CAPÍTULO XVIII: LA CHICA DE MI SUEÑO

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Ahí estaba Reiji protegiendo nuevamente a alguien débil, una chica de cabello púrpura y ojos del mismo color, con un vestido viejo y rasgado, sus pies descalzos, llevando una pequeña trenza que empieza desde su frente y termina tras su oreja izquierda. El resto de su cabello lacio y largo.

—Ven—dijo la chica.

Ella tomó su mano y lo llevo corriendo a un callejón.
Aquí estamos en la más grande ciudad de Ventara, con grandes murallas de piedra a su alrededor, torres y edificios ellos del mismo material.

No era tan luminosa como se podría esperar, sólo era una enorme ciudad, solo era la cuna de la corrupción.
A la distancia se observa el palacio, lugar donde el virus de corrupción comenzó.
Su rey, el peor en siglos, sin honor, un gordo ebrio bañado en riqueza, comida y poder, mientras el pueblo perece de hambre y pobreza.
Realmente esta es la Ciudad Imperial.

La chica guió a Reiji por las alcantarillas de esta ciudad, ahí estaba su hogar, ¿hogar?, ¿acaso así se le podría llamar? Refugio, eso era, un refugio no un hogar.

Mientras el rey se harta de comida y riqueza, su pueblo perece ¿acaso ese es un buen rey? Es aquel que manda a decapitar a quienes se le oponen, aquel que manda a saquear aldeas, aquel que aumenta impuestos y disminuye salarios. Ese era Carlo II Lannzteer.

—Gracias por ayudarme y perdón por... por hacer que ahora te busquen —dijo la chica con ojos llorosos.


—No hay problema ¿Por qué te perseguían? —preguntó tras suspirar levemente y descubrir su rostro.


—Fue porque, un día robe una manzana y pues comenzaron a golpearme entre tres, así que Neimy apareció y arrancó sus brazos –dijo con una mirada triste.


— ¿Neimy?


—Sí, mi amiga.

La chica quitó un botón de su vestido dejando ver la parte superior de su pecho, ahí estaba una marca, una cruz blanca con dos alas de igual color a ambos lados.
Eso era, un sello de contrato, un sello igual al que Reiji portaba.

—Un sello de Bestia Mítica—dijo asombrado— ¿Cómo hiciste el contrato?


—Mi aldea fue atacada hace unas semanas por bandidos, destruyeron y quemaron todo, m-mataron a todos, a mis hermanos, a mis padres a toda la aldea y a mí —respondió la chica llorando.


— ¿A ti?


—Uno de ellos atravesó su espada en mi estómago, comencé a desangrarme, reían y decían que esa sería una muerte apta para mí y se marcharon, todo ardía, y mi corazón estaba cesando, no respiraba por el humo, escuchaba a más perdón os gritando mientras ardían, y cuando mi corazón se detuvo, apareció —respondió la chica.


—Neimy.


—Sí, ella me hizo volver a la vida, medio de su poder y como muestra marcó mi pecho, mi corazón, por Neimy estoy viva, la energía que me provee hace que palpite me corazón, pero revivirme hizo que gastará sus energías y está débil. Ella yace en mi interior —dijo mientras más lágrimas derramaba—luego viaje hasta aquí en busca de refugio, pero lo que encontré fue desprecio y maltratos, por eso he mendingado y por hambre robe aquella manzana.


—No te preocupes, todo estará bien —dijo mientras la abrazó y seco sus lágrimas— Lyon.

El león alado se manifestó ante ellos y un fuerte calor se sentía.

—Llama a Neimy, le transferiré un poco de Maná.


—Neimy ven —expresó la chica.

Era como un enorme gato blanco con dos preciosas alas blancas, en las patas delanteras llevaba una especie de guantes de armadura que culminaban en largas garras doradas, un anillo en su cola, ella era una Esfinge.

Se veía agotada y al ser invocada simplemente calló, Reiji y Lyon se acercaron a ella, ambos comenzaron a transferir de su Maná, el hecho de que Reiji dominará el Burst Prana Mode ayudaba en este momento para transferir el Maná.

Ella abrió sus ojos azules y luego los cerró y se durmió.

—Ahora estará bien —dijo Reiji—Él es Lyon, al igual que Neimy para ti él es mi Servant.


—G-gracias de nuevo a ambos —dijo la chica.


— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó Lyon.


—C-Chelsea es mi nombre —respondió ella.

En ese momento el chico recordó cuando la vio por primera vez, siendo perseguida, ella era la chica con la que había soñado el último día de su entrenamiento.

—Te ayudaré a escapar de aquí —dijo Reiji.


—Pero no tengo a donde ir —dijo ella.


—Lyon —el chico sólo lo miró y él comprendió y dio su aprobación.


—Puedes ir a las Cavernas Míticas por ahora, ahí nadie te dañará.


—Si no quieres ser débil o una carga, si quieres poder luchar y protegerte a ti misma puedes ser entrenada ahí al igual que yo—pronunció el chico.


—Sí, sí quiero ser fuerte, quiero luchar, no quiero que a más aldeas les pase lo mismo que a la mía—dijo Chelsea decidida.


—Tú —expresó Lyon al ver que Neimy abría los ojos—Debes proveer Maná a ella para que pueda vivir así que tendrás que entrenar de igual forma, porque al percibir tu energía noto que no has evolucionado aún.


—Lo haré, haré todo para que Chelsea viva—respondió Neimy.


—Bien esta noche escaparás —dijo el chico.


—Pero hay muchos guardias.


—Yo me encargaré de ello, pero antes deberás vestirte.


—A uno de los que Neimy derrotó le robe esto—dijo la chica.

Eran dos dagas de Diranium kentarico negro, más resistente que el Diranium común y más extraño, además de poder canalizar más el Maná del portador.

—Bien, guárdarlas, ya vuelvo.

El chico salió del lugar, si bien estaba siendo buscado no le importaría en lo absoluto, él dejo a Lyon protegiendo a las chicas, se dirigió a un gran mercado y compró algunas cosas para la chica, como siempre pagó con los rubíes y su rostro estaba cubierto.

Luego de unos minutos regresó y le dio a la chica lo que compró para que se vistiera.

Ahí estaba la chica de cabello púrpura, llevando un vestido púrpura con negro corto de mangas 3/4, con dos cinturones negros en la parte de su estómago y encaje blanco en la parte inferior, tenía unos vuelos, en la parte superior era un poco escotado dejando ver la marca del contrato y un poco de sus pechos, parecía algo gótico, Reiji además le había comprado unas bragas y sostén. Sus zapatos de tacón no muy alto de color negro y medias cortas del mismo color.
Además ella llevaba dos cinturones negros en cada pierna que sostenían una porta dagas de color púrpura, esto para las dagas que Chelsea tenía.

—Gracias, gracias —decía la chica.

Estaba muy contenta pero sabía que la parte difícil pronto llegaría.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Where stories live. Discover now