CAPÍTULO LIV: EL ORIGEN DE LOS GUARDIANES

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Velad tras la muerte de Eltherserk, viajó al mundo humano en busca de Aztaroth e inició una gran guerra. Había pasado ya seis semanas desde que había dejado Linderfiel y por fin encontró a Aztaroth.

— No podrás contra mí y lo sabes — dijo con su imponente voz.

— No me importa, te demostraré que si puedo — dijo al invocar la Angurvadel.

— Con esa espada de tercera no podrás ganarme, yo poseo la Gram, la más grande y poderosa espada.

— Doragon protégelas — dijo Aztaroth.

— Tsk, como digas — respondió él.

Velad saltó de Dorgon y estiró sus alas negras esperando a su hijo, Aztaroth hizo lo mismo y fue hasta su padre para enfrentarlo. La batalla comenzó, Velad no se movía y Aztaroth se dedicaba a atacarlo pero él no se inmuta con los ataques de su hijo.

Aztaroth era mil veces más débil que él, simplemente no podría, entre tanto ataque el padre lanza al hijo contra el suelo creando un enorme cráter, a lo que Irisdhina y Asterisk se asustan al ver el poderío de Velad.

El hombre de cabello plateado se levanta, pero antes de incorporarse por completo recibe una patada en el rostro mandándolo a volar.

Pero siente otra patada en su espalda, era su padre que se había transportado hasta ahí, lanzándolo nuevamente contra el suelo.

— Vamos, ataca.

La Angurvadel de Aztaroth se comenzó a llenar de llamas azules y lanzó un poderoso ataque contra su padre, el cual solo estiró su mano y lo absorbió como si nada.

— Tsk, no sé cómo Eltherserk perdió ante alguien tan débil como tú.

Aztaroth recitó un conjuro y unas cadenas oscuras salieron de su mano y ataron a su padre a gran velocidad, pero como si nada Velad las cortó, y lanzó contra Aztaroth una gran cantidad de llamas.

El colocó la Angurvadel para protegerse, pero de igual manera sufrió mucho daño, habían pasado alrededor de diez minutos y Velad casi derrotada a su hijo. A la distancia se vio como unos guerreros elfos venían a luchar contra Velad, ya que si lo mataban la guerra terminaría.

— Ahora sí, mataré a la elfa — dijo mientras iba por Irisdhina.

— No te lo permitiré — dijo Aztaroth poniéndose de pie nuevamente, su cuerpo estaba adolorido y casi no podía moverse por esa razón, estaba sangrando por su boca y nariz, pero aun así continuaba. —Como dije, ¡no permitiré que las toques!

En ese momento se creó un círculo mágico frente a Aztaroth, en su interior tenía tres más pequeños formando un triángulo y cinco pequeños fuera formando un pentágono, los de afuera giraban en su propio eje hacia la izquierda y los tres de adentro hacia la derecha, el grande se encontraba inerte.

Una gran explosión fue liberada del círculo y dio de lleno contra Velad causándole daño, Aztaroth no sabía que fue ese ataque pero Velad sí, su mirada era más fría que antes y se lanzó contra Aztaroth.

Pero cambió de rumbo en un instante, atravesando a Irisdhina con su espada frente a la mirada atónita de su hija, Aztaroth trató de alcanzarlo mas no pudo y vio como ella era atravesada.

Su corazón se sumió en dolor y odio hacia su padre, lo mismo pasó con Asterisk al ver morir a su madre. El corazón de la niña palpitaba a gran velocidad, sentía como su sangre hervía, como un calor incontrolable recorría su pequeño cuerpo.

Velad hizo eso en fracciones de segundos, no le dio tiempo a Doragon de reaccionar, la elfa murió, puede que si no hubiera conocido a Aztaroth nada de esto hubiera pasado y podría estar en su jardín como todos los días y esto era lo que más le dolía al hombre, al saber que por su culpa ella había muerto.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Where stories live. Discover now