-¿Amor? Suena arriesgado.

898 80 12
                                    

No lo dijo, pero lo entendí. Es el jodido amor que siente por... Mí. 

Mierda. ¿Amor? No lo sé... Esa palabra suena arriesgada. Sobretodo si se trata de él. 

Necesito irme de aquí. Yo no puedo hacerlo, no puedo quedarme. No puedo enamorarme. No de Ross Lynch. "Está bien Laura" Me digo a mí misma. "No lo mires a los ojos y no pasará nada. Si él no te mira con amor, entonces no te sentirás amada, ¿verdad?" Jodida vida. Jodida, jodida, jodida vida. 

-¿A qué venías? -  Me dice él en un tono acusador. - Responde por favor.

-A hablar contigo

-¿Sobre qué?

-Ross...

-Dímelo, Laura.

Joder, él lo sabe.

-Vine a aclarar cómo era nuestra situación. 

-¿Y cómo es nuestra situación?

-Ross, en verdad...

-Dímelo Laura, ¿no venías a eso?

No puedo hablar. No voy a hablar. Mierda...

-Yo te diré lo que venías a decirme. -  Continúa él  - Venías a decirme que se terminó. Venías a pedirme ser amigos, sólo amigos. Venías a decirme que no podías tener una relación basada en sexo con una persona a la que sólo podías llamar "amigo". Venías a decirme que no soy más que eso. Que la has pasado bien, pero aquí termina todo ¿no es verdad? Querías terminar con esto así podías salvar nuestra amistad. Creías que nuestra amistad podía salvarse. ¿No es así Laura? Tengo razón ¿verdad? Pues déjame decirte algo. Nuestra amistad ya no puede ser salvada. Ya no volverá a ser lo mismo entre nosotros.

Demonios, esas palabras sí que dolieron. No quiere más mi amistad... Él...

-Yo me he enamorado Laura. Y un loco enamorado es un caso perdido. YO, soy un caso perdido. Por enamorarme de mi mejor amiga, y por querer tenerla conmigo todo el maldito tiempo. Por querer tenerte entre mis brazos cada vez que necesites llorar. Por querer tomar tu mano en frente de otras personas y sonreír con orgullo porque nos pertenecemos el uno al otro. Por acariciar tus mejillas sonrojadas, son algo que amo de tí. Por poder mirar esos hermosos redondos ojos, y ver en ellos amor, amor hacia mí. Por querer tener el derecho a reclamarte cuando saliste con el idiota de "Mason". Por querer romperle su plástica cara de "este es mi territorio, y esta es mi chica". Por querer tomarte en brazos y poder decirle al tipo ese que se pierda con alguna barbie por ahí y te deje en paz. Porque eres mía. Porque yo soy tuyo. Porque me tienes completamente. ¿Tienes idea de la cantidad de veces que quise decirte al oído lo mucho que te amaba mientras hacíamos el amor? ¿Tienes acaso idea de lo mucho que amaba verte sonreírme luego de nuestros largos besos? No tienes idea. No tienes idea de lo mucho que quería decirte todo esto, hace un año y 8 meses. Así es, los cuento. No soy un perdedor por eso ¿verdad? Te amo. Estoy jodidamente enamorado de tí desde hace un buen tiempo. Y siempre fui lo suficientemente cobarde como para no darte ni una pista de ello. Créeme que mi idea no era meterme en tus pantalones en un principio, pero fue una oportunidad que no iba a dejar pasar. Tenerte fue lo mejor que me pasó en la vida. Pero no tienes idea. No tienes idea, cariño.

Y yo estaba llorando. No puedo creer lo que acabo de escuchar. Y lloro como una idiota. 

Ross me ama. El en verdad me ama. Dice ser un cobarde por no haberlo dicho en todo ese tiempo, pero yo soy aún más cobarde por no querer ni siquiera asumirlo. Definitivamente siempre fue más, mucho más lo que sentí por él. Pero si me daba cuenta de ello y respondía a sus encantos como lo loca enamorada que estaba, creía que él iba a romper mi corazón. Porque cualquier chica parecía no ser suficiente para él. Pero yo lo era. Todo el tiempo lo fui. Y ahora lo sé.

-Bésame.

Sólo eso consigo decir a través de las lágrimas. Ross parece no comprender del todo mi pedido así que vuelvo a repetirlo para él.

-Bésame idiota.

Y no lo piensa dos veces. Une sus labios con los míos, su cuerpo con el mío, su vida con la mía. 

Nos unimos de una intensa manera.  Mucho más intensa, incluso, que las veces que nos hemos acostado. Mucho más intenso que todas esas sensaciones que sentíamos mientras manteníamos contacto de piel entre nuestros cuerpos. Eso era exquisito, pero esto, esto es inexplicablemente intenso. Nos besamos ahora, conscientes de que nuestros labios transmiten deseo y amor. Y eso es lo que en verdad importa. 

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora