CAPÍTULO XXXVI: EL INICIO DE LA BATALLA

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El largo viaje a Ciudad Imperial estaba por terminar, los jóvenes esperaban a las afueras para hacer su entrada, la noche estaba por terminar, una hermosa luna yacía en el cielo iluminando toda la Ciudad Imperial, la operación iniciaría al amanecer.

El Ejército Revolucionario estaba a la espera de las órdenes de Livius para comenzar su ataque, el que lideraba el Ejército Revolucionario después de Livius era Relen Vitrort, representante de la familia Vitrort, una familia noble de Ventara que ya no soportaba los abusos de poder del rey Carlo.

La ciudad estaba muy protegida, habían más guardias desde la última vez que Reiji estuvo ahí, Arkos sabía sobre los movimientos del Ejército Revolucionario, pero no sabía cuándo atacarán con exactitud, actualmente habían 1000 paladines cuidando la ciudad, el Ejército Revolucionario era de sólo 340 hombres.

En números el Imperio ganaba con más de la mitad de hombres, pero Reiji, Livius y Chelsea eran muy poderosos que podían derrotar a varios ellos solos, Reiji estaba a momentos de vengar a su amada, vengar la muerte de Ange.

Una señal en el cielo, grandes llamas daban la señal de inicio, la verdadera batalla estaba por comenzar, Livius debía de recuperar el trono del cual era heredero.
Debía vengar la muerte de sus padres y su hermana. Livius estaba en el lado oeste de la ciudad junto a Reiji, Chelsea y parte del su ejército, mientras la otra parte del Ejército Revolucionario en el sur, en las puertas de la ciudad.

— ¡Adelante! —gritó Relen.


— ¡Por el príncipe Livius y por un nuevo Imperio! —gritaron los hombres.

El ataque comenzó contra las puertas, rayos, fuego, viento, y muchos diferentes tipos de ataques comenzaron, los guardias comenzaron a lanzar millares de flechas que atravesaban a los revolucionarios.

—Mi Lord, nos atacan —dijo un soldado a Arkos.


—Así que hicieron su movimiento, tripliquen la seguridad del Palacio —dijo Arkos.


—Sí, mi Lord —dijo al marcharse.


—Oye, Arkos, siento la presencia de tras bestias —dijo una voz a su cabeza.


— ¿Así que Caballeros Bestias?


—Oye, también siento el Maná de aquel chico.


— ¿Aquel chico?


—El hijo del antiguo rey.


— ¡¿Qué?! ¡¿Qué estás diciendo?!


—Puede que sea su líder.


—Ha venido a reclamar su trono.


—Vaya, vaya...


— ¿Ahora qué?


—Un Maná conocido, así que regresó.


— ¿Quién? El chico que mató a los Generales Divino.


— ¡¿Reiji Akasha?!


—Seguro a vengar la muerte de su mujer.


—Bien Seiryu, pero no lograrán llegar al rey.


—Claro jamás nos ganarán —dijo riendo.

Mientras el Ejército Revolucionario se abría paso por las puertas de la ciudad, al oeste Livius destruyó parte de la muralla para entrar, los soldados de Livius corrían a las puertas por dentro para realizar un ataque de pinzas.

Pero apenas estaban entrando a la Ciudad Imperial pero les faltaba llegar al Palacio, se escuchaba los sonidos de choques de espadas y armas una y otra vez, aunque fueran pocos los del Ejército Revolucionario estaban ganando al tener más motivación que los Guardias Imperiales.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Where stories live. Discover now