Gala (Parte I)

554 63 85
                                    

El vestidor de Claire estaba patas arriba y las voces de Lucy y de Maddie sonaban a través del altavoz del móvil, pues ambas estaban en videollamada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El vestidor de Claire estaba patas arriba y las voces de Lucy y de Maddie sonaban a través del altavoz del móvil, pues ambas estaban en videollamada. El hotel en el que se celebraba la gala quedaba en pleno centro de la ciudad y el coche que pasaría a recoger a Claire, en el que irían ella y Evan, debía dejarles en la entrada principal, donde estaría la alfombra roja y el photocall que había reservado para los medios.

Lucy y Maddie entrarían por otro lugar al ser invitadas, por lo que las dos se estaban arreglando en casa de la última mientras que Claire corría de un lado a otro pensando en cuál sería la mejor opción para ponerse aquella noche. Quería verse profesional, pero también sexy. Aunque había intentado pensarlo de otra forma, al final Evan y ella llegarían juntos y eso le convertía en su pareja aquella noche.

—Dios, esto es un desastre —comentó Claire al mirar los vestidos que llevaba probándose más de dos horas y que estaban por el suelo.

No te preocupes por eso ahora —comentó Lucy.

Si hace falta, vamos mañana a tu casa y te ayudamos a ordenarlo todo —la apoyó Maddie.

—Madre mía. ¡Queda menos de una hora para que llegue el coche y todavía estoy en ropa interior! —se agobió.

Mira, Claire. Vas a estar preciosa lleves lo que lleves —intentaba animarla Lucy—. Vi los vestidos que tenías el otro día cuando quedamos y son todos increíbles. ¿Por qué no te pones el burdeos que me enseñaste y tenías pensado ponerte?

—Porque ahora me parece demasiado simple y serio. Quiero algo más...

Sexy —acabó Maddie por ella— ¿Que no ves que va a ir con un macizorro del brazo?

—No me pongáis más nerviosa de lo que ya estoy —terminó por suplicar mientras seguía mirando y pasando vestidos —. ¡Sí! Me pondré este. ¡No me acordaba de que lo tenía!

Poco después y tras un par de comentarios más de sus amigas intentando tranquilizarla, diciéndole que todo saldría a pedir de boca aquella noche, se puso frente al espejo de la sala para ponerse el vestido por el que finalmente se había decidido. Se trataba de una prenda de un color azul grisáceo precioso con un fino tul brillante por encima, de escote corazón con tirantes caídos por el hombro, cintura ceñida y una abertura en el muslo que le quedaba incluso mejor que cuando se lo compró hacia un par de años. Su cuerpo había cogido unos pocos quilos en los últimos meses, pero dada su delgadez y lo que le costaba engordar se sintió orgullosa de las curvas que parecían acentuarse con aquel atuendo.

Se peinó y maquilló antes de terminar de ponerse los zapatos y de cerrar el vestido por la fina tela invisible que hacía parecer que llevaba la espalda al aire, pero el problema llegó cuando se vio incapaz de subir aquella pequeña y escurridiza cremallera ella sola. Cinco minutos estuvo intentándolo, retorciendo su cuerpo de todas las maneras posibles y subiendo su brazo de formas impensables, antes de que el timbre del apartamento sonase. Rápidamente miró a su reloj, viendo que a penas quedaban cinco minutos para las ocho, así que se apresuró a abrir.

Siete vueltas al solWhere stories live. Discover now