Cuando los demonios lloran

By Bermardita

2.5M 222K 54.7K

Al lado de Steven Shelton, Herón se convierte en una criatura indefensa y solitaria; pero para el mundo, es u... More

SINOPSIS
1. Cuando los demonios lloran
2. Pensamientos finales
3. Súplicas de un moribundo
4. El deseo
5. El susurro de un demonio
6. Algo como Steven
8. El pequeño Billy
9. Un demonio incapaz de sentir
10. De momento
11. Leyendas y tratos
12. Algo cruel
13. Mundo ruidoso
14. Una aspirina para el dolor inhumano
15. Oportunidad fallida
16. En actitud de plegaria
17. Algo realmente terrible
18. Malas intenciones
19. Besos con sabor a muerte
20. Triplemente prohibido
21. Provocar a los ángeles
22. Travesía retorcida
23. Fascinación
24. Niño del demonio
25. Suplicios
26. Conspiración interna
27. Más allá de la colina
28. Vacío
29. ¿Los fantasmas flotan o vuelan?
30. El peso de los pecados
31. Como una droga
32. Apenas el comienzo de algo
33. Cadáveres ambulantes
34. Terror en Grigor
35. Morgues
36. Siempre distante y sombrío
37. Pensamientos en blanco
38. Diferentes conceptos de amor
39. Mientras exista el secreto
40. Cesantía de cuerpos
41. Un ángel
42. Malas intenciones
43. Colapso
44. Compañía silenciosa
45 . Calamidades
46. Como un ángel
47. Néctar de felicidad
48. La imposibilidad de los hechos
49. Ningún demonio es bueno
50. Demasiado instantáneo
51. Seducir a un ángel
52. Como si fuese otra persona
53. Hijos mellizos
54. Única alternativa
55. Sentimiento peculiar
56. Secretos desvelados
57. La decisión de Adam
58. Apaciguar a Herón
59. Felicidad y frialdad
60. Es para engañarte mejor
61. ¿Por qué no matar a todo el mundo?
62. Malos presentimientos
63. Existencia arrebatada
64. Lento y doloroso
65. La naturaleza de Herón
66. Un humano demasiado estúpido
67. Lo imposible y lo inaudito
68. Hasta ese momento
69. Sentimiento de soledad
70. Una última vez
71. ¿Por qué los demonios sonríen?
72. Insatisfacción
73. Podrido
74. Si tan solo
75. Ausencia tormentosa
76. Ni ambiciones ni compañía
77. Súplica silenciosa
78. Ángel de la muerte
79. El espectáculo detrás del telón
80. Deseos ocultos
81. Placer de la mejor calidad
82. Mismo vacío
83. Tarde o temprano
84. Algo más íntimo (FINAL)
Escena extra: Herón & Steven

7. Usurpar un amor

20.2K 1.8K 534
By Bermardita

El demonio aún podía recordar esa sensación agradable que eclipsó en su interior a causa de los sentimientos tan profundos del muchacho. Ansía más, deseaba mucho más.

Quería probar cada una de esas emociones en carne propia y no le importaba tomarse ciertas molestias si con ello podía sentirse vivo por un instante. Lo valía, sentía que podría valer cada esfuerzo y molestia, por esa razón, su propio cuerpo parecía transformarse en una réplica exacta del joven fallecido.

Su cabello negro pronto adquirió un color más suave, se dobló y formó rizos castaños. Su rostro de facciones marcadas se afinó con una expresión gentil y tonta, estúpida también. Le pareció que su cuerpo se había vuelto menos corpulento y su piel más pálida.

Soltó un suspiro, hastiado. Se preguntó en la mente el porqué de sus acciones o la necesidad de moverse si tenía la certeza de hallar inconformidad al final de sus planes. ¿Por qué tomarse la molestia cuando poseía la convicción de acabar encontrando lo mismo? Más apatía, desconsuelo, decepción y dolor.

¿Por qué seguía luchando? ¿Por qué mantenía la esperanza encendida? Rio, incrédulo.

¿Un demonio pensando en esperanza? ¿Un demonio con esperanza? ¡Absurdo!

Pero, tenía la simple curiosidad de saber qué podría pasar si adoptaba la apariencia un humano, que en vida se rodeó de seres queridos; él quería entender un poco el accionar humano y sus sentimentalismos, los cuales él mismo clasificaba como absurdo y sin sentido. Quizá si adoptaba la forma de su más reciente víctima, podría sentirse un poco más vivo y así agitar la monotonía de su existencia. Quizá usurpando una vida podía conseguir un poco de lo que el joven vivió.

Respiró hondo y clavó la vista al exterior.

Los árboles se mecían de un lado a otro mientras un conjunto de pájaros abandonó el bosque, despavoridos, probablemente presagiando el peligro y percibiendo las malas intenciones del demonio. Y en el momento menos esperado, aquel ambiente quedó sustituido por otro completamente diferente.

El demonio ya no se encontraba en la casa oculta en el bosque; ahora se hallaba en el interior de una habitación ordenada, blanca y limpia. Debido al olor a antisépticos que se filtró en su nariz y escoció en su garganta, de inmediato pudo distinguir el lugar.

Había una muchacha recostada en una camilla, con el cabello enmarañado y el aspecto tan pálido y los labios resecos. Aunque su apariencia era ligeramente diferente a como lucía esa noche del accidente, el demonio pudo reconocer en la mujer dormida la misma tranquilidad en su expresión. Él sintió una extraña inquietud en su pecho. Cuando la muchacha abrió los ojos poco a poco, el demonio sospechó que debió haber sido descuidado al dejarse percibir con facilidad.

Habría querido verla dormir un poco más. Velar por ella unos minutos.

—Adam —musitó ella despacio tan pronto lo vio—, Adam —repitió, y el demonio solo podía esperar que esa voz rasposa que estaba escuchando le removiera algún tipo de sentimiento o emoción, cualquier cosa menos el vacío que lo estaba consumiendo—, creí... creí que habías muerto —agregó.

El demonio primero se decepcionó, luego se sintió indignado; masculló algo ininteligible y observó a la escena con malos ojos. No sentía nada. ¡Seguía sin sentir absolutamente nada!

Finalmente, se sintió muy molesto. Irritado. Decepcionado. Había fracasado. Apenas había empezado y ya comenzaba a aburrirse. Él era impaciente. Parecía como si escuchar la voz de esa mujer hubiese activado el interruptor de su enojo, como si hubiese detonado la molestia y el tedio acumulado en su interior.

Era sorprendente como el objeto de su curiosidad se convertía rápidamente en su mártir. La muchacha le parecía insoportable.

Quizá, después de todo, no podía comprender a los humanos. ¡Vaya ingenuo que había sido!

Algo se avivó dentro de su pecho, un enojo inmenso que le hizo tener pensamientos bastante horripilantes. La frustración de su fracaso acribillaba su cabeza de un pulsante dolor, de ansiedad y rabia.

"Qué fastidio" pensó el demonio. "¿Qué tenía en mente?"

—Yo creí... —La muchacha sacudió la cabeza en negativa—. Yo creí... Hay algo mal —dijo ella, tocando el sitio sobre su corazón—. Dime, Adam, ¿esto es real?

—Puede que sí... —rezongó, aburrido. Soltando un suspiro, agregó—: puede que no —Su tono sonó pesado.

—¿Has tenido esa sensación de haber olvidado algo, pero no sabes qué es? —preguntó ella—. Es justo como me siento.

—Puedo despejarte la mente —sugirió.

Otra vez, soltó un profundo suspiro, delatando su aburrimiento.

—¿Cómo?

El demonio empezaba a pensar en una única cosa, comenzaba a considerar una idea tan egoísta y vil. Si él no podía sentir los mismos sentimientos que el muchacho, a lo mejor podía robarle los buenos recuerdos a la chica. Al menos, eran sus planes, lo que había pasado por su mente.

—Podrías empezar a darme tu dolor...—El demonio se inclinó sobre ella y colocó cada mano sobre los hombros de la chica.

El escozor en su garganta aumentó ante esa propuesta. Estaba ansioso, acto que desencadenó una infinidad de emociones desde la profundidad de su interior. Ya podía saborear esos recuerdos deliciosos que podrían igualarse a esa alma moribunda, recuerdos que le causarían satisfacción y apaciguar el vacío que crecía por dentro.

Pero la puerta de la habitación se abrió de repente y todas las miradas se posaron sobre el recién llegado.

—¿Qué rayos sucede aquí? —debatió el hombre, disgustado y estupefacto ante la visión que tenía delante.

—Alex —musitó la joven, confundida. Dirigió su vista hacia el recién llegado y luego a quien parecía ser Adam, que se inclinaba sobre ella con expresión anhelante—, qué bueno que viniste, mira, parece que Adam está bien —dijo con una sonrisa alegre.

El demonio elevó la comisura de sus labios en una minuciosa sonrisa. Alex permaneció en completo silencio, no parecía comprender lo que sucedía, aunque sí había comenzado a analizar con detenimiento su entorno para llegar a una explicación lógica. El demonio sintió los deseos de soltar una carcajada, veía una bendición en ese preciso instante. Dos víctimas en un mismo sitio.

—Adam está muerto, Alice —dijo Alex entonces, situándose a la par de la muchacha, y en ningún momento despegó la vista del demonio—. Él no es Adam, solo estás confundida.

"Adam muerto"

Ella rio. Adam no podría estar muerto, ¿cómo iba a estarlo si permanecía de pie a su lado de la camilla?

—Alex... —El demonio observó al hombre con detenimiento e interés, ¿podría ser posible que él estuviera viendo a través de su disfraz? ¿Podría ser que lo estuviera viendo tal cual era? Movido por su repentino interés, intentó escarbar por medio de sus expresiones y emociones sus anhelos más profundos.

—No me hables con tanta familiaridad. Dime quién eres —espetó con desconfianza.

Detrás de esa expresión impasible, molesta y frívola se encontraba un hombre interesante, orgulloso y terco. O eso le gustaba pensar el demonio.

Tras esos pensamientos ocasionados por el recién llegado, una cuestión se alzó en la mente del demonio.

"¿Cómo será jugar con él? Seguro podría divertirme un buen rato destruyéndolo lentamente." Pensó.

El demonio volvió a sonreír. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que alguien lograba verlo como realmente era: un monstruo. Nadie lo trataba con tanto desprecio. Los humanos solían quedar fascinados por su encanto y su belleza inhumana.

Se deleitó ante la brusquedad y la hostilidad, recibir halagos y estar rodeado de marionetas que acostumbraban a aceptar todo, era cansado y aburrido para él; sin embargo, Alex no parecía temerle.

—El problema no es quién soy —dijo el demonio tras una pausa prolongada—, es lo que harás cuándo lo sepas.

—Deja el misterio para quien le interese. Te pregunté quién eres.

—Tengo curiosidad —respondió el demonio, ignorando la pregunta de Alex—. Pareces tranquilo respecto a la muerte de tu hermano. ¿Sientes tristeza y dolor?

—No tengo nada de que lamentarme, puede que extrañe a mi hermano, pero eso será todo.

—¿Seguro?

Esa pregunta molestó a Alex. El demonio lo sabía. Había percibido cierto sentimiento de enojo muy en lo profundo de su corazón. Al no mostrarse tan abierto a sus emociones, las personas cuestionaban los sentimientos de Alex hacia la muerte del menor de los Foster. Lo tachaban de un hombre frío, incapaz de sentir tristeza y dolor, incluso con el fallecimiento de su hermano.

Eso decían los humanos. «Estúpidos humanos»

Pero el demonio lo sabía. Lo entendía. Comprendía el dolor y la tristeza, y conocía cómo librarse de todo ese tipo de emociones y sentimientos molestos.

—Estúpidos humanos —dijo para la sorpresa de Alex—. Nadie entiende tu dolor interior. Nadie nota la inmensa tristeza que sientes ahora. Pero yo lo veo, lo percibo. Te veo, Alex. Los que te rodean son tontos.

Alex estaba sorprendido. Era la primera vez que alguien parecía verlo...

—Es que puedo verte, Alex —siguió el demonio—. Las personas te han encasillado en alguien que no eres. No eres frívolo como ellos piensan ni muchos un hombre sin sentimientos. Eres un... ser humano igual que todos. Eres el que más sufre por la muerte de su querido hermanito. Nadie te consuela, nadie te ha preguntado si estás bien.

Contuvo la necesidad de agregar que Alex sí había llorado a escondidas en su habitación, que él no era fuerte como pretendía aparentar, y que, si Alex pudiera, haría lo que fuera para regresar a su hermano a la vida.

—Las personas no entienden —empezó a decir Alex con una expresión de dolor. Tenía los ojos rojos por la frustración y el enojo que reprimía en su interior—. ¿¡Creen que alterarme traerá a Adam de vuelta!? ¿¡Creen que si lloro evitará que ese puto camión pierda el freno!? ¿¡Creen que si me muestro como sea que debo mostrarme evitará que mi hermano muera!?

«Maravilloso» expresó en pensamiento el demonio con fascinación. Mientras más intenso eran las emociones reprimidas más oportunidades tendría él de entrar a su mente.

—Estúpidos humanos —aseguró el demonio—. Llorar no traerá a tu hermano de vuelta. Pero yo sí. Ofréceme tu dolor. Puedo darte algo mejor que un simple consuelo...

La naturaleza humana era débil, no importaba cuanto intentara el hombre cubrir su debilidad por medio de las apariencias, él percibía las emociones todo el tiempo; y gracias a eso, él sabía cosas, sentía la vibra del dolor, de la tristeza, añoranza y el deseo. Ah, ese último era un llamado que surgía desde la profundidad del corazón, una súplica que todo el mundo ansiaba ver cumplido.

—¿Algo mejor que un simple consuelo?

—Así es. ¿Crees en la reencarnación, Alex? —cuestionó él con genuina curiosidad, ladeando la cabeza a un lado—. Sabes que tu hermano está muerto, pero si hubiera la posibilidad de verlo una vez más...

—¡Tonterías! Él está muerto.

Ignorando esa breve interrupción, el demonio agregó:

—¿Qué ofrecerías a cambio? —Había hecho la propuesta, pero en último instante, el demonio se retractó de su decisión. Con una sonrisa burlona en el rostro, añadió—. Olvídalo... —Sacudiendo la cabeza en negativa siguió—, aunque podrías pensar en el nombre de esta ciudad y lo que dicen de este sitio. Después de todo, cosas absurdas suceden todo el tiempo. Cosas imposibles podrían darse para ti.

No se había retractado en su totalidad, lo que buscaba era plantarle la semilla de la duda en la mente curiosa de Alex. ¿Qué podría pasar después?

El demonio sentía curiosidad, pero no quería arruinar lo que había planteado para Alex. Él caminó hacia la puerta y, antes de salir, le dirigió una última mirada a Alex, luego se marchó sin más preámbulos, adoptando nuevamente su apariencia real frente a la joven, descolocándola. También sorprendió a Alex, cuando le hizo creer que era su hermano con el espejismo de un recuerdo fugaz.

El demonio había creído ingenuamente que replicar en una ilusión descuidada el cuerpo del muchacho lo ayudaría a entender y experimentar los sentimientos como el amor, pero en cambio, quedó con la vaga sensación de haber perdido el tiempo con estupideces sin sentido.

¿Cómo podría esperar tanto si se aburría a cada segundo?

Quizá era hora de un segundo plan, y su favorito, debía agregar.

Era momento de visitar a unos de sus vasallos perdedores que le debía algo más quesu vida. Un cuarto con un niño enfermo lo esperaba al final de la noche.


Gracias por leerme <3

Continue Reading

You'll Also Like

16K 1.1K 56
Adaptación de "Nadie como tú" de Anna Casanovas. Micaela, se ve forzada a redirigir su carrera profesional. Micaela se traslada a Londres. Su hermano...
6.9K 526 22
Soy X, el nuevo héroe de Nueva York. El resto de la gente me conoce como Alexander Parker, un estudiante de dieciseis años de edad común y corriente...
38.4K 3.7K 7
Fenrir Greyback , el alfa de una manada fuerte , donde cada uno de sus miembros era feliz , protegido , cada uno con su destinado , incluyéndolo ,ve...
105K 6.9K 50
La historia se situa poco antes de la llegada del Dios destructor. La Androide 21 despertó y tiene un poder descomunal, pero al perderlo (temporalmen...