-La virgen que todos quieren

1.3K 99 10
                                    

Abrí la boca para decir algo, pero luego me arrepentí y la cerré. Creo que hice eso como dos veces más. Hasta que me rendí y comencé a reírme. Una carcajada bien lograda, y parece que contagiosa ya que en Ross nacía una risita, aunque aún así se veía confundido. 

Cuando logré quedarme sin aire, hice una pausa para respirar y luego comencé a hablar.

-Estas loco. 

Noté como su diversión desapareció y su ceño se frunció. Infló sus cachetes de una forma muy adorable, así que su cara era de total confusión.

-Si crees que estoy bromeando, pues... No lo estoy. 

Su tono serio me hizo dejar de sonreír. ¿Entregarle mi virginidad a él? ¿Está loco? Somos mejores amigos, esto arruinaría por completo todo. No sería capaz de mirarle a los ojos sin recordar las chanchadas que hicimos alguna vez. Conocerlo sexualmente y luego ver cómo el inicia otras relaciones siendo consciente de que cuando quedan para "tomar algo" no van exactamente a tomar ese algo. No creo que haya chica en el mundo dispuesta a aceptar eso. No podría soportarlo e inevitablemente me sentiría usada, aún cuando yo era la que quería una noche sin compromiso. Supongo que es parte de ser mujer adolescente. No hay forma de que acepte. Y definitivamente es un no. 

-Déjame pensarlo 

Eso no es lo que esperaba. Yo... ¿En realidad acabo de decirle que lo pensaré? ¿Qué sucede conmigo? ¿Acaso soy idiota? entre otras cosas... Oh sí, a veces me olvido de esa voz en mi cabeza llamada subconsciente. La odio por saber todo de mí. Y por haberme hecho decirle a Ross que lo pensaré. Pues ya lo pensé y no me parece para nada una buena idea. 

-Claro, piénsatelo. No quiero presionarte ni nada. Pero de verdad te digo que te despreocupes, te prometo que puedo hacer que sea inolvidable -justamente por eso Lynch- y no hacerte daño, y... En verdad quiero ser yo ese chico.

-No entiendo porqué Ross

-Por favor Laura. Eres hermosa, fantástica, realmente una chica agradable, dulce, y te quiero demasiado como para que otro idiota pueda arruinarte ese momento. No lo permitiría, y yo seré un idiota pero no "ese" idiota. Estoy dispuesto a hacerte pasar un buen momento, porque yo, al igual que tu, tengo miedo de quién pueda ser la otra persona que logre tomar tu virginidad. 

No lo había notado hasta ahora, pero la palabra "virginidad" me pone incómoda, sobre todo cuando se refiere a mí. Fuera de eso, lo que dice Ross es dulce y me hace en verdad querer pensarlo esta vez. Aunque mis miedos siguen siendo claros. 

-Además -continuó- si lo piensas, cualquier chico que no esté en modo gay querría hacer esto contigo, quiero decir, eres Laura Marano: una chica increíble, preciosa, amiga, en quien puedes confiar, y además te ves fantástica con cualquier cosa que llevas, imagínate sin absolutamente nada. Porque quieras o no, son hombres y pensarán eso. Si te nombraran de alguna forma, serías la virgen que todos quieren. Incluso yo, pero no con malas intenciones. Sólo no quiero darle la posibilidad a otro idiota de no cuidarte.

Wow, eso fue... Tierno y... No lo sé. Nunca me vi como una chica realmente atractiva, pero aún así creo en la belleza de todas las personas. Que Ross me diga esto, algo fuera de lo que yo pensé que algún día me diría, es... Lindo. En verdad me hace sentir segura. Pero nuestra amistad...

-Ross, lo que me acabas de decir es, primero algo que nunca creí oír, y segundo hermosamente tierno. Tú lo eres. Y estoy segura de que sería perfecto contigo, pues eres una especie de chico perfecto. Pero lo que me aterra es perderte como amigo, no soportaría distanciarme de ti, por alguna situación ridícula. Necesito saber que siempre te tendré conmigo, y tener una aventura sexual siendo amigos, no lo sé, siento que corre un riesgo nuestra amistad. No nos veríamos de la misma forma, y en nuestros recuerdos juntos siempre estaría el de "esa noche". No lo sé.

-¿En verdad piensas que es una locura? Porque si es así, pues qué loco estoy, y quiero que tu también estés loca. Anímate. -Estoy a punto de creer en todo lo que me dice

-No lo sé -

-Por favor Laura, es sólo sexo - Y yo le creí. Por supuesto que le creí. Pero aún no estaba segura.

-De verdad Ross, déjame pensarlo. Tendré en cuenta todo lo que acabas de decirme. Lo prometo.

-Está bien 

Ross me dedicó una sonrisa muy dulce, y me dí cuenta de que estaba algo nervioso por todo esto. Como ansioso. 

Envolví mis brazos alrededor de su cintura y hundí mi rostro en su cuello. Olía perfecto. Ross tardó un segundo en reaccionar y cuando lo hizo me apretó fuerte contra él y besó mi cabeza. 

-Gracias -Le dije, y deposité un beso en s cuello. -Gracias por preocuparte.

Levanté el rostro, quedando sólo a centímetros de su boca, le dediqué una sonrisa de agradecimiento y cuando por fin reaccioné, el ya estaba besándome. 

When reality is so realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora