-"Así que, ustedes son...?"

874 73 9
                                    

Pasan alrededor de unos 20 minutos hasta que logro calmarme y dejar de llorar. Hace bien descargarse, sobretodo cuando la otra persona se muestra comprensiva, te mantiene fuerte y te sostiene para que no caigas. Ross estaba llorando, ni bien terminé mi confesión pude oírlo llorar, intentaba estar fuerte para mí, sin embargo se derrumbó conmigo por un segundo, luego recuperó la compostura y ahora vuelve a sostenerme. No puedo estar más enamorada, sinceramente. 

"Te amo" Me suelta Ross con su boca sobre mi oído. Levanto la cabeza para mirarlo a los ojos, pero está muy cerca y termino mirando el cielo con su boca en mi mejilla. 

"Te amo demasiado" Le respondo luego de un momento, y el se vuelve para quedar frente a mí mientras levanta mis piernas y las apoya sobre las suyas. Me dedica una sonrisa encantadora, yo hago lo mismo pero la mía desvanece al instante.

"¿Qué sucede Laura?" Su mirada es de preocupación ahora.

"Tengo miedo"  Una lágrima vuelve a escapar de mi ojo derecho y me siento una idiota por no poder hacer nada más que llorar.

"¿Miedo de qué?"  Me pregunta en un tono suave mientras seca mi estúpida lágrima. Joder

"Ya sabes, de no volver a verlo. A pesar de todo lo extraño, y lo necesito conmigo. El no lo ha hecho a propósito, a lo del accidente me refiero, pero sí se encargó de emborracharse, lo que provocó el maldito accidente, pero el no quería, y él... Me refiero a que yo... Estoy muy confundida, no sé qué debería hacer." Mi voz suena nerviosa, y refleja cómo me siento. No quiero seguir hablando del tema, no quiero pensar en ello por ahora, sólo quiero perderme en el increíble chico que tengo frente a mí mirándome con preocupación y acariciando mi pierna suavemente sin saber qué responder a lo que acabo de decirle. 

No le doy tiempo de hacerlo, sin embargo. Me arrastro un poco más cerca de él y planto mis labios en los suyos. No duda en corresponderme y pronto estoy sentada sobre su regazo hundiendo mis manos en su cabello rubio, mientras él acaricia mi espalda, el beso es delicado y tierno, pero el hecho de tener su lengua rozando la mía siempre resulta caliente. Digamos que nuestros besos nunca son en su totalidad inocentes, y me encanta ese toque que tenemos juntos.

"Quédate conmigo esta noche" Le pido junto a sus labios. 

Él sonríe.

"Por supuesto que me quedo cariño" 

Joder, siento tantas mariposas dentro que me viene la sensación de un cosquilleo imaginario -o quizás no tanto- que hace que me estremezca y empiece a reír. Y Ross vuelve a estar confundido otra vez.

++

"¡Gané! ¡He ganado! ¡POR SEGUNDA VEZ! POR. SEGUNDA. VEZ. Esto te duele, verdad? ¿Puedo refregar mi trasero en tu cara o eso sería demasiado grosero?" Le digo a Ross mientras salto sobre el sofá. Hemos estado jugando a su videojuego favorito "algo que sólo los verdaderos hombres pueden ganar" según él. Y he ganado. Dos veces. Con miles de puntos de diferencia. Pienso disfrutar de este momento todo el tiempo que pueda, ya que mi novio se burla de mí a menudo, no tiene nada de malo hacerlo sentir algo afeminado por un día. 

"Eso sería caliente Marano, sin duda. Aunque dada la situación, sí. Sería algo grosero. Pero igual disfrutaría ver tu hermoso trasero sobre mi rostro, así que... Adelante" Ross quería hacerme creer que no le importaba en absoluto el haber perdido, pero sé que le molesta, así que pongo mi trasero en su cara, mis pies a ambos lados de sus piernas, y comienzo a saltar al ritmo de la canción que suena en la casa, a la cual -por cierto- le cambié la letra de vivencias adolescentes, a un canto de triunfo por haberle ganado a tu novio. 

Mi baile no dura mucho. Ross me toma por la cadera y tira de mí hasta tenerme sentada sobre su regazo. Intenta decirme algo pero sigo moviendo mi trasero y cantando mi canción. Esto no le molesta, en absoluto. Al contrario, le gusta, y lo siento debajo de mí. Pero mi mirada, mi canto y mis movimientos permanecen inocentes. 

"Será mejor que pares, o esto terminará dentro de tu habitación" Me advierte intentando parecer tranquilo, pero sé que no lo está. 

"Sabes que estamos solos ¿verdad?" Le pregunto mientras me inclino hacia atras, pegando mi espalda a su pecho, y levantando mi cabeza, de esta forma Ross puede comenzar a besarme el cuello. 

"Porque lo sé, por eso te lo advierto"

"No me adviertas entonces... Hazlo" 

Y la rapidez con la que responde a mi petición me vuelve loca.

++

Mis piernas tiemblan, pero logro hacer que los shorts lleguen a su lugar. Cielos... Esto del sexo cada vez se pone más bueno. Tengo el aroma de Ross por todo mi cuerpo y no quiero despecarme de él, así que supongo que mi ducha la dejaré para más tarde. 

Termino de vestirme y me giro para ver a mi precioso novio apoyado en el marco de la puerta mirandome de una forma caliente, la verdad. Me recojo el pelo y su mirada se pone aún más intensa y veo nacer una media sonrisa.

"¿Qué?" Le pregunto intentando adivinar en qué piensa.

"Nada, cariño" Me dice, y se dispone a bajar.

Se hace de noche para cuando mamá llega. Nos encuentra a mí y a Ross besándonos en la cocina. Se sorprende por un segundo, pero luego se recupera y nos sonríe. Anuncia que cenaremos lasagna, si nos apetece. Y muero de hambre, además quiero presumirle a Ross la increíble comida de mi madre. Lo dejo en el sofá mirando televisión y voy a la cocina a ayudar a mamá que parece estar de mejor ánimo que ayer.

"Así que, ustedes son...?" 

"Novios" Termino la frase y automáticamente ella sonríe.

"Sabía que pasaría" ¿Esto es una broma? Ella me molestaba con él cuando el tema "raura" comenzó, pero al ver que yo no le prestaba la mínima atención lo dejó ahí. Nunca pensé que hablaba en serio.

"Veo que lo han pasado bien mientras yo no estaba aquí" Me dice mamá guiñándome un ojo y retirándose de la cocina. ¿qué?

Me dirijo confusa hacia mi cuarto para ponerme mis zapatillas. Y no es sino hasta que me miro al espejo colgado en mi puerta que me doy cuenta de lo que mamá se refería con su comentario de hace un segundo.

Tengo un enorme chupón en mi cuello. 

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora