-Secretos

980 78 6
                                    

Las cosas estaban mejorando. No por mi familia, eso seguía siendo una completa mierda. Pero yo, por otro lado, me sentía bien, conmigo, con mi cuerpo. Sentía una extraña libertad, una confianza que no tenía y estaba demasiado cómoda conmigo misma. 

Con mamá ya casi no hablo, cada vez que intento tocar el tema de papá ella lo evita. La veo muy destrozada, y me hace mal, sobre todo porque no me deja ayudarla, y realmente hubiera caído en depresión de no ser por Ross. Lo comprobé cuando él tuvo que irse a tocar a otra ciudad con su familia, y quedaron allí toda una semana. Me la pasé pensando en mi vida, mi familia, mi mama, mi papa. Lloré desconsoladamente, y me sentí muy sola. Y cuando Ross por fin volvió, pasé todo un fin de semana en su casa. Dormía con Rydel para que no se generaran comentarios, pero aún así teníamos nuestros momentos a escondidas, y se sentía genial. Con él siento una extraña cercanía. Con él me siento bien. 

Ya pasó todo un mes desde mi primera vez con mi mejor amigo. Y anoche tuvimos nuestro encuentro número 12. No sé si es extraño que los cuente, pero no me importa, aún así lo hago. 

Definitivamente esto me hace bien. Él me hace bien, y es extraño, porque esta seguridad debería de tenerla con mi familia, con mi madre y mi padre, quienes me cuidaron, protegieron, consolaron y acompañaron todo el tiempo. Pero no es así. Ahora siento que ellos han soltado mi mano, que me han empujado al mundo para alejarme de sus problemas y que no se vuelvan míos, pero lo son, de hecho. Cada vez que yo me lastimaba en algún juego de niña, ellos estaban ahí sanando la herida y calmando el llanto exagerado que yo les daba. Cada vez que me enfermaba, quienes corrían en busca de un medicamento y se desvelaban toda la noche para controlar mi estado eran ellos. Cada maldita vez que algo me afligía, podía correr a sus brazos que ellos llorarían conmigo y luego pondrían una sonrisa en mi rostro. Y ahora, todo se ha ido. Ahora yo soy quien debe estar ahí para ellos, pero, mi madre por su parte se encarga de ignorarme y encerrarse todo el día, y mi padre por la suya desaparece y no sé dónde demonios está. No ha llamado. No se preocupó por cómo estarían sus hijas... Y yo aquí esperando que no pase frío de noche, que se alimente bien y que no se sienta solo. Cuando él fue quien nos abandonó. Soy muy estúpida. O ellos me hicieron así, haciéndome creer que estarían siempre que los necesitara, y ahora dándome la espalda. Ni si quiera dejándome ayudar. 

No sé qué es lo que hice mal.

***

-Eres una pésima mejor amiga lo sabes ¿verdad? -Oí a Raini quejándose del otro lado del teléfono.

Sucede que ella ahora supone que yo me encuentro con un chico, lo cual es cierto, pero yo sólo no puedo confirmarselo. Sigo negándolo, y sé que no es bueno tener secretos con tu mejor amiga, pero yo no lo veo tan grave. Aunque Raini sí lo hace, y no deja de insistir cada día, y hablo en serio, CADA día, para que le diga lo que ella ya sospecha. No pienso hacerlo, de todos modos. Nadie puede saberlo.

-No soy una pésima amiga, tú lo eres por no creer en mí. Oye, no tienes pruebas y ningún fundamento coherente de lo que me acusas, así que no tienes derecho a reclamar ninguna información, cariño.

-¡Claro que la tengo! - Gritó Raini, en un tono exageradamente alto, lo que hizo que alejara mi celular de mi oído para no causar ningún defecto por allí.

-Raini, no hay tal chico. Lo siento. Ya, supéralo. 

-Okay, entonces no te molesta el hecho de que te haya organizado una cita con alguien...

-¿¡Que tu hiciste qué!?

***

-¡Ya basta mamá! 

Grité desde su espalda, intentando sostener sus brazos para que no agarrase ni un objeto más y así poder aventarlo, como a los demás. Pero ella sólo forcejeaba.

-Joder, ¿qué es lo que pasa contigo mamá? Ya, para. 

Cuando quedó quieta pude notar las lágrimas en sus ojos, y el dolor que había en ellos. Tenía que haber pasado algo más, esto no puede ser sólo dolor guardado, porque guardado no lo tuvo. Pero sé que esta vez le duele en verdad. Demonios, espero que no sea algo sobre papá, porque las noticias parecen no ser nada buenas. 

-Lo siento tanto Laura - Me dijo mamá, y luego rompió en llanto nuevamente.

Mierda.

***

¡Esto no puede ser! ¡MALDITA SEA! ¡Esto no puede estar pasando!  Es lo que consigo decirme a mí misma mientras corro, lo que se me hace difícil ya que las malditas lágrimas no dejan de caer y nublar mi vista. No falta mucho para llegar, pero aún así abandonaría aquí. No tengo fuerzas para mantenerme en pié, pero de alguna forma logro llegar a destino. 

Espero que haya recibido mi mensaje, el cual sonó como si algo grave hubiese pasado de hecho, pasó... Pero esto asustó a Ross, quien no dejó que yo alcanzara a golpear la puerta, me abrió y al ver mi estado no dudó en abrazarme. Podía escuchar que el preguntaba con total desesperación qué era lo que me pasaba, pero se escuchaba aún más fuerte mi llanto. Simplemente no pude contenerlo, y lloré en él, lloré como nunca antes había llorado. Y Ross me abrazó más fuerte de lo que alguna vez me había abrazado.

Supongo que tendré que explicarle qué me pasa luego, no creo lograr hacerlo, la vergüenza que siento es demasiada. Pero no quiero preocuparme por eso ahora, sólo necesito llorar y tenerlo a mi lado. 

MENSAJE: Perdón por no publicar mucho, estoy con mis últimos exámenes del año y tengo mucho por levantar y otro tanto por mantener, prometo que en estos días me desocupo y les doy mucho más Raura. De verdad, gracias por los comentarios y los leídos, son lo mejor. x

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora