Héroes de Riverdale

Capítulo 23: Semilla de maldad

Danny y sus amigos se encontraban, como era usual, en su rincón de la sala del alumnado. Tras dos semanas, por fin habían acabado las festividades navideñas, y todo volvío a su curso, esa tarde tenían un examen, y estaba estudiando concienzudamente para ello, hasta que el director habló por megafonía.

—Atención, aunque sus padres ya han sido avisados por correo, les informo que el instituto South Side High ha sido cerrado, y sus estudiantes serán transferidos a otros institutos de la región, incluido Riverdale High. Seguro que tienen muchas preguntas, pero huelga decir que recibiremos a estos estudiantes con los corazones y las manos abiertas. Los estudiantes que deseen ayudar a sus nuevos compañeros con horarios, taquillas y extraescolares, preséntense en mi despacho para más información. Gracias.

—¿Q-qué significa eso? —Inquirió Archie, que rodeaba a Verónica con un brazo. Daniel se alegró de que por fin arreglasen las cosas.

—Significa que vuelve Jughead —Dijo Betty —¿Danny, estás preparado para eso?

—Eh... sí, claro.

—¿De veras? —Kev alzó una ceja, circunspecto.

—Bueno, he pasado por cosas peores.

—¿Por qué pasa esto ahora? —Archie miró a sus compañeros, ceñudos.

—Quién sabe —Dijo Verónica —Seguro que es por alguna orden municipal bizarra y bizantina que es imposible que entendamos. Mientras tanto recibamos a estos exiliados como si fuesen de nuestra propia sangre ¿Quién se apunta? Oh, Danny, tú.

—¿Por qué yo?

—Porque tu exnovio y posible futuro novio, que son la misma persona, vuelve a este instituto. Imagina su alegría cuando vea que has trabajado para ser el primero en recibirlo ¿eh?

—Eres cruel, y manipuladora —Danny cerró su libro y asintió —De acuerdo, estoy dentro.

—¡Bien! ¿Kev, Archiekins?

­—A tus órdenes.

Daniel se levantó y salió por la puerta, de cabeza a una clase y luego, al examen. Habia empollado tres noches seguidas para poder ponerse al día, y el examen resultó ser un auténtico fiasco, demasiado fácil. Era una de esas ocasiones en las que desearía ser alguien que currase lo mínimo.

Cuando llegó a casa, comenzó a leer el libro que Jug le había dado, hasta que Betty lo llamó por teléfono.

—Hola, Danny. Quería pedirte un favor.

—Claro, Betts.

—Verás, Polly ya ha tenido a los mellizos, están en esa granja a la que iba a ir con Jason. El caso es que el ambiente en casa no es el mejor y yo querría encontrar a... mi hermano.

—¿Te refieres al hijo secreto que tus padres dieron en adopción?

—Sí —Asintió ella.

—Vaya, eso pinta ser difícil, Betty ¿Cómo podría ayudarte?

—Pidiéndole a Jughead el número de su asistenta social, sé que contigo será mucho más fácil.

—Vale.

—Gracias, espero tu respuesta.

Y justo después, llamó a Jug. Habían hablado algo desde Navidad, aunque no demasiado. Alguna comida en el Pop's con los amigos, le envió algunas páginas de su nueva historia, etc.

En esa ocasión, lo invitó para comer en el Pop's, pero solos, esa vez. Danny se preparó, se peinó, se puso su jersey de rallas más nuevo y salió hacia allí.