cap. 26 El regreso del monstruo. Visita inesperada.

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DRACO P.V.O

Si pudiera le mataría yo mismo. Me acabo de enterar del ataque. ¡Es que no pueden pensar en otra cosa que no sea matar y destruir? Les odio. Les odio con toda mi alma.

Cuando regresé de la Madriguera, mi madre me estaba esperando, alteradísima. Tenía una de las mejillas amoratadas y se notaba que había estado llorando. Corrí hacia ella, asustado.

-¡Madre! ¿Se puede saber que ha pasado?

-Tu padre.....

-¿Le han dado el Beso?

-No. - Lástima. De ilusión también se vive.- Está aquí. En la mansión. Hubo una fuga masiva de...

-No quiero saber nada más. -Debo de haber nacido no bajo la estrella de la mala suerte, sino bajo un agujero negro que se traga todo lo bueno de mi vida- Ahora no podemos hacer nada. ¿Qué te ha pasado? -acaricié con cuidado la magulladura.

-Regalo de bienvenida de tu padre. -mi madre apretó con fuerza los puños, temblando por la rabia. Era la primera vez que le veía una emoción en contra de ese malnacido.- Quería verte nada más llegar. Le dije que habías salido a dar un paseo. Empezó con sus disparates y cuando le llevé la contraria, me golpeó.

-Te juro que le voy a matar. -Tenía tan apretada la mandíbula que me dolía.- Tarde o temprano acabaré con él. 

-¿Con quién vas a acabar, hijo?

Con solo oir esa voz se me ponen de punta los nervios. Oirle a él es como escuchar un concierto de sierras. Madre se puso tensa. Seguí arrodillado a su lado, dándole apoyo e ignorando a ese monstruo. Pude oír sus pasos atravesando mi cuarto (tendré que hacer un hechizo de limpieza y desinfección más tarde) y luego detenerse. A nuestro alrededor se instaló una atmósfera desagradable hasta la saciedad. Me obligué a levantarme y mirarlo a la cara.

-A nadie en particular. O al menos que te interese.... Padre.

Ahí estaba esa cara tan odiada. Su sonrisa sibilina, su mirada cargada de prepotencia y odio... Lo único bueno fue ver que estaba bastante desmejorado y que el pelo le raleaba por las sienes.

-Veo que sigues igual -se me acercó un poco más. Tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas para no retroceder ante él.- Un poco más descarado, pero igual de cobarde. ¿Por qué no estabas en el ataque?

-¿Ataque? No se me ha informado de ningún ataque -y aunque lo hubieran hecho, no estoy obligado a ir.

-Después de.... nuestra puesta en libertad -mientras hablaba se colocó detrás de Madre y puso sus manos sobre sus hombros. Madre no pudo evitar un ligero estremecimiento- el Señor Tenebroso nos ordenó que fueramos a la casa de esos pelirrojos traidores a la sangre, pues seguro que Potter estaba allí. Y mira tú por donde, les fastidiamos una boda.

-Y por lo que puedo ver, no atrapásteis a Potter. 

-Esa desgraciada sangre sucia le sacó de allí, a él y al pelirrojo que va con ellos como mascota, desapareciéndose en el último momento.... -se quedó callado. Madre se estaba mordiéndo los labios, evitando gritar. El muy animal estaba apretando sus dedos en sus hombros.

-¿Podrías soltar a Madre? Creo que con una marca es suficiente como regalo de bienvenida, ¿No crees?

Ni lo ví. Casi ni había terminado de hablar cuando me ví lanzado hacia atrás. Mi padre me había golpeado tan rápido que no pude prepararme para defenderme.. Me golpeé la cabeza contra la silla de mi escritorio al caer. Durante unos segundos ni oí ni vi nada. Y luego un alarido de dolor. Madre estaba en el suelo, hecha un ovillo, gritándo de dolor, mientras ese desgraciado le aplicaba el crucio. Me levanté corriendo y me avalancé sobre él, alejándolo de ella. Caímos los dos al suelo, mientras no dejaba de golpearlo con los puños. Al principio no reaccionó, sorprendido de que le atacara. Pero luego, herido en su orgullo, me empujó hacia atrás, me apuntó con la varita y gritó:

¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora