Me haces sentir como una niña

4K 276 16
                                    

Mataron 1/3

-Enserio no debiste molestarte Justin-Musite con voz nasal, mirando el hermoso ramo de flores que estaba sobre el buro junto a mi cama.

Se rasco tímidamente la nuca, con una pequeña sonrisa.

-No es molestia, pensé que las flores te animarían y puesto que no muy a menudo tengo este tipo de detalles contigo...

-¿Quién diría que detrás de esa coraza de chico malo se escondería tal ternura?- le dije.

-Las apariencias engañan supongo- se encogió de hombros, como restándole importancia al acto, pero era imposible hacerlo.

-¿Seguro que no tendrás problemas si faltas a clases?- le pregunte preocupada, negó rápidamente con el seño levemente fruncido.

-Para nada Summer, no es como que literatura se tan importante en mi carrera- soltó una sonora carcajada- ni siquiera entiendo porque es parte de la formación.

-Quizás para que seas integral en todos los aspectos-tosí.

-También traje algunas aspirinas, y tea de menta. La Farmacéutica me recomendó que tomaras una gran tasa de tea de menta, canela y miel con dos aspirinas, me aseguro que con eso estarás mucho mejor mañana, pero como no confió mucho primero tomaras caldo de pollo, y después si no noto mejoría en ti, tomaras el tea. ¿Vale?- me pregunto, sus perfectos ojos me miraban fijamente y por un momento me sentí frágil ante sus encantos, asentí lentamente y este hizo una mueca.

-¿Cuidaras de mí?- me atreví a preguntar, sonrío mostrando sus dientes.

-¿Por qué lo preguntas?, ¿dudas de que haga un buen trabajo?- soltó divertido- te aseguro que hare todo lo que este a mi alcance y mucho mas para que te mejores, nadie mas que yo quiere verte bien.

Y para completar sentí mis mejillas calentarse, el se dio cuenta y me dio un guiño coqueto, antes de tomar mi mano y entrelazarla con la suya, en estos momentos me sentía tan débil que ni podía darle un apretón.

-Oye, ¿Cómo hiciste para poder entrar sin ser avisado?—le pregunte arrugando mi nariz, bien seguro era Rudolph el reno de la nariz roja en este mismo instante.

-Ya conoces mi elevado poder de convencimiento- respondió, pellizcando cariñosamente la punta de mi nariz-Aunque no lo creas te ves muy tierna en estos momentos- me dijo, y entrecerré los ojos hacia el.

-No te burles de mí- gruñí, tratando de desatar nuestras manos pero su fuerza era superior a la mía.

-No lo hago, lo juro- musito- Enserio te vez muy linda, quizás sea porque tus mejillas están rojas, al igual que tu nariz y tus labios- se detuvo a mirar estos, trague en seco- hacen un bonito contraste con tu piel y tus pecas.

-Agradezco el alago, pero aun sigo creyendo que me veo fatal- talle mi rostro- y lo entiendo, no pegue un ojo en toda la noche, mis dientes castañeaban y no entendía porque sentía tanto frio, estaba bastante abrigada- le explique.

la venganza es dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora