-Es una apuesta, hombre.

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Revisé su historial de mensajes con esta "Lucy" y me llevé una sorpresa de lo más desagradable. El mensaje que vi de esta chica era corto, pero decía mucho y asumí lo de la apuesta y mi virginidad, no era difícil de adivinar, tampoco. Pero acabo de confirmarlo y duele como la mierda. 

Lucy:

Las vírgenes son muy dificiles Lynch, necesitarás demostrarles q en verdd vales la pena para q abran sus piernas a ti. 

Ross:

Lo dices porque tú has hecho que Jace esperara demasiado tiempo. No todas harán lo mismo.

Lucy:

Créeme que lo harán ;)

Ross:

Yo puedo hacerlo.

Lucy:

Haha quiero verte intentarlo

Ross: 

No lo verás, pero te enterarás.

Lucy: 

Genial ¿Conoces a una virgen o debo presentarte una?

Ross:

Oh no, creo que tengo justo a una aquí.

Lucy: 

¿Nombre?

Ross:

Laura

Lucy:

Espera, Marano?

Ross:

;) ;)

Lucy:

Hahahahaha tu estás loco si crees q laura te dejará desvirgarla sin más

Ross:

¿Quieres apostar?

Lucy:

Es una apuesta, hombre. 

Tiene la misma fecha. La fecha de la noche de cena en casa de los Lynch. La fecha de aquella vez que me propuso tener sexo con él. Joder, caí como una idiota. No podía ser posible que Ross dijese tantas cursilerías juntas sin haber hecho nada por él. Sólo era parte de su plan "conquistarme" para pasar la noche dentro de mis bragas. 

Y las veces que me dijo "te amo", todo era mentira. Cuando me confesó su amor solo buscaba retenerme para tener una prueba de que yo le había entregado mi virginidad y aún me tenía a sus pies. Eran esas las ganas de presumir nuestro noviazgo frente a sus amigos la vez que nos encontramos con ellos en un bar. Sus miradas lo decían todo, y yo era la ingenua. Joder.

++

"Te has perdido un increíble baño, en verdad"  Oigo la voz de Ross bajando las escaleras y me planto al final de ella. Él busca tomar mi mano pero doy un paso atrás. Su mirada es confusa, y cuando mira detrás de mi su rostro refleja que se está matando, pensando en qué está ocurriendo ahora: mi mochila, en la que traje mi ropa de fin de semana, está hecha sobre el sofá. Junto con mi bolso y mi abrigo. "Laura, ¿qué sucede?"

"¿Quieres decirmelo tú?" Le digo de forma cortante mientras extiendo mi mano derecha hacia adelante y le muestro su celular. El lo toma y ve el mensaje que he dejado puesto en la pantalla. El mismo que he recibido hace un segundo de "Lucy". Ross no tarda en entender lo que pasa. Sus ojos se abren como platos y me dedica una mirada llena de miedo.

"Déjame explicarte..."

"Adelante, hazlo. Que sea rápido, quiero irme de una vez." Le digo de la forma más seca posible. Nunca pensé que iba a hablarle de esta forma. Y nunca pensé que me traicionaría de esta forma, tampoco.

"Laura, yo... Había bebido un poco, comprendes? Yo solo, no estaba pensando con claridad en cuanto mandé estos mensajes. Mi intención no era ganar esa apuesta, sino estar contigo...." Ross intenta acercarse una vez más a mi, pero vuelvo a retroceder.

"Estabas cumpliendo una maldita apuesta. En el momento en que te acercaste a mi. acababas de sellar una apuesta y meterte en mis pantalones tenía que ver con eso." Digo al borde de las lágrimas. No quiero llorar delante de él y que parezca que esto me duele. Quiero que piense que me enoja, sin más. El problema es que sí duele. Duele demasiado. Y no puedo evitar llorar.

"Lo sé, y lo siento. Soy un maldito idiota. Pero seguía siendo tu amigo. Y cuando me llamaste esa noche, yo... En verdad estaba preocupado por tí, en ningún momento planeé acostarme contigo esa noche, sólo pasó."Sigue intentando justificarse y me pone de los nervios que no entienda de que esto no tiene perdón, por lo menos de mi parte.

"Ellos lo sabían Ross. Todos tus amigos en el bar. Esta chica, quien al parecer perdió la estúpida apuesta. Lo sabían."

"Ellos sólo te vieron conmigo y lo asumieron. Perdona, en verdad." Intentó agrarrarme una vez más de las manos, pero esta situación ya me volvió loca.

Me muevo lejos de él. Tomo mi mochila y mis cosas.

"Espera Laura, no lo hagas." 

"No des un paso más cerca. Ya lo tienes Ross. Tienes tu maldito dinero, tu malditos aplausos por parte de tus amigos. ¿Qué más quieres? Sabes... En cuanto pensaste en esa apuesta no se te ocurrió pensar en las consecuencias, verdad? Por supuesto que no, porque ninguna de ellas te afectaba a tí. ¿Qué podías perder? Sólo a la chica con la que te has acostado un par de veces, nada más. En cambio yo he sido humillada. Confié en tí en absolutamente todo. ¡Joder, te conté sobre mi padre! Yo sabía que acostarse con un chico al azar no era buena idea" 

Las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, y con sinceridad no tengo fuerzas para retenerlas. En cuanto acabo de hablar comienza el llanto. 

"Yo no fui al azar" Dice Ross como si estuviera dolido. ¡Es verdaderamente un idiota! ¡El no debe ser el herido en todo esto! 

"Si yo fui una apuesta, tu has sido al azar" Le digo y por fin recuerda quién es caperucita y quién es el lobo en todo este cuento. 

Salgo por la puerta y Ross viene detrás mío.

"Laura..."

Me giro para enfrentarlo una última vez.

"Toda esta mentira que teníamos, dala por terminada"

Y salgo a la calle. 

Personas van y vienen ajenas a todo lo que acaba de pasar entre el chico que yo creía estaba enamorado de mí, y yo, la idiota, la que siempre cae. 

Unas dos cuadras más tarde me doy cuenta de que no tengo idea de dónde estoy, ni de cómo llegaré a casa, ya que vine en el coche de Ross.

Joder, por qué me odias tanto? Digo mirando al cielo. 

Mierda. Tendré que pedirle a alguien que venga por mí. Descarto a mamá y a Vanessa, porque eso sería muy humillante. En este momento necesito un amigo, un buen amigo. Y dado que Ross ya no cuenta ni siquiera con ése rótulo, hago la llamada a otro de mis mejores amigos de toda mi vida.

Busco el contacto "Andrew" y aprieto "marcar". 

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora