¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?

cap. 47 De sorpresas, rumores y actuaciones magistrales.

HERMIONE P.V.O

La situación comenzaba a mosquearme. ¿Poro qué narices Draco anda tan apegado a Ginny? Si  nos hubiera estado usando para librarse de la condena en Azkaban, no serían supermegapendofriends, estilo Lavender y Patil. Lo de él lo entiendo.. El que nace capullo muere capullo, pero Ginny... ¿Acaso ha perdido el poco juicio que tenía? 

-¡Hermione! -cielos, el Comando Cotilla al ataque- Espera un momento. Quiero hacerte una pregunta.

-Dí, Lavender. ¿Qué tripa se te ha roto hoy?

-Sólo quería avisarte. Me he enterado de algo muy gordo que va a trastocar todo el estatus quo del colegio -¿Desde cuando ésta tiene tanto vocabulario?- Va a ser un auténtico bombazo.

-¿De veras? Pues lo siento, pero no me importa.

-Tú misma. Ahora tendrás que esperar a la hora de la comida para verlo.

Y allá que se marcharon, dejándome más cabreada que antes. ¿Por qué, de entre todos los habitantes del colegio, esas dos la habían tomado conmigo?. Bajé al comedor a desayunar, dándole vueltas al comentario de la descerebrada. ¿Quién se habría liado con quién ahora? Porque eso era a lo máximo que esas dos podían aspirar... y teniendo un día bueno...

-Herm, ¿Has visto a mi hermana? -cosa rara, Ron no tenía la boca llena de comida, como acostumbraba a hacer a esa hora.- Cuando hemos llegado al comedor, Demelza me ha preguntado por ella. Dice que no ha dormido en la torre.

-¿Tengo yo cara de niñera, Ronald? -cogí aire. No tenía la culpa de mi mala leche- Lo siento, no he dormido bien y me he levantado con el pie izquierdo. Pero no, no la he visto.

-Dónde demonios se habrá metido esa cría... -se llenó la boca de huevo revuelto y continuó mascullando para sí, eso sí, sin atragantarse.

-Hola Herm -Harry traía cara de funeral.

-¿Y a tí que te pasa? -se me quedó mirando con cara de bobo.

-Nott. Eso es lo que me pasa. Según salía de mi habitación, me ha agarrado del brazo -ahí puso cara de "fijo que me ha pegado algo mortal"- Y me ha dicho que a la hora de la comida iba a recibir la sorpresa de mi vida.

-Qué raro, Lavender me ha dicho algo parecido -miré hacia la mesa de las serpientes. Faltaban todos los mortífagos, incluido Draco.- Esto no me gusta, Harry.

-Lo sé, y lo que más me revienta es no saberlo. Le he seguido a él y luego a Davis, pero se han limitado a permanecer en nuestra sala común, desayunando. Los otros aún no habían bajado.

-No sé, estaremos atentos, por si las moscas.

El resto de la mañana pasó lentamente. Odiosamente lento. Los mortis, como les llamaban Seamus y Zabini, estuvieron relativamente tranquilos. El único problema que dieron fue hacer la zancadilla a Neville cuando entraba en el aula de pociones. Y así  llegamos a la temida hora de la comida. Harry y yo nos sentamos en medio de nuestra mesa, mirando fijamente la entrada del comedor. La mesa de Slytherin ya estaba llena, exceptuando los sitios de Montague y cía. La tensión crecía por momentos. El resto de alumnos parecía presentir que algo iba a suceder (Eso o el correveydile de Lavender y Patil funcionaba mejor de lo que yo creía y ya habían corrido la voz de que algo iba a pasar) y todos miraban la entrada del comedor con mayor o menor disimulo. Y justo a las dos en punto, como si de una coreografía ensayada se tratase, entraron. Montague y Goyle iban delante, sin hablar, pero sonriendo con petulancia. Detrás de ellos iban Vaisey, Davis y Nott, completamente serios, Pritchard y Astoria entraron hablando entre ellos. Pero lo que más nos sorprendió a todos, y nos quedó completamente helados, fue ver a las dos últimas personas que entraron. Draco destacaba por su altura y por el color platino de su pelo. Hablaba con entusiasmo con alguien. Al principio no vimos quién era, pues Pritchard es demasiado grande y corpulento y nos lo tapaba. Pero cuando tomaron todos asiento en su mesa, la persona que hablaba con Draco quedó al descubierto. Sentí cómo el suelo se hundía bajo mis pies. A mi lado, Harry dejó caer su tenedor y Ron casi muere axfisiado al atragantarse con el huevo. Porque allí, con nuestros enemigos, charlando y riendo con ellos como si nada, estaba Ginevra Weasley.