-Sin sentimientos

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Lo siguiente que supe es que terminamos en su habitación. Habíamos entrado sin cortar el beso, la intensidad no hacía mas que aumentar, tiramos algunas cosas en el camino. 

Ross me apretó contra la pared y se deshizo de mi top, sus brazos envolvieron mi cintura y sus manos jugaban con la parte de atrás de mi brasier hasta encontrar el punto en el que se separaba cada extremo. Yo no iba a ser la receptora aquí, así que desprendí el boton de su pantalón y metí mi mano en su ropa interior, no sé de dónde saqué el valor, pero me gustó. Sentí dureza contra mi mano y, mierda que era caliente. Ross sacó su remera por encima de su cabeza, dándome la visión más perfecta y tonificada de mi vida. Iba desabrochando mis shorts, y a un ritmo lento los bajaba hasta debajo de la cintura, mientras su boca recorría mi cuello y sus dientes rozaban mi oreja. Joder, yo también quiero morderlo. 

Terminé por sacar por completo sus pantalones, nuestra ropa quedó perdida por no sé donde, pero nuestros cuerpos se encontraron perfectamente en la cama. Era enorme, espaciosa y cómoda, Ross supo ubicarme en ella en la primera caída, se apretó contra mí sin dejar de besarme y sentí su excitación entre mis piernas. Podría acostumbrarme a esto.

-Espera -me dijo Ross con muy poco aire.

-¿Qué sucede?

-Sé que me dijiste que obtuviste la pastilla cuando decidiste comenzar con el tema virginidad, pero me gustaría, aún así, asegurarme. Ya sabes, tener mí método seguro.

-Claro, gran idea. -Y vaya que lo era, si hay algo que me asusta de esto es terminar embarazada.

Estiró el brazo y hacia la mesita de noche y sacó de su interior un paquetito plateado. Rápidamente lo arrebaté de sus manos y comencé a abrirlo. Me habían informarlo cómo ponerlo -adivinen quién- así que pude hacerlo bien. En cuento lo tuve entre mis manos me sentí con total poder, Ross sentía mi delicado contacto y le gustaba, así que apreté mi agarre un poco más mientras terminaba lo que había empezado. Luego de eso el eligió saltarse esa parte, para bajar su cabeza hasta tenerla entre mis piernas, por el momento sólo rozaba su nariz o sus labios, lo que me hacía moverme en respuesta a su caricia. ¡Oh vamos! Y levanté mi cadera hasta su rostro. No sé si fue mi desesperación o la falta de sentido común que esto me provoca lo que me hizo hacer ese movimiento. Pero no me importó nada más en cuanto sentí su boca moviéndose sobre mi lugar más delicado, y dejé escapar un corto gemido cuando su lengua se unió al baile. Mierda, eso me encantaba. En otro acto de valentía -o desesperación- puse mi mano en su cabeza y envolví mis dedos en su cabello. Es como estar tocándome indirectamente a mí misma.

No duramos mucho en eso, ya que la intensidad de esos besos me hicieron llegar al climax enseguida. 

Si ayer en la mañana me hubiesen dicho que hoy Ross y yo estaríamos haciendo esto con total confianza, no me lo hubiera creído. Pero me encanta que haya sucedido.

Ross volvió a mi boca y se apoderó de ella como si la hubiese extrañado segundos antes. Ahora sí se posicionó entre mis piernas, y se entretuvo unos segundos frotándose contra mí, siendo consciente de que había quedado delicada luego de esa explosión de hace un momento. 

-Sin sentimientos - Me dijo sonriendo, imitándo la película.

Yo sonreí.

-Sin sentimientos -Respondí.

Y entonces entró en mí.

Primero lento y suave, pero no por eso menos profundo. Luego de un momento no soporté más y subí mi cadera para profundizar aún más, y más rápido. Ross sonrió contra mi cuello.

-¿Ansiosa? -Me preguntó.

-Mucho -Demasiado.

Puso sus manos a ambos lados de mi cabeza y aceleró su ritmo. Esta vez me dejé llevar por el deleite y gemí, jadeé, levanté mi cabeza hacia atrás permitiendome disfrutar de todo. Cuando Ross se acercó más a mí, ubiqué mis manos en su espalda y arañé. El besó cada parte de mi rostro, cuello e incluso mis pechos. Yo besé su hombro, mi lengua también hizo lo suyo allí, y sentí su sudor en mi boca. Esto supera lo caliente.

Ya llegando al final, Ross levantó su rostro y su mirada encontró la mía. No pude mover mis ojos de los suyos, pero me permití hacer algo que quise hacer desde que entramos en esta habitación, mordí su labio. Y luego nos dejamos ir, mirándonos a los ojos.

Completamente intenso.

Completamente perfecto.

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora