cap. 41 Lanzando el cebo

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COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

El chico de ojos plateados observaba en silencio. Ella sonreía, aunque sus ojos estaban tristes, apagados. Controló el impulso de salir corriendo y abrazarla, de pedirle perdón por su estupidez, de que olvidase las últimas semanas y que empezaran de nuevo. Pero no podía. No ahora que estaba tan cerca de conseguir su objetivo. Caminó hacia su aula. Ella iba unos pasos por delante suyo, aparentando que no estaba. Aceleró y cuando pasó a su lado, la empujó con el hombro. Los otros, aquellos que le interesaban, observaban en silencio, evaluándolo.

-Aparta, Sangresucia. Siempre en medio. -Ni la miró. 

HERMIONE P.V.O

Me ha llamado sangresucia. El odio en su voz me ha dolido más que cualquier tipo de tortura. Ginny me cogió de la mano, preocupada.

-¿Estás bien, Herm?

-Tranquila. Son sólo  palabras. Ya estoy acostumbrada, ¿recuerdas? -intenté sonreir, pero sólo me salió una mueca de disgusto.- Vamos, tienes que ir a clase.

-Luego nos vemos.

Entré en el aula. Por delante teníamos una aburridísma hora de historia de la magia. Me senté en el lado opuesto a él. Harry se sentó a mi lado, bastante emfadado.

-Si yo fuera tú, le desfiguraba la cara con algún maleficio. Maldito hurón traidor.

-No te sulfures, Harry. No podemos hacer nada si es tonto de remate.

Miré de reojo hacia donde estaba Draco. Hablaba con Montague. ¿Qué demonios estaba haciendo?

DRACO P.V.O

Me senté en mi mesa, dos sitios por detrás de Goyle y Montague. Me habían estado controlando en el pasillo. Antes de que el profesor Binns empezara su monologo de una hora, Montague se acercó a mí.

-He visto lo que ha pasado ahí fuera, Malfoy.

-¿Y?

-¿Ya te has cansado de tus nuevos amiguitos? -si se mordiese la lengua caería fulminado a mis pies.

-Nunca han sido mis amiguitos.

-¿No? Porque todos estos meses habeis sido inseparables.

-¿Te recuerdo cual era mi situación? Padre mortífago, yo mortífago, el Señor Tenebroso muerto, muerto mi padre, asesinato de varias ratas traidoras.... Si no hubieran estado de mi lado, ahora me pudriría en el agujero más olvidado de Azkaban.

-¿Y por qué te has alejado de ellos en este preciso momento?

-Aburrimiento. Además, la sangre sucia me estaba agobiando -Perdóname Herm por decir esto, pero es necesario- Ni te imaginas lo cansina que puede llegar a ser. Y como es miembro del Trío de Oro, no podía tomar.... ciertas medidas para que me dejara tranquilo.

-Bueno, no se la ve muy feliz.... -Montague me sonrió.- Si quieres ven a comer con nosotros luego. Tengo muchas cosas que contarte.

Cuando volvió a su sitio respiré tranquilo. Había intentado penetrar en mi  mente. Por suerte para mí y por desgracia para él, soy un genio en Oclumancia. Sólo le he dejado ver recuerdos falsos a ver si picaba. Y ha picado. 

GINNY P.V.O

Esperé en el hall hasta que le ví aparecer. Iba solo, como simpre. Corrí hacia él, lo cogí del brazo y me lo llevé a un aula vacía. Nadie nos vió, por suerte.

-¿Se puede saber qué demonios quieres, Weasley? -su voz sonó heladora, desapasionada.

-¿A qué demonios juegas, Malfoy?

-A nada. Yo nunca juego. -Me clavó esa mirada suya que te hace temblar de miedo y expectación a partes iguales.- ¿Querías algo? Estoy muy ocupado y tengo una cita para comer.

-Y una mierda, Malfoy. ¿Por qué no te dejas de tonterías y me dices qué demonios te pasa?

-No me pasa nada. ¿Tanto os cuesta dejarme vivir mi vida sin tener que entrometeros? -intentó hacerme a un lado, pero me negué a moverme. Le dí una patada en la espinilla.- ¡Estás loca, Weasley!

Quizá sí. Me aparté dos pasos, por si las moscas. Malfoy me miraba, como dudando. ¿Matarme o darme simplemente una paliza? Al final se dejó caer sobre una silla, frotándose la espinilla.

-Te doy cinco minutos para que me expliques de una maldita vez qué quieres.

-Sólo quiero saber por qué te comportas como el cerdo que eras antes. Sobre todo con Herm.

-Sigo siendo el de siempre, Ginny. Y Granger.... simplemente me agobiaba y me cansé de su control de veinticuatro horas.

-Venga ya... Que seas un capullo, vale, me lo trago, porque siempre lo has sido y si lo dejaras de ser perderías tu encanto -¿He dicho yo eso?- Pero lo de Herm no me lo creo. ¿Qué está pasando?

Sacó su varita y apuntó a la puerta. La bloqueó con un hechizo y luego insonorizó el aula.

-Para que nadie nos moleste. Ya que veo que no puedo librarme de tí, te lo contaré. Pero no se lo cuentes a nadie.

-Te lo prometo -levantó una ceja, escéptico- Si quieres realizamos el Juramento inquebrantable, para que te quedes tranquilo.

-No me apetece que mueras por no saber mantener esa bocaza tuya cerrada. Me conformo con tu palabra.

Y me contó brevemente lo que estaba haciendo. ¡Hay que reconocerle que tiene agallas.! Jamás se me habría pasado por la cabeza aquello.

-¿Y se lo ha creído? -mi pregunta parecía un poco tonta. Él se limitó a sonreir taimadamente.

-El pececito ha picado y se ha tragado el anzuelo hasta dentro.

-Pero es muy peligroso. ¿Me prometes que te cuidarás?

-Yo siempre tengo cuidado, pelirroja -se levantó y anuló los hechizos.- No le digas nada a Granger.

-¿Por qué no se lo has contado? Lo entendería perfectamente y podría ayudarte.

-Prefiero que me odie. Así es más facil para mí porque no me tengo que preocupar por ella y ella no se pondrá en peligro por mí. 

-Ten mucho cuidado, huroncito.

-Gracias, Ginny.

Y se marchó dejándome con la boca abierta. De verdad que cuando hicieron a este chico rompieron el molde. No hay otro como él. 

¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?Where stories live. Discover now