Capítulo 72: Morir por...

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Alice había comenzado a rodar un documental sobre la muerte de Jughead, en parte para intentar aclararlo todo, y en parte para coronarse como la reina del chismorreo. No le importaba a Daniel, solo sabía que no había nada peor que le hubiese pasado y, como dijo Nana Rose, en la entrevista que le hizo Alice: "Riverdale era una ciudad nacida de la sangre, y siempre ha estado maldita". No eran los desvaríos de una anciana, era la cruel y putrefacta verdad que llevaba años cobrándose vidas.

Danny estaba en el Pop's, recogiendo un café, cuando Cheryl corrió hasta él y lo abrazó con toda la fuerza que le permitían los músculos de sus brazos. Cuando sus mejillas se rozaron, Danny sintió humedad en ellas.

—Danny y-yo lo siento muchísimo, muchísimo. —Cheryl se separó, intentando ocultar su dolor bajo una máscara de pétrea dignidad —Parece que al fin te ha tocado la maldición de los Blossom y ahora tengo un rival como monarca de la tragedia.

Danny asintió, sonriendo tristemente, y dirigiéndose a la puerta.

—¡Prométeme que no lo harás! —Dijo Cheryl, interponiéndose en su camino.

—¿H-hacer q-qué?

—Quitarte la vida —Dijo en un sollozo —Todos sabemos que Jughead y tú erais los Hamlet y Ofelia de Riverdale, no sé cuál era cuál, pero... sé lo que duele, y sé lo que es perder a tu media naranja. La desesperación te embarga sin avisar... ¡No dejes que te asfixie! Además, no puedo perder a otro hermano.

—Te lo prometo, no lo haré, te lo prometo.

Danny dio otro paso, y nuevamente fue interceptado.

—¡Igualmente! —Exclamó la pelirroja, sonriendo de oreja a oreja —Señor Danny Blossom estás bajo vigilancia suicida ¡Considérame tu sombra!

—No, no hace falta, de veras. Además, necesito espacio.

—¡¿Cuál es tu primer punto de la agenda?!

—Tengo que ir a Stonewall a recoger las cosas de Jughead.

—Mi descapotable está ahí fuera ¡Te llevo!

—Vale, allá vamos.

Por el camino, Cheryl seleccionó algunas de sus canciones de Pop favoritas, mientras Danny miraba el paisaje del bosque a ambos lados de la carretera. Llegaron al instituto, y Cheryl se quedó en el coche, mandando mensajes a Toni.

El pelirrojo subió hasta el piso superior, y suspiró. En el corcho había varias fotos, pero en el centro había una de él, el día de su cumpleaños, cuando Jughead le cantó un All of me como si fuese el Oliver de sus sueños y él, su imperfecto Connor. Se guardó el alfiler de Pluma y Calavera, con las iniciales FPJ III grabadas detrás, en el bolsillo, y Danny siguió recogiendo las cosas que Jughead había dejado en su cuarto de Stonewall, mientras las lágrimas le recorrían las mejillas.

—Ahórratelas, demonio pelirrojo.

Danny miró hacia la puerta.

—¿Qué quieres, Bret?

—Has conseguido lo que querías. Forsythe no irá a Yale, así que supongo que estaremos tú y yo solos en New Haven.

Se marchó a paso rápido, y Danny salió con la caja en brazos. Pasó delante de la habitación de Donna, y la tentación fue demasiado grande.

—¡Eh! —Dijo a Cheryl, mientras ponía la caja en la parte de atrás del coche —¿Me haces un favor?

—Lo que sea.

—Llama a FP, dile que Donna Sweett, de Stonewall, tiene en su poder un objeto que pertenecía a Jughead.

—¿Q-qué? ¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes?

Héroes de RiverdaleWhere stories live. Discover now