Capítulo XVIII

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El cielo se tiñó de naranja, despidiéndose así de el sol. El horizonte se veía más amplio desde el tejado, frente a mi ventana. Abracé mis piernas con mis brazos cuando una rafága de viento frío impactó contra mi piel. Me estremecí al sentir unas manos sobre mis hombros. No hacía falta girar para saber quién era. Se sentó a mi lado, en silencio. Giré mi rostro hacía él, su cabello negro enmarcaba su rostro. 
-¿Qué haces aquí?-pregunte tajante. Suspiró y negó con la cabeza, dejándome en claro que no sabía que responder. 
-Vengo a pasar tiempo con mi mejor amiga, aunque ella no quiera verme-su seguridad casi me mato. Pero no me afectó tanto como las palabras "mejor amiga", esas sí me dolían. Las últimas 2 semanas habían sido un infierno. Tiffany, pasaba casi cada hora del día detrás de él. No podía competir contra su novia, jamás.
-No te equivocas-volví la vista al frente. No podía evitar ser hóstil con él, era como mi armadura. Para evitar ser lastimada, o por lo menos no más. 
-Deja de ser tan malcriada y vamos a ver una película-Tomó mi rostro entre sus manos y me obligó a mirarlo. Podría caerme de aquí con esa mirada, me dejaba anonadada-Por favor-me hizo un puchero. Mierda. Definitivamente era mi perdición. Suspiré y el sonrió, sabiendo que había conseguido lo que quería. 
Luego de 45 minutos, discutiendo, sobre qué película veríamos, estábamos sentados en la cama de su habitación, esperando que comenzara. Sonreí para mis adentros, me sentía tan a gusto allí, casi había olvidado que todavía debía ser indiferente, pero su brazo sobre mis hombros se sentía tan bien, cálido y familiar. Lo sacudí, y me odié a mí misma por haberlo hecho, pero era algo que necesitaba, si no después vería las consecuencias después. Su mirada herida fue peor. Esto lo estaba matando, yo lo sabía muy bien. No es que quisiera lastimarlo, pero tampoco podía darle libre acceso para que me jodiera totalmente. Me recosté, lejos de él. La cecanía me ponía las cosas más difíciles y su nuevo y embriagador perfume no me dejaba pensar con claridad. Chris me imitó y estiró sus brazos, dejándolos por encima de su cabeza, su camisa, se elevó dejando a la vista sus perfectas entradas. Contuvé la respiración y el se rió. Sólo esta jugando contigo, me regañé. Bastardo, quisé susurrar. Se removió en su lado, logrando así acercarsé más a mí y lograr tocar mi cabello con su codo. ¿Qué coño intentaba? Me quedé mirándolo como estúpida y el me observo curioso, como si no supiera nada. Me volverá loca, pensé, para luego desviar la mirada a la televisión encendida, ni siquiera recordaba qué estábamos viendo...
Abrí mis ojos, desorientada. Un dedo paseó por mi brazo desnudo. Me sobresalté al ver como estaba acostada sobre el pecho de Chris, me alejé rápidamente.
-¿Te desperté?-No podía ser tan tierno. Sacudí mi cabeza lentamente apenada, y observé la hora en el reloj de su mesita de noche. Sólo habían pasado unos 20 minutos. ¿Cómo pude quedarme dormida así? estaba lejos y...joder. Esto no ayudaba en nada-¿Vas a ver la película ó te quedarás con esa cara de tonta toda la noche?-se burló. 
-Debería irme, estoy cansada-comencé a levantarme.
-¿No vas a quedarte a cenar? por favor, tienes días sin hablarme-me rogó. Rodé los ojos, derrotada, otra vez. Sus brazos rodearon mi cuerpo y caí de espaldas, sorprendida. Cayó sobre mí, riendo. No pude evitar imitarlo, también extrañaba esto.
-Pesas como una tonelada, bájate-bromeé. 
-¿Así?-Enarcó una ceja. Mierda. No debería ser legal verse así de bien. Comenzó a hacerme cosquillas por mis costillas, mientras yo intentaba colarme bajo él. Colocó sus piernas alrededor de mi cadera, teniendo así un mejor control, sujetó mis muñecas con sólo una mano y con la otra siguió haciendo cosquillas-Dí "Christian es el mejor y lo amo"-negué con la cabeza y murmuré "jamás", volvió a hacerme cosquillas, provocando que me arqueara y riera como loca.
-Chris es el mejor y lo amo-logré decir. Dejó de hacerme cosquillas, pero no se movió. Sus manos sujetaron las mías y acercó su rostro al mío. Depositando un beso cerca de la comisura de mis labios. Mi corazón palpitó desenfrenado contra mi pecho, y un hormigueó paseó por mis labios. Estaba tentada, a dejar a un lado mi orgullo, y mi fuerza de voluntad. Una sesión de besos con él era atractiva y mucho. Observé la perfecta curva de su boca, hecha una sonrisa. Me arrepentiría de esto. Acerqué mi boca a la suya, decidida. Aspiré su aliento, y dejé mi vista fija en sus ojos azules. Cerré mis ojos, recordando la forma en que sus labios podían hacerme perder el aliento.
-Chris, mamá quiere que vay...-Mierda. Me sobresalté al igual que Chris, haciendo que nuestros labios rozaran y luego saltó, alejándose de mí. Jessica estaba parada bajo el umbral de la puerta, con los ojos abierto como platos, su celular estaba en el suelo-Joder. Lo siento-Se fue, no sin antes lanzarme una mirada furtiva y una pequeña sonrisa se asomará en sus labios. ¿Por qué mi vida no era sencilla y ya? ¿Tenía que ser un drama todo? Suspiré y paseé las manos por mi cabello, nerviosa. Las manos de Chris sostuvieron las mías y acorraló mi cuerpo contra la pared. ¿Qué coño? ¿No le bastaba? Un pequeña sonrisa posaba en su boca.
-Chris...-intenté decir, pero tenerlo tan cerca no me dejaba pensar-¿qué estás haciendo?-murmuré. Él me ignoró y siguió mirando con deseo mis labios. 
-Cállate-rió y acarició mi mejilla con el dorso de su mano. Sentí mis rodillas flaquear, al igual que mi fuerza de voluntad. Oh, al diablo todo. Cerré mis ojos, esperando que sus labios tocaran los míos. En cambio, se alejó y yo me quedé como una estúpida, desesperada porque me besara. Patético. Me sentí tan decepcionada y molesta, en realidad, con ganas de golpearlo, en cambio, me contuve y simplemente suspiré-Vamos a cenar...-comentó finalmente. Asentí, aún confundida. ¿Así era como quería olvidar todo? Tenía demasiadas dudas en mi mente. Lo seguí, escaleras abajo. Lo que me esperaba no era fácil, Jessica sabía demasiado para lo imprudente que podría llegar a ser. 
Me senté junto a Chris, y frente a Jessica, que no paraba de hacer comentarios con doble sentido. A pesar de que su madre la regañaba. Comí en silencio, evitando hablar más de lo necesario y sin mirar a Chris, que rozaba "accidentalmente" su brazo con el mío y su mano, siempre encontraba un lugar a gusto en mi pierna, llevando escalofíos al resto de mi cuerpo. Iba a volverme loca. Hace 1 mes lo habría golpeado sólo por tomar mi mano, pero ahora el mínimo contacto físico que tuviera con él era tan...a gusto. 
-Y...¿tienes novio, Nhoa?-Preguntó el papá de Chris, me sorprendió su comentario. Negué con la cabeza apenada, aunque lo conociera de años creo que nunca podría hablar con ese hombre de algo que no fuera fútbol y no sentir vergüenza. Tomé un sorbo del jugo, intentando distraer la atención de mí.
-Oh, Chris se encargará de cambiar eso-comentó Jessica. Me ahogué y escuché el golpe sordo de un pie cayendo al suelo. Sentí mi cara encenderse y la risita de Jessica, acompañada de la de su padre. La mano de Chris se posó sobre la mía y le dió un pequeño apretón, eso sólo ocasionó que me sonrojara más y la sonrisa en el rostro de su padre se ampliará. No se había molestado en negar nada, más bien alimento las sospechas de su hermana.


¿De verdad había casi considerado besar a Chris, otra vez? Incluso sabiendo que tiene novia, ó un intento de ello. Gemí contra mis almohadas, mientras la luz del sol impactaba en mi rostro. Hoy debía ser otro día tortuoso, había prometido a Chris salir con él y Thomas. ¿Cuándo aprendería a decir que no mientras me hiciera mohín? Suspiré. Me estremecí al tocar el frío suelo con mis pies descalzos. Avancé decidida al baño, necesitaba una buena ducha para poder comenzar este día. Dejé que el agua caliente se deslizara por mi piel, mientras buscaba a tientas el champú, con los ojos aún cerrados. Masajeé mi cabello, embriagándome con el olor a flores del productor. Cerré el grifo luego de un cuarto de hora, para envolverme en una toalla. Me paré frente a mi closet, indecisa sobre qué utilizar. Maldita sea el momento en el que comencé a ser tan meticulosa con este tipo de cosas. Tomé unos jeans blancos ceñidos y una camisa holgada azul turquesa. Calcé unas zapatillas e intenté controlar mi cabello, que estaba más enredado que nunca. Ví las ojeras marcadas en mi rostro y tomé un poco de maquillaje para cubrirlas. Luego de 1 hora estaba lista, estaba un poco demasiado arreglada, por lo menos, más de lo normal. Escuché la bocina de la camioneta de Chris y corrí escaleras abajo. Me observé una última vez en el espejo colgado en la pared, frente a la puerta, y luego fui a mi encuentro con mi amigo.


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Disculpen la tardanza, no tuve tiempo de publicar el fin de semana.

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Gracias a las que comentan. 

Besos. 

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