Capítulo 57

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   Cuando Strakh lo acercó al claro del bosque, el Cazador no tardó en dar con Alan y Ery, y se sorprendió al verlos un tanto distanciados

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   Cuando Strakh lo acercó al claro del bosque, el Cazador no tardó en dar con Alan y Ery, y se sorprendió al verlos un tanto distanciados. Ery descansaba bajo un pino, y Alan hacía guardia. Sus cabalgaduras pastaban un poco más allá, entre los árboles. Ya había pasado el mediodía, y debían seguir con el viaje.

   ―¿Novedades? ―preguntó Exan desmontando.

   Valken se encogió de hombros.

   ―Lo más interesante que encontramos fue la prueba de una práctica ocultista. Deberíamos colocar sellos purificadores en algunos de los árboles más centenarios de la región.

   ―Hablando de sellos ―dijo Deil―, estamos a la altura de la frontera norte de Valday. ¿Recuerdas lo que eso significa?

   ―La palabra "portales" me viene a la mente.

   ―La vampira que perseguimos agilizaba su cacería disponiendo portales entre los árboles. Nosotros haremos lo mismo.

   ―¿Y recuerdas los puntos exactos donde marcaste las runas-portales?

   Exan entró en el claro, y se detuvo ante el árbol bajo el que dormía Ery. Señaló el tronco, y al hablar en voz alta no le importó si despertaba a su pupila:

   ―Aquí maté a un druden que no se dejaba liquidar tan fácilmente como sus compañeros. ―Mostró una runa marcada a cuchillo debajo de las huellas de los disparos―. Esta es una de las runas, la marca gemela está en aquel roble detrás de ti, Alan. Las siguientes se encuentran en otro claro, a metros de la ribera. Llegaremos con tiempo de sobra para esperar a Devnus y a Kerni. Ellos también utilizarán runas-portales para volver desde Moskiul.

   ―Eso si todo sale bien, y si nadie los ve durante el camino. ―Alan se agazapó al lado de Ery―. Despierta, princesa. Llegó el príncipe.

   Ery abrió los ojos, y por su expresión demoró en comprender dónde estaba realmente.

   ―Tuve un sueño tan extraño ―dijo desperezándose, y en cuanto lo vio a Exan se levantó―. Soñé que uno de aquellos espectros, los torbellinos rojos, nos espiaba desde estos mismos árboles. ―Se llevó las manos a las sienes, sacudió la cabeza―. Todavía veo esas pupilas verticales, como de serpiente. Y a la muchacha.

   ―¿Pelo negro y labios sangrantes? ―preguntó Exan desenfundando su pistola, y Ery asintió―. Alan, ten lista la pistola con Déleo-V.

   ―Por supuesto, Cazador. ―Alan dio un paso hacia ellos.

   ―Afortunadamente llevo conmigo un amuleto. ―Ery se llevó la mano al pecho, y Deil supo que no se refería a la cruz de lord Rynfer sino al crucifijo que le había entregado Alestia.

   ―¿Podrías reconocer el lugar desde el que Elven nos espía? ―dijo él, convencido de que aquello no era solo un sueño, y Ery abrió los ojos más de la cuenta. A Exan lo complacía ver a la chica observando los alrededores: pese al miedo, asumía su identidad nóckut.

Venganza y Despertar ||| Libro 1 de Sombras de CondenaciónOù les histoires vivent. Découvrez maintenant