Nada es lo que parece (Parte II)

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Subo hoy capítulo que mañana tengo el día complicado y no creo que me dé tiempo

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Subo hoy capítulo que mañana tengo el día complicado y no creo que me dé tiempo. ¡Espero que lo disfrutéis!

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No supo ni cómo, pero Claire acabó yendo con Evan y Amy a desayunar. La chica había sido tan insistente cuando salió del apartamento de Evan —sin darle tiempo para escapar—, que no había sido capaz de decirle que no. Al menos se dirigían al bar de Maddie, por lo que contaría con su apoyo.

Mientras caminaban hacia el lugar, metros que a Evan y a Claire les parecieron quilómetros, Amy explicaba sus dos emocionantes meses en París. Al parecer y según entendió Claire, era la encargada de una famosa galería de arte en Londres y había pasado aquel tiempo en la capital francesa buscando nuevos artistas e inspirándose con el arte contemporáneo de la ciudad del amor. Se veía que adoraba su trabajo, pues pocas veces se podía escuchar a alguien hablar con tanto entusiasmo del mismo, y eso agradó a Claire.

—Ya veréis, voy a hacer que la galería dé un giro radical con todas las ideas que traigo de París —finalizó el relato justo cuando llegaron al bar.

No supieron si la chica fue consciente o no, pero Claire estaba visiblemente incómoda y Evan no se atrevía ni a mirarla. Maddie se percató de ello en cuanto les vio aparecer desde el mostrador, y no dudó en acercarse para estar cerca de su amiga, quien la había avisado por mensaje de que aquella mañana iban a ser tres.

—Buenos días —saludó con su característica simpatía mientras Evan y Amy se sentaban. Claire se quedó de pie, pues si se ponía al lado de Amy quedaría frente a Evan y, si no, debía sentarse a su lado. Ninguno de los dos asientos le parecían cómodos—. ¿Qué vais a tomas?

—Yo un té y un bocadillo de bacon. Ya me he tomado el café en casa —pidió la rubia.

—A mí ponme un café solo bien largo —dijo Evan mirando por primera vez a la camarera.

—Yo un café con leche cargado —dijo Claire todavía sin decidirse a sentarse.

—Y algo para comer, ¿no Claire? —la miró Maddie.

—Pues, no sé...

—Sí, mujer. Vente conmigo al mostrador y decides qué quieres. Tenemos unas pastas recién hechas que te van a encantar.

No cabía duda de que Maddie quería hablar. Y no pudo agradecerle más que la sacase de aquella situación tan incómoda. Siguió a su amiga hasta al mostrador, bajo la atenta mirada de Evan —la cual sintió en su espalda—, pudiendo respirar con normalidad tan solo al llegar y sentarse en uno de los taburetes que su amiga le acercó desde la barra.

—¿Qué pasa? —preguntó sin más.

—Demasiadas cosas —suspiró.

—Pues hazme al menos un resumen.

Siete vueltas al solDove le storie prendono vita. Scoprilo ora