cap. 9 Silencios

29.3K 1.2K 122
                                    

HERMIONE P.V.O

Hagrid a traido los árboles de Navidad. Todo el castillo está precioso. Pero no tengo ánimos para disfrutarlo. Harry se me ha acercado esta mañana, muy preocupado. Me ha pedido que le cuente lo que pasó hace una semana con Ron. Cuando le he espetado que para qué pregunta si ya lo sabe, me ha contestado con un intenso "Porque me fío más de tu versión". Tras relatarle mi discusión con Ron, se le ha quedado una expresión bastante sombría.

-Iba a pedirte que arreglaras las cosas con él, pero su comportamiento ha sido de lo más rastrero, más propio de Malfoy que de él. -Al oir su nombre me han entrado ganas de llorar. Harry me ha malinterpretado- Pero si quieres hacer las paces, no me importa. Casi que lo prefiero. Es bastante duro estar en medio de tus dos mejores amigos cuando estos no se hablan.

-Tranquilo, Harry. Yo no te voy a obligar a elegir a uno de nosotros. Pero no creo que pueda perdonar a Ron con facilidad. Ahora tengo que irme. Luego nos vemos.

Me he despedido con un abrazo y me he largado a toda velocidad, pues estaba a punto de ponerme a llorar. ¿Y cómo le explico a Harry que estoy llorando porque su peor enemigo es un mortífago? Mientras caminaba hacia el aula de Runas Antiguas me he cruzado con Malfoy. Se ha quedado ahí parado, mirándome fíjamente durante unos segundos. ¡Tiene muy mal aspecto! Ha avanzado dos pasos hacia mí y luego ha dado media vuelta y se ha ido a toda prisa. No lo he seguido. No creo que ahora mismo quiera compañía.

DRACO P.V.O

¿Por qué, si estamos en un castillo enorme, me he tenido que cruzar con ella precisamente? Después de la noche del baile la he estado evitando. Me he saltado practicamente todas las clases de la semana quedándome en  la enfermería. Los dolores de cabeza se habían intensificado. La señora Promfey estaba bastante preocupada. Me ha estado dando potingues sin parar. Y parece que por fín ha encontrado el que funciona. Tengo que ir a verla una vez al día para tomar el dichoso bebedizo, pero por lo menos ya no tengo esa sensación de que me va a reventar la cabeza.

Ahora lo que me preocupa es arreglar el armario evanescente. He recibido varias cartas no muy amables de mi padre, exigiendo saber por qué la misión del Señor Tenebroso aún no ha sido cumplida. Y como hago siempre, las he ignorado. El Señor sabe muy bien lo que hago y dejo de hacer. Y parece que no tiene mucha prisa. Está seguro de que cumplire muy bien su encargo. Se ha asegurado de que esté bien motivado para ello. El que se está poniendo pesado es Snape. Me acosa en cada rincón, preguntándome cuál es la misión que me han encomendado. Menos mal que mi tia me ha enseñado muy bien a cerrar mi mente. Cada vez que el profesor intenta apoderarse de mis recuerdos, se topa con un muro muy, muy grueso. Creo que los dolores de cabeza viene de ahí.

Me he ido directamente a mi sala común. Aún me quedan por terminar dos trabajos de Transformaciones. Zabini me ha traido todos los apuntes y tareas de todas las asignaturas. Está bastante preocupado por mí, pero aún no hemos podido hablar, pues Pansy revolotea a nuestro alrededor como un murciélago en un campanario. He subido a mi habitación y he cerrado la puerta con un golpe furioso. ¡Si al menos Granger hubiese reaccionado como se esperaba! No empezó a gritar ¡Mortifago, mortífago!, ni intentó reducirme. Nada. Sólo me miró como si le hubiese dicho que me estaba muriendo. Con pena. Y no sé que es peor, su odio o su làstima.

-Draco, ¿podemos hablar un momento?

-Te he dicho miles de veces que tú no necesitas permiso para entrar, Zabini.

Mi amigo ha entrado cargado de pergaminos y hojas sueltas. Lo ha dejado todo encima de la mesa y se ha sentado en una de las sillas.

-¿Cuándo me vas a decir qué es lo que te pasa?

¿Quién conoce realmente a Draco Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora