Capítulo 58: In Memoriam

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En la ciudad de Riverdale los terrores provocados por la Granja no se habían olvidado, pero sí que empezaban a desvanecerse. Poco a poco, la rutina y la normalidad comenzaron a hacerse presentes, paulatinamente. Todos estaban emocionados por la fiesta de la independencia del 4 de Julio, la primera que la ciudad vería en tres años, desde la muerte de Jason, y la primera que no tendría fuegos artificiales, pues los Blossom eran sus patrocinadores, y ese año, no iban a pagar por los fuegos. Daniel estaba a favor de celebrar la fiesta. Tres años habían sido tiempo suficiente de luto para su hermano, pero sabía que otros no se lo tomarían tan bien. Otra, para ser exactos.

Daniel y Jughead seguían juntos, felices, y sin ningún caso de asesinato aparente a la vista. Con el paso de las semanas, Jughead prácticamente había tomado la costumbre de dormir en casa de Danny, y volver a su casa a la mañana siguiente, para desayunar con FP y Jellybean. Sí, todo estaba siendo tranquilo, casi tanto que ambos chicos encontraron tiempo para poder escribir.

Danny estaba recostado en su cama, leyendo las últimas páginas de un relato que su novio había escrito, sobre un misterio en una mansión. Al acabar de leer, el pelirrojo sonrió y miró a Jughead.

—Precioso. —Dictaminó, casi en un susurro.

—¿Crees que vale la pena presentarla al concurso?

—No, creo que va a ser la historia que gane el concurso.

Jughead sonrió.

—Te quiero.

—Y yo a ti.

Jughed le besó la frente, y luego los labios. Los dos se recostaron en la cama y se abrazaron.

—Ojalá pudiésemos quedarnos así todo el día.

—Sería maravilloso —Concordó Jughead. —Pero tenemos que ir a ayudar a Verónica.

Daniel se giró hasta quedar boca abajo en la cama y gritó, ante la risa de Jughead.

­­—¡Vosotros! —Masculló George, entrando por la puerta ­—Betty está durmiendo, la vais a despertar.

—¡Vete, pedófilo! —Gritó Daniel, mientras le lanzaba una almohada.

Su hermano la esquivó y se marchó, enfadado.

Los dos se levantaron, se ducharon, se vistieron, despertaron a Betty para que se les unise, y se fueron. Verónica quería preparar para el desfile del día de la Independencia una carroza frente al Pop's, con un batido enorme incluido, por lo que comenzaron a ayudarle. Mientras los chicos hacían el trabajo pesado, Betty y Verónica se dedicaban gentilmente a pintar el susodicho batido enorme. Entonces, apareció la tormenta. Cheryl aparcó su coche frente a ellos y se bajó.

—Vaya, vaya, vaya. Que paren las brochas. El periodicucho de Riverdale por fin da una noticia cierta. No solo se va a organizar un espantoso y cutre desfile cruzando la ciudad, sino que vosotros cinco sois los arquitectos de tal ultraje.

—¿Qué te pasa, Cheryl?

—Mi problema, Verónica, es que el 4 de Julio debería ser un día de tragedia para Riverdale, no de celebración ¿Acaso habéis olvidado lo que le pasó a Jason?

—Cheryl, en mi casa tenemos una vela encendida por Jason, vamos a ir a poner flores en su tumba y mi padre ha pagado la misa del domingo para que se la dediquen —Explicó Danny —Pero la ciudad no ha tenido un desfile en tres años, necesita algo de alegría después de todo lo que ha pasado.

—Bonito, sentimental, pero irrelevante, hermano.

—A ver —Jughead se inclinó —No tienes por qué insistir.

Héroes de RiverdaleWhere stories live. Discover now