las actividades que marcaba el itinerario, las cuales habían sido interesantes y provechosas para la mayoría de sus trabajadores, pero para ella no fue igual. Más bien se convirtió en un suplicio estar allí. No veía el momento de volver a su apartamento para pasar ese deseado fin de semana junto a Evan, a quien ya echaba de menos.

Lo cierto era que, después del extraño e inesperado reencuentro con Josh, todo se había tornado tenso e incómodo para Claire. Él era el responsable de las actividades que se habían programado para su estancia y tuvo que verlo en varias ocasiones. A él tampoco es que se le viese demasiado cómodo, pues se le hacía complicado mirarla a los ojos. Estuvo bastante cabizbajo y pensativo.

El pasado que habían compartido impedía que actuasen con naturalidad. Sobretodo después de los comentarios de Lucy o de las preguntas de Bethany. La primera solo hacía que dedicarle malas miradas y la segunda, al haber notado la incomodidad entre ambos, tuvo curiosidad sobre su pasado común.

—Siento que hayas estado tan incómoda con el organizador —le había dicho esta una vez firmaron los documentos e iban de camino a reunirse con los demás—. Por cómo os habéis mirado al veros, os conocéis ¿no? Se notaba la tensión a quilómetros.

—Sí —confirmó Claire en un suspiro—. Es alguien de mi pasado, pero prefiero no hablar de ello.

—Lo entiendo, no te preocupes. Todas tenemos algún ex al que nunca queremos volver a ver —empatizó tratando de hacerla sentir mejor.

Al menos, pensó Claire, el día había llegado a su fin y a la mañana siguiente ya volverían hacia a Londres. No había sido como esperaba, pero iba a tratar de relajarse durante el rato que le quedaba antes de irse a dormir. Necesitaba tiempo para dedicárselo a ella misma, después de todo, y aquel lugar era perfecto para ello.

En realidad, nunca le habían gustado demasiado las saunas, pero era una buena forma de estar a solas, sin nadie a su alrededor que perturbase la paz mental que, prácticamente en vano, trataba de conseguir. No había sido capaz de dejar de pensar en las notas, la amenaza o en Josh durante toda la jornada, y eso la estaba afectando más de lo que habría esperado.

Su teléfono móvil sonó de pronto. No debería de haberlo llevado con ella, pues la alta temperatura podía dañar la batería, pero estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de ello. Abrió el mensaje, que era de un número desconocido, sin a penas pensar. El mundo se le paró cuando leyó lo que este contenía.

Siete vueltas al solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora