Capítulo IV

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Rode los ojos al verme sentada en el sofá, entre mi padre y su esposa. Que rebozaban de alegría. Shellby, estaba convencida de que mi cabio era a causa de su influencia y mi padre se mostraba un poco extrañado, pero feliz de que me comportara más como una chica. Era viernes por la noche, y aunque los chicos me habían insistido para ir a una fiesta, preferí dejar las miradas indiscretas de todos a un lado, y quedarme en casa, con un par de miradas indiscretas, pero era menor la atención. Escuché el timbre de la casa, pero mi padre se me adelantó y fue hasta la entrada, a ver quién era. Un minuto después venía caminando sonriente, con Chris a su lado. Suspiré irritada, el último par de días había estado molestando más de la cuenta y comenzaba a volverse fastidiosa toda su atención centrada en mi, siempre asegurándose que cumpliera la apuesta. Le dediqué una falsa sonrisa, que él correspondió con una carcajada fuerte. Mi padre esbozó una media sonrisa, como si entendiera mucho. Luego se sentó nuevaente a mi lado. Chris, señaló la cocina, me levanté y lo seguí. No me había dado cuenta de lo arreglado que estaba, hasta que estuvo bajo las luces de la cocina. Una camisa azul eléctrico, con las mangas recogidas hasta sus codos, y unos jeans negros. Su cabello desordenado y sus ojos que resplandecían con la ayuda de la camisa.

-Ve a vestirte, vamos a una fiesta-dijo sin abandonar su sonrisa. No podía librarme de él tan facilmente, debería haberlo sabido. 

-No tengo ganas de salir...-comencé a protestar.

-Comportarte como mi hermana-dijo serio-, nunca deja de salir los viernes por la noche-volvió a esbozar su sonrisa triunfante, de ganador. Gruñí por lo bajo. 

Maldije como por décima vez una vez que llegamos a la casa de Vince, estaba repleta de personas. Supongo que sus padres estarían de viaje, y vaya sorpresa se llevarían cuando regresaran. Aparte ese pensamiento de mi mente en cuanto sentí la mano de Chris apoyada en la parte baja de mi espalda, estaba abusando. Sólo 4 días más y haría que se arrepintiera el resto de su vida. Relaje un poco al ver al resto de las chicas que me observaban con envidia. Eso me hizo sonreír. Observé a mi apuesto amigo, a mi lado. El chico en realidad era atractivo, aunque no me sentía atraida de esa forma por él, tenía que ser sincera. Alguien paso corriendo junto a mi y me hizo trastabillar, los fuertes brazo de Chris rodearon mi cintura y me llevaron rapidamente a su costado antes de tuviera un segundo para pensar en estabilizarme. Me sonroje ante la cercanía, y baje el rostro, en un intento de ocultar el rubor de mis mejillas. Escuché la melodiosa voz de mi amigo y me estrujo entre sus brazos, antes de aflojar su agarre. Mire mis zapatillas y alejé un poco, dandome cuenta de la poca distancia que existía entre nosotros. ¿Cómo me afectaba tanto, y para él era tan normal? Debía mejorar eso ó comenzaría a ser una molestía antes de que me diera cuenta. 4 días, sólo eso....

-Nhoa, que bueno que viniste-la alegre voz de Vince me sacó de mis pensamientos. Se acercó para besar mi mejilla, yo gruñí ante la muestra de afecto, odiaba que hicieran eso. En ningún momento la sonrisa abandono sus labios, luego estudió mi cuerpo, cosa que me hizo sentirme añun más incómoda. Carraspeé, intentando demostrar mi punto. Mi amigo se sonrojo y saludo a Chris, que seguía a mi lado, con su brazo a escazos centimetros del mío. 

Una chica rubia, que desconocia, se acerco a Chris y tomó su brazo, haciéndolo seguirla. Lo observé irritada, me había arrastrado a esta fiesta para dejarme sola. Genial. Vince rodeó mis hombros con su brazo y me obligó a seguirlo dentro de la casa, que estaba repleta de adolescentes ebrios. Observe a parejas en el sofá, del gran salón de la madre de Vince, y como lo único que evitaba que tuvieran relaciones allí mismo era la ropa. Cuando estuve segura de que no perdería de vista a Vince, me deshice de su brazo, el me observo un poco herido, pero aún así siguió su camino, supongo que al jardín. Habían menos personas, pero el olor a cigarrillo era evidente. Me senté en la barandilla de las escaleras que daban al jardín trasera. Vince fue a la cocina y regresó con un par de vasos, llenos de cerveza. Me ofreció uno y me encogí de hombros antes de aceptarlo. Al menos, comenzaba a sentirme un poco más normal, a pesar de que mi ropa no era la común en mi. Me reí al ver un par de chicas detrás de Thomas, como un par de pollitos con la mamá gallina. Así que el grandulón tendría un poco de acción. Vince siguió mi mirada y sacudió la cabeza con una sonrisa en su rostro. A veces, me sentía mal por esas chicas que caían en la labia repetida de mis amigos, diversión por una noche y al día siguiente, si te he visto no lo recuerdo. Pero la mayoria eran unas zorras y se merecían un poco aquello. Tome un gran sorbo de mi bebida, necesitaba tanto esto. Debería agradecer luego a Chris, por haberme traido obligada. Cerré mis ojos y me recoste en la columna, no estaba cansada, sólo era algo que necesitaba hacer, no creo que pudiera explicarme de alguna forma u otra.

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