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Ginny despertó con todo su cabello enredado. Se sentó en la cama y pudo observar como sus compañeras de cuarto seguían durmiendo, prácticamente le dio lo mismo ya que no se llevaba con ellas—bueno, con casi ni una de su año en Gryffindor, se junta más con compañeros de años mayores o simplemente de otras casas ya que las de Gryffindor son envidiosas —. Se levantó y fue hacia el baño de la habitación.

Luego de darse un merecido baño, mientras se ponía su uniforme recordó la apuesta que había hecho con Ron.

Dispuesta a comenzar con su tarea saco su varita e hizo unas pequeñas modificaciones a su uniforme que prácticamente consistía en una pequeña basta dos dedos más arriba a como la tenía antes, decidió no ir con tu túnica a pesar de que la retaran solo para mostrar la cintura que se le hace con la falda y la camisa. No sé abrocho los primeros botones de la camisa así dejar un poco de piel libre a la imaginación de los chicos.

Se aplicó un poco de perfume y maquillaje, dejo su cabello suelto sujetado con una diadema bastante bonita con decoraciones plateadas. Sonrió orgullosa frente a él espejo y tomo su mochila para bajar a desayunar.

Paso por la sala común hacia el retrato dela dama gorda y cuando salió una ola de melancolía la invadió.

Aunque no sintiera nada concreto por Michael, ellos tenían una rutina. El siempre la esperaba a las afuera de su sala común junto a sus amigos para ir a desayunar. Se llevaba bien con los amigos de el por lo que el la iba a dejar y a buscar a sus clases.

Era raro tener que ir sola.

Saco aquellos pensamientos de su cabeza y siguió caminando hasta que llegó a las escaleras que conectaban la torre Gryffindor con la torre ravenclaw y para su suerte se encontró con una de sus pocas amigas reales.

Luna Lovegood.

—Hola Luna. ¿Vas al comedor?—

—Si, ¿vienes conmigo o estás esperando a Michael Corner?— Ginny se sintió bastante incomoda.

—No, iré contigo— ella sonrió y siguieron caminando hasta llegar al Gran Salón donde Ginny invito a Luna a sentarse junto a ella en la mesa Gryffindor.

Comenzaron a comer cuando más estudiantes comenzaron a llegar, entre ellos Harry, Ron y Hermione.

—Hola chicos.—saludo Luna.

Todos comenzaron a comer cuando por la puerta comenzaron  llegar unas cuantas personas, no les tomaron importancia hasta que Ron se interrumpió el desayuno de Ginny.

—¿Es una jodida broma?— dijo indignada.

Por las puertas del Gran Comedor entraba Michael de su mano nada más ni nada menos que Cho Chang.

La historia entre la Ravenclaw y ella era bastante mala. La primera vez que la pelirroja se percató de su existencia fue cuando hace un año, en el torneo de los tres magos, vio a Harry deprimido viendo a la pelinegra caminar de la mano con el difunto Cedric Diggory. Se habían llevado mal de inmediato, las veces que hablaban ella siempre intentaba humillar a la pelirroja pero ¿acaso no a aprendido que ni los gemelos la molestan?. Siempre terminaba peor ella que Ginny.

No me molestaba en nada que Michael estuviera con otra persona, pero ¿Cho?. Inmediatamente su orgullo se vio afectada, obviamente que quedaría en ridículo al saber que en menos de un día su ex la había reemplazado por la persona que le gusta sin nada más que otra persona que le interesa a ella. Harry.

Oh no, Harry, pensó.

Inmediatamente lo miro y pudo ver como este estaba cabizbajo mirando su desayuno. La sangre le comenzó a hervir y lo único que pensó era en vengarse de Michael.

L A   A P U E S T AWhere stories live. Discover now