CAPÍTULO XVI: UN VIAJE LARGO

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Ahí estaba él frente a las dos bellas chicas que había acompañado hace ya un tiempo, el viento soplaba fuerte en ese momento moviendo su cabello plateado.

—M-mierda eres tú, bastardo —dijo Aria.


— ¿Por qué nos atacas? — preguntó Mía.


— ¿Acaso no me atacaron primero y quitaron la que sería mi fuente de información? —Contestó el chico con una mirada desinteresada.


— ¿Por qué haces esto? —preguntó Aria ya en su buena personalidad.


— ¿Por qué? ¿Acaso te olvidas que prometí traer de vuelta al chico Kazer?


—Reiji, ¿Dónde has estado? —preguntó Mía.


—Tantas preguntas y muy poco tiempo, solo necesito que me digan dónde están los Caballeros Negros, ya que pusiste a dormir al que sería mi proveedor de información.


—Icekas, la ubicación del arco de Glacies, puede que vayan allí —dijo la bella pelirroja.


—El norte, bah, tendré que partir ahora
—Ven con nosotras —dijo Mía.


—Lo siento pero solo me retrasarían —dijo el chico.

"¿Por qué digo esto? ¿Por qué actúo de esta manera? Ellas son mis amigas"—se decía en su interior—


—Te lo dije Reiji, un gran poder puede corromper tu humanidad y cambiarte —dijo su Servant.


—Así que a esto te referías.


—Puede que sí, pero realmente no.

Tanto como los poderes y la aptitud de Reiji habían cambiado, ya no era el mismo de hace unas semanas, tanto física como psicológicamente había cambiado.

Él que estaba frente a ellas ya no era el chico que habían conocido, él buscaba la Fortaleza de los Caballeros Negros para salvar al chico que por su culpa se habían llevado.

Luego de terminar la conversación dio un salto y subió al techo de una casa y se fue saltando de lugar en lugar a increíble velocidad.

—Se marchó —expresó Mía.


—Cambió —dijo Aria.

Las chicas se dirigieron a donde las esperaba los Akasha para llevarlas al norte, tomando en cuenta que están en Ciudad Parsce bastante lejos de la Ciudad Imperial y deberían pasar por esta para viajar al norte, tomará aproximadamente 15 días de camino pero al ir en carruaje se reduce a 13, no podían ir volando por las constantes ventiscas del norte y el hecho de que continuamente recurren a esta manera de viajar ya estaban sufriendo desgaste.

Al llegar al lugar acordado se encontraron con Nei y Revel Akasha.
Nei, un joven delgado el cual lleva una armadura dorada por formar parte de la Guardia de los Akasha, sus ojos azules y cabello rojo como todos los de su familia, su cabello era largo y con una trenza.
El otro era mucho más grande y musculoso, cabello largo rojo. Al igual que Nei lleva la armadura dorada.

Ambos hicieron una reverencia ante las jóvenes, el motivo de que ellos estuvieran aquí no sólo era para llevarlas sino que para protegerlas, pues Isaac se había enterado de lo sucedido en Ciudad Alada y no dejaría que nada le pasará a su preciada hija.

—Lord Isaac nos envió para protegerlas —dijo Nei.


—C-c-cómo has estado Aria —dijo Revel.


—Idiota, cómo le hablas así a Lady Aria —dijo Nei mientras le daba un golpe en la cabeza.

Lord y Lady, títulos de nobleza de las grandes familias de magos y dado principalmente a la rama principal.

La chica simplemente le sonrió y Revel se sonrojo.
Aquel hombre de aparentes 21 años de edad y primo de Aria había estado enamorado de ella por mucho tiempo, esto debido a que los Akasha se casan entre ellos para mantener sus poderes, esto desde los comienzos de su familia.

Nei les abrió la puerta del carruaje y las invitó a entrar en él, Aria y Mía entraron al carruaje, los otros dos Akasha se montaron donde se maneja el carruaje y comenzaron su viaje.

Reiji aún se encontraba en la ciudad descansando en una posada antes de partir al pueblo siguiente, el viaje sería largo y no le garantizaba que su enemigo estaría allí pero de igual manera debería viajar.

—Lyon, ¿podré derrotarlos a todos? ¿Podré proteger a alguien?


—De seguro, Reiji.

El chico yacía recostado en una cama ya hacía tiempo no descansaba en algo tan cómodo, comparado con el duro suelo de las Cavernas, no había tomado un baño en mucho tiempo, él se fue a duchar y Lyon se quedó en el cuarto.
Se desvistió, agua caía y resbalaba por su cuerpo, se sentía fría pero esto lo ayudaría a despertar del cansancio.

Dormir todo el día era lo que quería, mientras se duchaba se dejaban ver múltiples cicatrices en todo su cuerpo, en la espalda, piernas y brazos.

Su ropa ya estaba vieja y rota después de los duros días, Lyon le había dejado a Reiji tomar algunos rubíes de las Cavernas para que las utilizara en su viaje.
Al salir del baño se acostó en la cama y durmió.

1 de febrero

Ciudad Parsce

El chico había dormido todo el día anterior y ya tenía que partir nuevamente, tomó un baño y se alistó.

—Iré a comprar algunas cosas para irnos
El león se desmaterializo y entró en el sello. Reiji se colocó nuevamente la túnica y fue al mercado más grande de esta ciudad.

—Bienvenido, joven —dijo una dependiente.

El chico entró y busco algo de ropa, con un rubí lo pagó.
Ahora él llevaba una gabardina negra con acabados en plateado y unas cadenas por los bolsillos, su camisa ahora era negra y su pantalón igualmente negro, un cinturón negro y unas botas altas del mismo color, además de unos guantes negros los cuales no cubrían sus dedos.
Ya era hora de partir y tenía ropa negra, la vieja la desechó y partió de la ciudad al próximo pueblo, llevaba en su espalda la espada que su abuelo le había dado al partir.
Compró un bolso y provisiones para este largo viaje al norte.

Lighgon y las Armas del Dragón [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora