📚D O S📚

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Heather se levantó muy temprano por la mañana, era un lunes de noviembre, los climas bajos no deberían tardar en venir, sin embargo, hoy no era el día, así que tomó una sudadera delgada sólo para cubrir sus brazos y tomó su bolso junto al libro que leía en ese momento.

Una vez fuera del apartamento, Heather realizó su rutina de todos los días, caminar hasta su café favorito, lo había escogido por el hecho de que no quedaba tan lejos de su apartamento pero tampoco estaba sobrepoblada, es más, podría decirse que la única constante era ella, y uno o dos chicos diferentes por día, nadie a parte de ella venía más de dos veces seguidas, hasta que entonces el hombre de cabellos rojos se presentó ese lunes incluso mucho antes que ella, pues una taza grande de café descansaba a su lado junto a un periódico del que ella nunca había escuchado, no podían culparla, a ella le interesaba muy poco lo que ocurría al rededor de ella, prefería mil veces leer libros de ficción y enamorarse de personajes que nunca podrá conocer.

El hombre revisa el reloj de la pared y sonríe como si hubiera descubierto algo en el reloj a parte de la hora.

Heather tomó asiento en su lugar de siempre y abrió su libro en la página donde la había dejado ayer al quitarse del café. Escuchó el tintineo de un vaso siendo asentado frente a ella seguido de un plato pequeño con una rebanada de pastel de durazno y su tenedor a lado. Heather sonríe mientras mira a la persona que le ha traído tal manjar.

—Buenos días, Helen —Le sonríe Heather a la mujer morena a su lado.

—Buenos días, Heather —Le devuelve la mujer con una sonrisa de oreja a oreja. —Lo mismo de siempre para nuestra clienta de siempre.

La mujer se va dejando sola a Heather con su libro del día, observando sólo de reojo algunas veces al pelirrojo que no quitaba sus ojos del periódico.

O al menos eso creía ella.

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍| 𝚐𝚎𝚘𝚛𝚐𝚎 𝚠.Where stories live. Discover now