Capítulo 62: Testigo de la acusación

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Al final Danny no se apuntó al curso del FBI, quería estar más centrado en los dos trabajos que tenía que hacer para finales de esa semana, en vigilar el sur y ayudar a Verónica en los casos de sus padres, algo en lo que no había tenido mucha suerte, porque Hiram citó a Pop Tate para declarar, y seguramente le preguntase por los libros de contabilidades que demostraron la culpabilidad de Hiram, y que él había alterado.

Cuando Betty y Kevin, que se había apuntado al curso para ver si pillaba cacho, volvieron, el chico le contó que Betty tenía una habilidad genuina para identificar asesinos en serie.

—¿Los reconociste solo con verles las caras?

—Sí, fue... extraño. Tenía ese sentido. Pero, además, creo que puede ser por otra cosa, algo que me preocupa.

—¿El qué?

—Cuando estuve en la Granja, Edgar me dijo que tenía la violencia en la sangre.

—Betty —Danny suspiró —¿Vas a hacer caso a Edgar?

—No, no se trata de eso. En cierto sentido la violencia es hereditaria: Si tienes unos genes estás predeterminada a ser una asesina. Los genes MAOA y CDH13.

—Vale, pero Edgar nos engañaba en todo, Betty —Dijo Kevin, alzando las manos —No puedes estar segura de que fuese verdad, no te atormentes.

­—Puedes hacerte una prueba de ADN y que te confirmen si tienes esos genes —Comentó Daniel —Una vez vi por la tele, en un documental, que se podía hacer. Puedes ir al médico y...

—Yo creo que esto puede ser una de las cosas que es mejor no tocar —Dijo Kevin ­—Pero bueno, si te apetece comprobarlo...

—Lo pensaré, gracias chicos —Respondió Betty.

Tras la charla, Jug mandó un mensaje a Daniel para que fuese a su casa.

Entró en la residencia, y FP, que estaba examinando unos papeles, le dijo que Jughead estaba en el sótano. Al bajar, lo encontró rebuscando entre una gran pila de cosas, separada de otra, como si fuesen los trastos de los Cooper y los Jones, juntos pero separados al mismo tiempo.

—¿Qué buscas?

—¡No te lo vas a creer! —Dijo Jughead, esmerado en su labor —El profesor Chipping es el escritor de los Hermanos Baxter.

—¡¿Qué?! ¿Frankling P. Paxton? Si el último libro se publicó hace diez años.

—Al parecer, son varios autores fantasmas quienes los escriben y usan ese seudónimo. Hoy nos presentó el siguiente número ¡Que va a salir en Navidad!

Daniel corrió hacia él.

­­—Me estas vacilando ¿Qué estás haciendo?

—Buscando mi colección de los Hermanos Baxter. Me los traje cuando nos mudamos ¿Me echas una mano?

Ver a Jughead tan eufórico solo se podía conseguir mediante la comida, y los libros, pero ese nivel de alegría, solo con los libros de terror. Daniel comenzó a ayudarlo a rebuscar entre los muchos cachivaches, hasta que encontraron una caja con todos los números. Subieron corriendo al piso de arriba y se arrodillaron frente a la mesa de café.

—Veneraba a estos chicos, cuando otros niños querían ser superhéroes, yo quería ser un hermano Baxter.

—A mí me encantaba que mi madre o Georgie me leyese un capítulo antes de irme a dormir —Dijo Daniel, sonriendo, y cogiendo el cuarto volumen, su favorito —Siempre le pedía que me leyese otro.

Jughead sonrió.

—Mi padre me regalaba uno cada año por mi cumpleaños ¡Eh, papá! ¿Por qué paraste?

Héroes de RiverdaleWhere stories live. Discover now