📚C A T O R C E📚

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Una, dos, tres veces...

Una, dos, tres veces...

Una, dos...

—Heather Smith por el amor al café, abreme la santa puerta —Murmura George desde afuera del departamento.

Heather se frotó la cara con desesperación, buscó como pudo sus sandalias y corrió a abrir la puerta aún somnolienta.

—George...

Pero el pelirrojo no la dejó terminar de hablar, se adentró con ella al departamento tocando su frente sintiendo su temperatura.

—Te he estado escribiendo toda la tarde para saber como estabas, y no te dignas a contentarme una sola vez —Su tono parecía una mezcla de reproche y preocupación.

—Perdón, me quedé dormida —Se excusa regresando a la comodidad de su cama, tapando sus delgados hombros que estaban expuestos con una blusa de tirantes.

—Pues que falta de consideración la tuya, Smith, me has tenido preocupado todo el día.

Heather se sonroja. —¿Preocupado por mí?

—Sí, Thery, las personas suelen preocuparse por sus amigos —Aún reprochaba el pelirrojo. —Toma un poco de esto —Dice extendiéndole un termo con lo que parece un té. —Mamá lo hace para nosotros cuando tenemos fiebre o gripe.

—¿De qué es? —La rubia no parecía convencida con la sustancia en sus manos.

—Solo tomalo, necia —Le regaña.

Heather toma un poco comprobando el sabor del brebaje, al notar un sabor dulzón no duda en seguir tomando hasta dejarlo vacío sintiendo su garganta quemar un poco.

—Mañana por la mañana ya debes estar mejor —Asegura George. —Ahora duerme, vendré a verte en la mañana, no salgas —Instruye mientras cubre bien a la rubia con sus sabanas y lleva sus trastes sucios al fregadero.

—Está bien, tranquilo, lo peor que puede pasar ahora es quedar ronca, así que ve a descansar tranquilo.

George pareció enternecido por la escena de la pequeña rubia encogida en sus sabanas. Así que se acercó lentamente y depositó un fugaz beso en la frente y la dejó descansar.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍| 𝚐𝚎𝚘𝚛𝚐𝚎 𝚠.Where stories live. Discover now