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Las cosas eran como un partido de Quidditch,  una jugada en falso y tú oponente toma la delantera para finalmente meter un gol. Exactamente así iban las cosas entre Draco y sus contrincantes.

Así como era oficial que Dean Thomas quería el corazón de la pelirroja, el estaba seguro de que Harry Potter igual; no podía evitar que su cuerpo entrara en llamas cada vez que iba por ella al final de sus prácticas de Quidditch y veía las miradas que el azabache me daba, la forma en la que se le quedaba mirando cada vez que ella entraba en vuelo. Estaba celoso, pero estaba orgulloso.

¿Porqué orgulloso?, porque estaba controlando se. Estaba manteniendo su control para no ir y romperle la cara a  cada imbecil que piropea a su chica, a casa estúpido que la mira al pasar.

A pesar de todo, las cosas iban un poquitito mejor. Al menos el así lo veía ante las actitudes de ella.





Estaba ahí, viéndola mientras reía junto a sus amigas. Él estaba en una esquina del patio junto a Crabbe y Goyle—poniéndose de acuerdo que cabello utilizarán en la tarde para la poción multijugos, como cada tarde para ayudar a cubrir al rubio durante su estadía en la sala de menesteres —, cuando se dio cuenta que a unos metros más allá ella estaba riendo junto a unas chicas que asumió que eran sus amigas.

Se sintió feliz, como si todas las ganas de llorar que tenía hace 5 minutos con el tema de ir nuevamente a la sala de menesteres se hubiese esfumado y solo quedase ella y su melodiosa risa.

Ella estaba tan feliz, tan libre.. despreocupada mientras sus ojos se enchinaban, su nariz se ponía del mismo color de su cabello y su sonrisa se oreja a oreja reinaba en su cara.

Totalmente perfecta.

Y en aquel momento, donde el solo disfrutaba de verla como un completo enamorado, sus miradas conectaron. Sintió como todo su cuerpo de erizaba tan solo con aquella conexión.

A diferencia de las demás ocasiones que conectaban sus ojos con los de ella, ella solamente la quitaba. Pero ahora no; a sorpresa de él, esta sostuvo la mirada sin dejar de sonreír.

Este inconscientemente sonrió, y su corazón comentó a tener una mini taquicardia al ver como ella se despedía de sus amigas y caminaba hacia el. ¡Por cuenta propia!, sin tener que el buscarla ella venía a el.

¡Y con una sonrisa en la cara!

No podía creerlo, sin saber que hacer ya que prácticamente era la primera interacción positiva real que le indicaba que si tenía posibilidad, les hizo una seña a los dos chicos junto a él y camino lentamente hacia ella.

—¡Hola!— saludo entusiasta, besando su mejilla.

¡Beso su mejilla!

—H-hola— quiso llevar su mano a donde ella lo había besado.

—¿Vamos a caminar?— le tomo la mano y sin esperar respuesta lo llevo por los pasillos

Él no lo podía creer, todo estaba saliendo correctamente.. de apoco pero iba bien.

Iba por el camino correcto.

Pero estaba él. Ellos, para ser específicos. Intentaba no colapsar su espacio personal así no influía en las relaciones con sus amigos, pero le quemaba no ser el con quien desayunaba, compartía con ella como lo hacían el azabache y el Moreno.

Tenían cierta ventaja sobre el, no solo por ser de su casa si no que al no tener el historial que ambos tienen, pueden hacer más cosas que él.

El la esperaba para desayunar, ahí iba Harry junto a ella antes de que el pudiese acercarse. El la esperaba fuera de su sala común para acompañarla a cualquiera que sea su destino, Dean salía con ella de su sala común.

¡Eran irritantes!,  pero tenía que controlarse.

Algo de esperanza quedaba en que ella lo pudiese elegir al un día, el saliendo de su clase ella se le acercó para invitarlo a la primera fiesta Gryffindor del año.

Se llevaría a cabo antes de salir de  vacaciones de navidad, no sería en su sala común puesto que obviamente todos sabrían como entrar. Se llevaría a cabo cerca de los invernaderos, bastante lejos del oído de los profesores así—como comúnmente tiran el castillo por la ventana en sus fiestas—, podían divertirse sin arriesgarse de que Snape o algún otro aguafiestas descubriera la parranda y todo se acabara.

Casi nunca invitaban a los de Slytherin, debido que podían irse de boca suelta y arruinar todo. Solo eran invitados alumnos de otras casa de suma confianza, casi todo hufflepuff siempre confirmaban su asistencia; pocos ravenclaw ya que preferían hacer cosas más útiles que irse de fiesta y al otro día no recordar nada. Los de Gryffindor siempre iban todos, obviamente eran el alma de la fiesta.

Así que básicamente se sentía  honrado, pero no por que ella haya sido la que lo invito.



(...)

Todo había sido una mierda; pensó que las cosas iban bien, todo con ella iba perfectamente bien. Le llevaba el corazón saber que sus esfuerzos estaban dando frutos, cada vez ella estaba más dispuesta a el, más de piel y no tan cortante como al principio

Pero estaba estresado al punto de tener que llegar a otros medios para llevar a cabo su misión y no por el armario. Gracias a aquello tenía todas las sospechas sobre el y era agotador.

Katie Bell estaba en San Mungo por su culpa y el trío de oro lo había señalado como sospechoso. ¿Y si ella también así lo creía?.

Esperaba que no, si no todo se iría a la mierda peor que la primera vez.

Pero no temia tiempo para darse el espacio a la duda. Ya iba caminando, nervioso y solo hacia una casilla encantaba cerca del invernadero, destino: fiesta Gryffindor.

Llego y bastante nervioso, con su varita tocó 4 veces las esquinas de lo que era la entrada, a un ritmo indicado por la pelirroja. Rápidamente Colin Creevey salió a darle la bienvenida—si llegaban y tocaban al ritmo era obvio que había sido invitado, por lo que no le ponían peros—.

Al entrar pudo darse cuenta de lo motivado que estaba todo el ambiente. Todos estaban cantando y bailando con vasos plásticos en sus manos con algún tipo de licor infiltrado ilegalmente. La música sonaba a todo volumen.

Y ahí estaba ella, bailando en el centro llamando la atención de todos. Al notar la llegada del rubio se acercó rápidamente con dos vasos. Le tendió uno a el y le besó la mejilla.

—¡Viniste!.

—No me lo perdería.— sonrió y bebió el vaso con confianza. Era cerveza de mantequilla.

—¡Ven, vamos a bailar!.— le tomo la mano y comenzó a intentar llevarlo.

—No.. no bailo.

—¡Claro que sí!. Vamos.. por mí —hizo un puchero haciendo que el corazón del rubio se derritiera.

—Esta bien, solo una.— Y lo llevo al centro de la pista, donde Wannabe de las Space Girl sonaba, grupo que estaba siendo tendencia en aquellos años.









°°

¡Hola!, ¿cómo están?.

En la fiesta pasarán cosas.. ¿qué les gustaría ver? Acuérdense que la fiesta es de Gryffindor, aloquense.

¿Cómo creen que bailarán?, denme ideas ñañaña




Ánimos para mañana lunes, ¡ustedes pueden!

L A   A P U E S T AWhere stories live. Discover now