Capitulo 28: "Le dije a Jason que te cuidaría"

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¿Alguna vez has sentido esa sensación de querer llorar, pero no poder? No paras de pensar en todo lo que está mal últimamente en tu vida, quieres llorar y gritar, romper algo para sacar la rabia que llevas por dentro, pero no puedes, simplemente por el hecho de que estás delante de bastante gente.

Bueno, pues así me sentía yo.

Muerdes tu labio, intentas contar los segundos que quedan para llegar a tu casa... los segundos que quedan para derrumbarte sobre el suelo de tu habitación... para llorar.

Estás en shock. No puedes creer que algo así te toque tan de cerca... y te hunda tanto.

Toda tu vida estás viendo a un montón de personas a tu alrededor tener alguna enfermedad grave, siempre te sientes mal por ellos, pero nunca te toca lo suficientemente cerca como para saber como se siente su familia.

Te lo diré... es lo peor que te puede pasar en la vida. La peor sensación que puedes experimentar.

Sabes que algo está mal, pero no puedes hacer nada. Solo el pensamiento de una persona a la que quieres sufriendo, es como si te hiciera débil y te hiciera sentir más inútil de lo que realmente te sientes.

¿Como me puede pasar a mi? ¿Eso es impossible? ¿Eso no me pasa nunca a mi? ¿Porque ahora me debería de pasar?

Esta bien... te lo diré. La vida, es la única cosa que tenemos y que por mucho que queramos, no podemos controlar del todo. Puedes hacer tus propias decisiones, elegir a la gente de la que te rodeas, pero nunca, nunca, podrás saber lo que puede venir después.

Eso solo Dios lo sabe.

Pero como siempre digo, Dios da las más duras batallas a los más fuertes luchadores.

Si te toca algo así, es porque Dios lo ha querido. Él sabe que te va a hacer fuerte y puedes con ello.

Una enfermedad es algo que te toca, y tienes que afrontar con fe y confianza. Y a pesar de que es lento, no puedes hacer nada... simplemente rezar, esperar y creer. Muchas veces tiene solución. Hay que ser positivos.

Y eso era lo que me faltaba.

No era positiva.

Todo a mi alrededor era negro. Oscuro. Algo sin salida. Te ahogabas y no podías hacer nada para evitarlo y salir de ese pozo en el que estabas hundida hasta el fondo.

"¿Estás bien?" Bruce fue el primero y único en hablar en todo el trayecto, antes de llegar al hotel en coche.

Asentí con mi cabeza mirándole a los ojos, pero él sabía que no lo estaba.

Miraba por la ventana. Hacía calor, pero mis manos estaban heladas de los nervios que había pasado. Solía ocurrirme eso cuando estaba muy nerviosa.

Suspiré intentando controlar mi labio mordiéndolo con mis dientes para que no temblara. Tragué el nudo que llevaba en mi garganta. Mi tráquea dolía de aguantarme las ganas de llorar. Era una sensación extraña.

Justo cuando vi la puerta del hotel, salté del coche, abriendo la puerta del coche y bajando. Bruce salió corriendo para alcanzarme. "Gracias por traerme." Agradecí a Bruce.

"Espera, te acompaño."

Negué con mi cabeza y me dirigí rápidamente hacia el ascensor del hotel para subir a la suite de Justin. "Está bien, puedo ir yo sola."

El me miró a los ojos notando las lágrimas en los bordes. Pero no había tantas como para que cayeran solas, como otras veces. Asintió con su cabeza al saber que no tenia ganas de discutir y quería estar sola.

I-m-possibleღ -1º-2º-3° Temporada {נusтιи вιeвeя & tu} [Adaptada]Where stories live. Discover now