Capítulo 80: Purgatorio

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Siete años era mucho tiempo, sobre todo para un joven alejado de su hogar. Para Archie Andrews, fueron muchos, muchos años, años que dedicó enteramente al ejército, y que en ese momento le tenían postrado en una cama. Se despertó sin saber dónde estaba, recordando solo el sonido de la batalla, los disparos y los gritos, sobre todo los gritos.

—Buenos días, soldado —Archie de inmediato se sentó y se llevó la mano a la frente para saludar —¿Estás listo para volver a casa, hijo?

—¿A casa? No, no señor. Estoy listo para volver a la batalla.

El mayor Taylor suspiró.

—Le ha dado al ejército siete años de su vida, siete buenos años. Todos los hombres de su unidad dan fe de ello. Están vivos gracias a usted.

—No todos, señor.

El mayor suspiró.

—He investigado. La RROTC de tu antiguo instituto lleva tiempo desactivado. No se me ocurre nadie mejor para devolverle la vida.

Archie negó con la cabeza, enfadado.

—Con todo el respeto, señor. No me uní al ejército para hacer de chupatintas.

—No es una petición, sargento, es una orden. Firme los papeles —El mayor Taylor se volvió, pero miró una última vez a Archie —Acaban de trasladar al cabo Jackson.

Al menos él seguía vivo, al menos él. Archie firmó los papeles, su sentencia de muerte, de su capitulación en el ejército. Tras tanto tiempo, volvía a ser un simple civil. La mañana siguiente se presentó frente a la camilla de Jackson, y le sonrió.

—¿Cómo te encuentras?

—La verdad es que me están medicando tanto que... estoy bien ¿Tú? ¿Vas a algún lado?

—Sí, a casa —Respondió Archie —Riverdale. Taylor quiere que ponga en marcha el programa RROTC.

—Eso es una mierda —Escupió Jackson, pasándose una mano sobre la cabeza pelada.

—Jackson, quiero decirte que lo siento. Ojalá estuviese yo en esa cama y no tú.

—Sí, ojalá —El tipo se echó a reir, y Archie lo acompañó —Sargento... si sigo respirando es gracias a ti. Riverdale ¿eh? Suena tranquilo.

Pero para Archie sonaba de todo menos tranquilo.

Archie se metió la mano en el bolsillo y le tendió la tarjeta a su camarada.

—Si sales de aquí, búscame.

—Gracias, sargento. Lo haré.

El camino de vuelta casi se sintió como si estuviese volviendo a los años de su niñez, de su adolescencia. Cada árbol le recordaba a sus amigos, en cada arbusto seco veía la sonrisa de Jughead, en cada flor los ojos de Betty y Verónica, y en cada arce a Daniel y Cheryl. Pero, si a alguien veía en todos lados, fue a su padre, especialmente cuando llegó al Pop's. El lugar estaba concurrido, como pasaba antes, pero se fijó que la mayoría de gente eran Serpientes y tras la barra ya no estaba la característica sonrisa de Pop Tate.

—¡Hola, soldado! —Saludó la chica que estaba en la barra, tenía la piel oscura, el pelo rizado y los ojos del color de la tierra mojada. Era muy bonita —Tenemos comida y café recién hecho, o si quieres algo más fuerte, ve abajo.

Abajo... la Bonne Nuit. Archie bajó, escuchando la música más fuerte a medida que bajaba escalón tras escalón. Ese sitio estaba hasta los topes, con neones de Serpientes del sur por todos lados, casi parecía un segundo White Wyrm y, en el escenario, dos guitarristas cantaban al son de tres bailarinas, dos que se movían en la pista sosteniendo grandes serpientes y una tercera que bailaba. A pesar de que su pelo ahora tenía rastas y ya no era marrón y rosa, Archie la reconoció perfectamente. Era Toni Topaz, más guapa que nunca, y tras ella, reconoció a los los guitarristas, eran Fangs y Sweet Pea.

Héroes de RiverdaleWhere stories live. Discover now