Capítulo 86: El hombre de los alfileres

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Durante 75 años, la arboleda de los Blossom de Thornhill había sido el corazón de Riverdale, proporcionando siempre a sus dueños su tan ansiado y valorado jarabe, que alimentaba a todos los ciudadanos, año tras año, pero ese día, ni una sola gota había caído dentro de los barriles.

—Es vuestra culpa —Les dijo Nana Rose a sus sobrinos-nietos —No podéis ser felices, la maldición no lo permitirá. Algunas de las arboledas no serán más que cargas estériles. Debemos rezar por la liberación.

—Lo único por lo que hay que rezar en esta casa es por cordura, que veo que empieza a escasearte. —Recriminó Cheryl. —Chaíto, abuela.

Daniel suspiró.

—Mandaré a traer a un experto en botánica para que revise todas las arboledas —Dijo Daniel —Debe ser algo más que una maldición lo que nos atormenta, Nana. Algo más... físico. Además, no soy feliz.

—¿Ni siquiera con el escritor?

Las imágenes de Danny yendo al Pop's la noche anterior, para invitar a Jug a comer fuera le llegaron a la cabeza. Él caminaba hacia la entrada, mientras Jughead bailaba con Tabitha, hasta que se quedaron solo a una escasa distancia de besarse.

—Incluso. Vuelve a tus libros de vísceras y sangre, Nana. Yo me encargo de las arboledas.

Daniel fue hasta el instituto, y entró en clase, antes de que llegasen los demás. Comenzó a poner un examen en cada mesa, boca abajo, y entonces Jughead entró y lo besó.

—¡Eh!

—P-perdón ¿He hecho algo malo?

Danny contuvo la mueca de asco.

—¿Qué te he hecho para que me odies? —Preguntó Daniel —Mira, nos acostamos, sí. Para mí fue algo más que solo sexo, que un calentón momentáneo, sentía que tú volvías a ser tú, pero me has demostrado que no.

—Daniel ¿A qué te refieres? Pensaba que...

—Os vi a ti y a Tabitha besaros anoche en el Pop's, cuando iba a buscarte para proponerte una cita. Ahora, en vez de comprensión y alguien con quien contar para el inminente problema financiero que sufre mi familia, tengo un novio doblemente traidor.

—Danny, yo... no niego que no me sentí tentado de besarla ¡Pero...! —Jughead le cortó el camino —Pero, cuando nos dejamos llevar por la música y cuando noté que me estaba pasando, corté de inmediato. Fue ella quien intentó besarme, y yo me alejé. Se ha portado bien conmigo, y la otra noche tuve la sensación de que nosotros estábamos... teniendo algo de nuevo. No quiero que eso se pierda.

Danny suspiró.

—¿De veras?

—Danny... tuvimos ocho años de relación donde los dos nos soportamos sobre los hombros del otro, cuando uno no podía seguir, el otro le ayudaba. Necesito eso en mi vida, necesito a la única persona en quien puedo confiar. En otras palabras, me gustaría que... volviésemos.

—Te lo tendrás que currar mucho más. Para empezar... tendrías que ser el Jughead que salió de la uni.

—Ya... nada de drogas y nada de beber ¡Claro! Te lo prometo. Te apetece si tenemos mañana por la noche una cita y... ¿Lo acordamos?

­—Vale, guay. Ahora... tengo clase.

—Y yo, además tengo que escribir. A mi editor le está gustando lo que estoy escribiendo, pero cree que es muy rollo Stephen King, quiere que cambie un poco el estilo.

—Suerte.

Jughead sonrió y, sin saber si besarlo o hacer irse, lo abrazó, y se marchó. Los alumnos llegaron dos minutos después, y empezaron el examen, sin embargo, una llamada de Betty le obligó a correr a su casa y dejar todo en manos de Bell.

Héroes de RiverdaleWhere stories live. Discover now