CAPÍTULO XXXV: LA HISTORIA DE YULIAN AKASHA

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El viaje junto a Livius y Chelsea, además de los Servants de estos había comenzado, los jóvenes entrenaban cada vez que podían, Livius enseñaba a Reiji a dominar los Ojos de Eon, hasta el punto de lograr ocultarlos.

Una semana de viaje había pasado, aún quedaba como dos semanas para llegar a la frontera y un mes para llegar a Ciudad Imperial luego de pasar la frontera, los papeles de Livius y Chelsea no estaban al día como los de Reiji, así que usaban documentos falsos.

—Un portador de los cuatro grandes ojos debe saber su origen —dijo Livius.


—Supongo —dijo Reiji, si bien el chico tenía a Cognitio no la había leído en mucho tiempo.


—Los tres portamos alguno de los cuatro grandes ojos —dijo Chelsea, portadora de los Ojos de Aquila.


—Esto pasó hace más de cien años, luego de la muerte de Yulia Kusagi.

Hace más de 185 años

Pasaron quince años después de la muerte de Citrón a manos de Falmex, Yulia vivía con su hijo Yulian de ya unos 19 años, el líder de los Kusagi mandó a matar tanto a Yulia como a Yulian, su hija y su nieto, los cuales él no aceptaba.

Yulia protegió a su hijo, dando su vida por él, Yulian logró escapar y salvarse, pero su corazón buscaba venganza contra los Kusagi, pero su fuerza no era lo suficiente.
Viajó al sur del continente buscando poder.

Él presentaba una particularidad única, había heredado ambos Guardianes de sus padres, Ophis y Fénix, era fuerte sí, pero no tanto como para derrotar a los Kusagi solo, entrenó día y noche durante su viaje, desarrollando técnicas poderosas, llevaba la espada de su padre, la Claymore —combireino de Clay "cortar" More "absorber" en el idioma de los antiguos—, y el arma de su madre Aquerion —el cual significa "Cambiar" en el idioma de los antiguos—, era un arma que cambiaba de forma según desee el usuario.

Luchaba contra monstruos muy poderosos, desarrollaba técnica tras técnica en su viaje, su poder crecía más y más, pero a él no le parecía suficiente, llegó a un lugar el cual era conocido como sagrado, el hogar de Suzaku, la Bestia Sagrada que protege el sur de Kenta.

Una fiera batalla se desató, Yulian buscaba contratar con Suzaku para obtener el poder necesario para su venganza, el viaje que había durado seis meses aproximadamente había dado frutos, tanto que Yulian daba la pelea a Suzaku.

—Humano, me agradas, nunca ha existido alguien que me dé una buena batalla que no sea una Bestia Sagrada —dijo Suzaku, su voz era un poco femenina.


—Necesito tu poder para lograr lo que necesito.


— ¿Venganza?


—Sí.


—Los humanos solo piensan en vengarse, siguiendo con la cadena de odio interminable.

Los dos guardianes de Yulian estaban invocados, usando la habilidad de Ophis, Heavenly Blessing, para aumentar su poder, Yulian no se daría por vencido así como así, debía vengar a su madre, ya que fue rechazada y maltratada por los Kusagi.

Él no podía perdonar que el padre de su madre la mandase a matar, destruir toda esa familia, ese era su mayor deseo, nadie antes había pactado con una Bestia Mítica, ni mucho menos una Bestia Sagrada, ni sabían que era posible esto.

Luego de una buena y larga batalla Suzaku aceptó la petición de Yulian, de ser su Servant, cualquier hombre que tuviera los pantalones de retarla de esta manera y con tal poder sería la mejor opción.

Yulian ahora poseía el poder del Fénix, Ophis y Suzaku, pero aún no le era suficiente, quería desarrollar una técnica que fuera más allá de lo visto anteriormente por todos, así entró al más grande de los Taboo de ese tiempo, la manipulación del Maná en los ojos, más que un Taboo era algo que se consideraba imposible.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Where stories live. Discover now