☕D I E C I S E I S☕

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Luego del desagradable encuentro con la madre de Heather, George y ella se la pasaron todo el día en casa hablando o escuchando a la rubia leer su libro actual mientras George preparaba más café, cuando la tarde se les vino encima George dejó a Heather para que se alistara antes de trabajar y así dejaron terminar un lindo día.

A la mañana siguiente, antes de ir a la casa de Heather, pasó al local de siempre por un café y un licuado de melocotones. Al tocar la puerta de la rubia nadie contestó, y con un poco de preocupación saca su varita con cuidado de que nadie lo viera y murmuró un pequeño "Alohomora" y escuchó la cerraduea hacer un pequeño "click".

Satisfecho de su resultado, entra con mucho cuidado y deja el desayuno en la meseta de la sala y se encamina hasta la habitación de su amiga.

-¿Thery? ¿Todo bien?

-Amm... Sí -Grita desde lo que parece el baño. -Termino de ducharme pero ponte cómodo, por cierto ¿cómo entraste?

-La puerta estaba abierta -Mintió el pelirrojo quitandose el chaleco y quedando solo en la camisa blanca a cuadros.

-Ayer salí más tarde de lo normal, debí haberlo dejado abierto por error. Lo bueno es que nadie se dio cuenta -La chica parecía sorprendentemente más alegre al salir del baño. -No sabía que vendrías, no he hecho nada de comer -Murmura haciendo un puchero mientras se acerca a George para darle un abrazo y este aprovecha para darle su licuado.

-Por eso mismo no te he avisado -Añade. Heather frunce el ceño aún sin entender. -Vistete, dijiste que cuando mejorarás irías conmigo a comprar esas cosas para navidad -La sonrisa de Heather no tarda en aparecer.

-Está bien, espera aquí -Y corrió hasta su habitación por ropa dejando a George con una sonrisa boba.

Mientras ella se arreglaba George pensaba en las palabras correctas para decirle pero aun parecía complicado, era un paso muy grande, pero Heather lo valía.

Con la emoción de Heather desbordando entre ellos, se compraron un par de luces navideñas y muñecos para pegar en las paredes, George estaba muy seguro de que no las usaría, pero tal vez su madre sí.

Terminaron las compras y regresaron al café que terminaban frecuentando todas las mañanas.

-Bueno, terminamos en el mismo lugar -Ríe Heather aferrandose a su abrigo.

-Sí, supongo. ¿Podría traernos unos chocolates calientes y bombones? -El chico que les atendió asiente y se va con el pedido. -¿Te divertiste hoy, risitos?

-Mucho, pero Georgie ¿pasa algo malo? -Indaga la rubia.

El de ojos cafés niega. -¿Por qué pasaría algo malo, Smith?

-Hoy hasta estado sonriendo mucho, y aunque prefiero tenerte así a que solo me dediques pequeñas sonrisas, quiero saber a que se debe.

George hace un puchero. -Me atrapaste. -La rubia le da una sonrisa victoriosa. Pero George no lo dijo endeudada. La miro a los ojos un poco más ruborizando a la menor. -¿Qué harás estas navidades?

Heather no puede ocultar la confusión en su rostro.

-¿Por qué quieres saber?

-Soy un hombre curioso -Sonríe.

-Ya veo -Se burla la menor. -Creo trabajaré, no quiero quedarme sola en casa.

George le miro desaprobatoriamente y tomó la mano de Heather sobre la mesa para comenzar a acariciarla. Por unos segundos más, él pensó en los riesgos que podría correr a esa magnitud, pero sólo bastó ver la curiosa mirada de su amiga para borrar toda inseguridad.

-¿Qué te parece pasar las navidades en casa con mi familia? -Propusó sin soltar su mano.

Heather no supo que cara poner. -¿Hablas en serio, Weasley? -George asiente.

-Si dices que sí, prepararé todo para tu llegada, claro, si no te molesta dormir con mi hermana y mi cuñada que es como mi otra hermana -Dice entre risas.

-¡Claro que no me molestaría! -Grita emocionada. -Pero ¿y sí no les caigo bien? -Dice con evidente temor en sus ojos.

Ahora George ríe. -¡Claro que no! Mi madre incluso te adoptaría ¿Entonces sí irás?

Heather se mordió el labio inferior en señal de nerviosismo y George la miraba aún esperando su respuesta, tenía un lindo brillo en su mirada y una sonrisa que ni cien ángeles podrían comparar, ¿cómo decir no?

-Está bien, George -Y el pelirrojo casi se tira sobre Heather para darle miles de besos en la cara.

Si bien había invitado a Heather para que ella no pasara sola esas fechas, también lo hizo para que él no estuviera solo entre tanta gente celebrando, de alguna manera, George se sentía feliz cuando Heather estaba a su lado, cuando la tenía cerca era más fácil olvidar los problemas y sonreír.

-Bien, entonces creo que es hora de despedirme, te buscaré en tu casa el lunes por mañana, será un viaje un poco largo, así que lleva ropa suficiente.

Heather asiente aun emocionada. -Te veo el lunes en la mañana.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍| 𝚐𝚎𝚘𝚛𝚐𝚎 𝚠.Where stories live. Discover now