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Ginny estaba leyendo en la biblioteca entre tantos deberes y actividades el único momento que tenía para estudiar era entre clase. Se encontraba leyendo uno de los libros que Slughorn le había entregado.

Estaba agotada mentalmente, pero físicamente se sentía bien. Se comenzaba a sentir segura nuevamente de su cuerpo, ya no se estaba comparando con otras chicas; se sentía bien. Y distraerse con todo lo del colegio le ayudaba a sacar definitivamente a el de su cabeza.

No había vuelto a verlo desde aquel día que se lo encontró fuera de las mazmorras, ¿casualidad?, por supuesto que no. Su horario estaba tan ajustado que prácticamente solo entraba al casino a buscar su comida y recién comía estando en el salón correspondiente o en el patio estudiando ya que en la biblioteca no se puede, por lo que si es que el estaba en el comedor apenas lo notaba.

Él, a diferencia de ella, estaba loco por  chocar nuevamente con ella. Tan solo una mirada de ella hacia ella, un tacto aunque sea por chocar con ella lo ayudaría  con todo lo que tenía en su cabeza. Comenzó a alarmarse, llevaban ya casi dos semanas desde aquella pequeña conversación con ella, 2 semanas en las cuales no tenía ni un avance en el armario.

La necesitaba, se sentía solo. Nadie lo comprendía, nadie entendía lo que estaba pasando por si vida en aquellos momentos; ni sus amigos, que prácticamente se enojan con el por no estar de humor siquiera para jugar Quidditch.

Estaba pasando por los pasillos con su típico traje negro, dispuesto a saltarse otra clase para arreglar el estúpido armario. Ya a estas alturas lo que menos le interesaba eran sus calificaciones, le importaba la seguridad de su madre y si no lograba cumplir la misión rápido ella peligraba.

Ya era costumbre faltar a clases por ir, como si eso diera resultados. Todo en vano.. excepto aquella mañana. Al pasar por afuera de la biblioteca sintió como su corazón se paró, y por primera vez en días logró sentir emoción nuevamente.

Se sintió vivo y eso es que solamente la vio.

Sin pensarlo, arreglo su traje y paso una mano por su cabello para arreglarlo porque aunque no estén juntos debe impresionar la ¿no?, es un Malfoy después de todo. Camino hacia ella, nervioso.

Sus manos sudaban, ¿que le diría estando frente a ella?. Estaba inseguro, pero ya no podía arrepentirse estando ahí, casi frente que ella. Y ahí estaba ella, tan linda y sofisticasamente leyendo, su cabello rojo cayendo como cascada tapando parte de su cara.

Ella ni siquiera notó que su ex novio estaba a unos pasos observando la, al menos no hasta que este se acercó un poco más y se sentó finalmente frente a ella.

Levanto la mirada bastante sorprendida, miro a su alrededor y estaba todo vacío. Se sintió incómoda, pero no pudo evitar que su corazón comenzara a latir bastante rápido, ¿habrá notado que ella era la que está acompañando lo en la mesa?, porque lo veía tan sumergido en su libro que quizá inconscientemente se sentó ahí.

Lo que no sabía que este se estaba mordiendo la lengua para no levantar la mirada y encontrar la de ella. Estaba siendo tan buen actor que logró lo que quería. Que ella lo pasara por alto.

—¿Qué lees?— pregunto cuando ya se aseguró de que esta no correría lejos de él.

—Nada que te importe— respondió intentando sonar segura, ambos con la mirada en sus libros si no una que otra emoción saldría a la luz.

—Vaya, veo que aún estás a la defensiva.

—No es algo que te importe a ti.

—Relájate, solo estaba preguntando — hizo como si no tuviese intenciones de hablar con ella, con el fin que esta volviese a sacar conversación demostrando que igual quería hablar con el.

L A   A P U E S T AWhere stories live. Discover now