Protect Me ; Harry Styles • E...

By dxddyissues_

295K 15.2K 3.8K

Sus golpes sin piedad alguna, están en todo mi cuerpo. Cada centímetro de mi piel, tiene su nombre marcado en... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
hOLA Y PERDON
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
AVISO IMPORTANTE
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
Capítulo 58.
MARATÓN POR INICIAR
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.

Capítulo 8.

6.6K 357 28
By dxddyissues_

*Multimedia; Paul*

ZOE

No puedo si quiera concentrarme en lo que Damon está diciéndome. En mi mente sólo está lo que ha sucedido hace apenas unos minutos atrás. ¿Quién era la chica que estaba con Harry? ¿Será su novia? Algo que no comprendo, era el que nunca había mencionado que tenía una, incluso cuando me preguntó si Damon era mi novio, él no lo menciono. Entiendo, acepto que me estoy comportando bastante infantil, ¡Por favor! si yo no puedo ser del todo abierta con Harry, ¿Por qué él sí lo sería?

Tengo que aceptar que me ha dado un poco de envidia al ver a esa chica. Es decir, es hermosa, completamente perfecta y por si fuera poco, tiene a un chico tan increíble como lo es Harry a su lado, haciendo una pareja completamente perfecta. Desde que los vi en el ascensor, no puedo dejar de pensar en ellos y una sensación extraña se ha apoderado de mí.

Desde que llegamos a este putrefacto, he querido irme. No es mi ambiente, definitivamente. Nunca me han gustado las amistades de Damon, ni mucho menos el salir de casa y fingir ser la pareja perfecta, cuando bien sabemos que la realidad es otra. Ver a todas las personas en ésta casa; beber, fumar, drogarse o incluso, prácticamente tener sexo sobre los sillones de las salas, es bastante desagradable.

Es tanta mi distracción pensando qué, ni si quiera me dí cuenta de como algunas chicas coquetean descaradamente con Damon, mientras él les corresponde. Desde hace bastante tiempo eso ya no me importa, conozco a Damon y sé de lo que es capaz de hacer. Sé que tiene a un sinfín de chicas por amantes y siendo sincera, eso no me importa para nada. Estoy completamente segura de que yo sigo con él porque no me queda de otra. Estoy totalmente obligada a estar con él y eso me lo repite todos los días y todas las horas.

— ¿Podrías decirme que demonios te pasa? — Damon susurra en mi oído. Todo eso despistando un poco a sus amigos. El tono de voz que usa, logra que un escalofrío recorra mi piel. Es pesada, junto con un tono de fastidio exigiendo una respuesta.

Trago saliva e intento que el terror que me recorre, se controle un poco. — N-nada. Es sólo que me siento cansada, Damon. Mañana tengo clases.— Recuerdo murmurando, a la vez que espero que no se moleste... tanto.

Una sonrisa se deja a la vista y puedo notar como aguanta una carcajada.— Mi amor, mi pequeña, Zoe. Se nota que aún no entiendes, ¿Cierto?— Mi ceño se contrae, dejándome sin entender a que se refiere.—Quiero decir, no me importa.— Declara sin pudor, eliminando la sonrisa de su rostro. —Tú no te vas de aquí hasta que yo lo quiera, ¿Estamos?

Sin si quiera poder decir algo, sólo asiento con la cabeza. Damon se acerca y besa mis labios ferozmente. Bajo mi cabeza, intentando que se detenga. Claramente, él entiende mi acción —ya que no es la primera vez que lo hago—, su fuerte e imponente mirada se clava en la mía. Sus pupilas ya se han dilatado notablemente. Él comienza por acercarse una vez más a mí, a lo que yo, retrocedo un paso atrás buscando alejarme tan si quiera unos centímetros más de él. Me doy cuenta que mis acciones son en vano total, al sentir algo frío y duro contra mi espalda, indicándome que estoy contra la pared.

—¡Hey, Damon!— Un animada voz, en forma de saludo se escucha a unos pasos de nosotros. Ambos giramos la cabeza y Paul aparece en nuestra vista. Un viejo amigo de Damon y cabe de mencionar que uno de los mejores, camina en en dirección a nosotros. Un suspiro sale de mis labios, ya que cualquier cosa que tuviera pensado hacerme Damon, ya no está en sus planes gracias a Paul.

— ¡Hermano!— Damon responde a su saludo. Su voz ha cambiado totalmente, ya que se nota desde lejos la emoción que le hace ver a Paul. — Pero cuanto tiempo sin verte.— Vuelve a decir, mientras se dan un amigable abrazo con palmadas en la espalda.

— Lo sé, bastante para ser exactos.— Una enorme sonrisa se forma en su rostro. Después, su vista se fija en mí, mientras comienza a observarme sin descaro alguno, de pies a cabeza.— ¡Mierda! ¿Ella— ? ¿Ella es, Zoe?

Su rostro claramente muestra una expresión de sorpresa al verme. La última vez que lo vi, fue cuando apenas comenzaba a salir con Damon. Hace más de dos años.

— Sí hermano, es Zoe.—  La mano de Damon se sostiene en mi cintura atrayéndome a él. Paul sigue observándome, casi como si no pudiera creerlo. Tal vez y por la reputación de Damon, de no saber estar con una chica por más de unos cuantos.

—Sigo sin poder creerlo. Ésta vez te tomaste en serio las cosas, ¿Eh? — Dice con cierta burla en sus palabras.

Ambos ríen, mientras yo lo me veo obligada a forzar una sonrisa al igual que ellos, aunque estoy segura que fue más bien, una mueca y no me importa. Minutos más tarde, deciden ir al patio trasero de la casa, dejándome sola en la sala de estar. Y sin más que hacer o decir, los espero sentada.

Conforme pasa el tiempo, puedo notar mis ojos pesar cada vez más. Me siento bastante agotada, lo único que deseo es irme a casa ahora y dormir. Miro el reloj en la pantalla de mi celular 12:57 de la madrugada. Ya ha pasado más de una hora que Damon se fue y no he vuelto a verlo.

No muy convencida, me levanto del sillón para ir a buscarlo. Me acerco a la puerta corrediza que da al jardín y entre la multitud, comienzo a caminar. Entre empujones y uno que otro golpe con el codo, logro verlo cerca de un asadero junto a varias personas. Una vez estando allí, veo como una chica sostiene su mano en la pierna de Damon, mientras acaricia lentamente de arriba abajo.

— Damon — Me armo de valor y lo llamo. La atención de él y las demás personas a su lado, se posa en mí. Aclaro mi garganta por lo bajo y continúo. — ¿Podemos irnos?— Pido, tratando de sonar fuerte y firme, para que logre escucharme entre todo el alboroto.

Todos siguen observándome, pero en absoluto me importa. Mi mirada sólo se fija en Damon. Noto que su mandíbula se ha tensado con una expresión diferente, la cual hace que sus cejas se contraigan. La cagaste, Zoe. Me recuerda una tenue voz, en mi mente.

Se levanta y camina torpemente hacia mí, haciéndome dar cuenta de lo borracho que está. Una vez frente a mí, miro a sus ojos y puedo notar en estos sus pupilas dilatadas, mientras que un rojo color, pinta la parte blanca de éste. ¡Genial! Aparte de ebrio, está drogado... para variar.

— ¿Qué dijiste?— Exige saber. Su voz es severa, mostrando ese tono fuerte y golpeado.

— Q-qué — Aclaro nuevamente mi garganta, para hablar.—  quiero irme.

Una hipócrita sonrisa se forma en sus labios, burlándose de mí. Eso está más claro que el agua. — No me voy a ir de aquí, mi amor. Si tú te quieres largar, adelante.—  Su cálido aliento golpea sobre mí. Vuelvo a tragar saliva y él toma oportunidad para darse la vuelta, regresando a donde estaba antes. Me quedo unos segundos donde mismo, mientras que Damon y sus amigos, continúan como si nada ocurriera. Me detengo a pensar las cosas y pienso que lo mejor es irme de aquí.

Camino fuera de la casa, pasando entre toda esta gente alcoholizada y drogada. Una vez fuera, sigo mi paso, buscando algún lugar o parada donde pueda tomar algún taxi y así, irme a casa. Justo cuando estoy a punto de doblar a la esquina, toman mi brazo jalándolo levemente. Volteo y me encuentro con Paul, al cual, se le nota la respiración entrecortada, lo cual me indica que ha llegado a mí corriendo.

— ¿Paul?— Frunzo mi ceño, al notarlo aquí... conmigo.

— Lo siento, pero cuando me di cuenta que Damon había actuado de esa manera contigo, no dudé más y decidí llevarte a tu casa.— Informa tratando de recuperar el aire perdido. Su respuesta me deja un poco confundida, pero realmente no lo necesito.

— No tienes porque molestarte, Paul. De hecho, estoy buscando un taxi.— Ahora yo soy la que le aclara.

— ¡De ninguna manera!— Exclama de inmediato, negando con la cabeza. — Claro que no permitiré que te vayas en un taxi a estas horas de la madrugada. Anda, no seas testaruda y vayámonos.

¿Testaruda? ¿Me ha llamado testaruda? Estira su mano para que yo la tome, cosa que totalmente no hago y al ver mi reacción, deja escapar una pequeña y delicada risa. Me indica el camino a su auto y camino a un lado de él. Cuando llegamos, me doy cuenta que no estaba muy lejos de donde me había encontrado. Amablemente, abre la puerta y me indica que entre, lo cual hago casi de inmediato —entre más rápido termine esto, mejor—. Paul cierra la puerta y camina al otro lado, para subir también.

La noche se ha vuelto una fría, se puede notar en el vidrio del auto levemente lo empañado. Trato de darme calor a mi misma aferrándome más a mi abrigo y frotando mis manos. El chico a mi lado observa mi acción y entiende rápidamente, por lo que decide prender la calefacción del auto.

Después de darle la dirección de la casa al amigo de Damon, pone en marcha el motor para adentrarse por las calles, en un total silencio bastante incómodo. Tras unos minutos, comienza hacerme cualquier tipo de preguntas, según él, con el propósito de saber como me ha ido en la vida todo éste tiempo que no lo había visto.

Tiempo después de contestarle varias preguntas, finalmente llegamos.

— Gracias, Paul.— Agradezco tal acción que he recibo de su parte, pero al momento de intentar desabrochar mi cinturón, su mano me detiene.

— Nena — Dice y siento una fea sensación.—  lo siento, pero tengo que acompañarte a tu casa. ¿Qué clase de amigo seré si no acompaño a la novia de mi mejor amigo hasta su casa?

Sin si quiera esperar a mi contestación, Paul baja del coche y se dirige a mi puerta. La abre y me ayuda a bajar. Tanto el camino al ascensor, en el ascensor y en el pasillo, fue todo extremadamente incomodo. He sentido su mirada en todo momento, así como observarme de arriba abajo. Cuando al fin llegamos a la puerta, tomo las llaves del bolsillo de mi pantalón y cuando me dispongo a introducirlas en la cerradura, dos grandes manos se colocan en mi cintura. Me sobre salto por la inesperada acción y una fuerte confusión me llena. Una agitada respiración se hace presente en mi oreja izquierda y la anatomía de otra Paul se presiona contra mi espalda.

— ¿Ya te dije lo bonita que eres? Vaya que cambiaste. Ahora eres toda una mujer, Zoe. Tienes un cuerpo de infarto. Entiendo porque Damon sigue contigo. — Idiotas palabras y cosas sin sentido salen de sus labios, pero antes de que él continúe con decido interrumpirlo.

Me giro rápidamente para enfrentarlo, quitando sin cuidado sus manos de encima mío. Quedo frente a frente con él, su mirada escanea todo mi cuerpo mientras muerde sin descaro su labio inferior.

— Te pido que no vuelvas hacer eso, Paul. No vuelvas a poner tus manos sobre mí.— Le exigo.

— Ruda... Así me gustan.—  Susurra nuevamente, acercándose a mi oído. Mis manos se colocan en su pecho, para empujarlo bruscamente, a lo que termino ganándome por su parte una burlesca sonrisa. — Vamos, preciosa. Damon no se dará cuenta. Estoy seguro que ni si quiera vendrá y lo más seguro, es que sé esté divirtiendo con una chica. Tu también podrías hacer lo mismo. — Guiña un ojo mientras me sonríe de una manera pervertida. Realmente, no puedo impedir el sentir asco tras escuchar sus palabras.

— ¡Te he dicho que no! Y será mejor que te largues y no vuelvas por aquí, si no quieres que Damon se entere de lo qué— Trato de imponer valentía, pero Paul me detiene. Empujándome fuertemente contra la pared.

— Tú no vas a decir nada, ¿Entendiste? O yo mismo me encargaré que te arrepientas de abrir esa pequeña boca, Zoe.— Amenaza sin duda o broma en sus palabras. Trago saliva y me quedo en silencio, así como en el lugar sin moverme.

El miedo se apodera de mi cuerpo. No me da tiempo de si quiera reaccionar cuando sus labios, se presionan contra los míos con desesperación y fervor. Rápidamente, muevo mi cabeza a todos lados para evitar que esto suceda. Sus manos me sostienen por las caderas con fuerza, mientras qué su cuerpo se pega al mío, dejándome inmóvil contra la pared. Con todas mis fuerzas, comienzo a empujarlo, colocando mis manos en su pecho. Mi esfuerzo es inútil, ya que no lograba si quiera moverlo una milésima. Un grito ahogado sale de mi boca cuando sus labios atacan mi cuello dando fuertes mordidas en este.

Esto no puede ser posible. Otra vez, no. No puedo soportar que pase lo mismo de nuevo. Grito, grito con la esperanza que alguien pueda escucharme, pero mis ánimos se vienen abajo cuando recuerdo que casi no hay vecinos en este piso. Las lágrimas rápidamente se apoderan de mis ojos.

HARRY

Mientras Kendall duerme, yo trato de hacer lo mismo pero no puedo. Tras dar varias vueltas en la cama totalmente frustrado, me levanto para ir por una pastilla que me ayude con este insomnio. Me coloco el bóxer, el cual sigue tirado en el piso, voy a un cajón del armario y de éste saco un short de deporte junto con una camiseta simple, únicamente para no dormir desnudo. Primero, voy a la cocina por un poco de agua, tomo la jarra del refrigerador y me sirvo en un vaso. Cuando estoy a punto de apagar la luz para volver al cuarto y tomar la pastilla del botiquín que está en el baño, escucho un fuerte ruido.

Supongo que es uno de esos ruidos que alcanzo a escuchar seguidamente, los cuales siento que provienen del departamento de enseguida. Así que decido quedarme en el lugar para escuchar. Un grito de auxilio se hace presente de nuevo y allí, es cuando me doy cuenta que no provienen de la habitación de enseguida, si no de afuera, del pasillo.

Rápidamente, dejo el vaso sobre la barra y salgo de mi departamento. Al instante que estoy fuera, miro a los lados y tal escena que presencio, me hace sentir una enorme desesperación y furia. Un escalofrió recorre mi cuerpo al ver a un sujeto obligando a Zoe a entrar a su departamento. Rápidamente y sin dudarlo, voy hacia ellos y empujo con todas mis fuerzas al sujeto éste. Zoe aprovecha tal oportunidad para zafarse del imbécil y se queda inmóvil en su lugar observándome.

— ¿Y a ti quien te llamo idiota? O, ¿También quieres diversión con la preciosa de Zoe?—  Dice el idiota, a la vez que se reincorpora del suelo donde ha terminado debido a mi empujón.

Mi puño se estampa contra su nariz tan pronto termina su frase. Esto hace que él se tambaleé hacia atrás. Gimiendo y gritando a causa del dolor, lleva sus manos a la nariz sosteniendo e impidiendo que la sangre salga, pero ya es tarde, la sangre comienza a salir a chorros. Se vuelve acercar y logra empujarme, estampándome contra la pared. Antes que él logre golpearme, mi puño es colocado en su mandíbula, logrando que caiga —nuevamente— al piso. A pasos torpes, se levanta y se acerca a nosotros. Tomo a Zoe por la cintura y la coloco detrás de mí. La ira se a apoderado totalmente de mí.

— Esto— Dice entre jadeos.— esto no ha terminado. — Habla mirando a Zoe.— Y lo digo también para ti, imbécil. Me las vas a pagar.—  Con su dedo lleno de sangre, apunta en mi dirección. No digo nada, ni Zoe tampoco lo hace. Tras su amenaza , se va rápidamente para dejarnos en un silencio ensordecedor en el pasillo, a excepción de los sollozos de Zoe. Me giro a ella y realmente me parte el alma verla llorar del modo en que lo hace, su cabello alborotado junto con su ropa igual de desarreglada.

Sin tiempo de nada, la tomo en mis brazos dándole un fuerte abrazo. Ella duda un poco en corresponderme, pero después de unos segundos, lo acepta envolviendo sus brazos alrededor de mí. Acurrucada en mi pecho, acaricio lentamente su cabeza, susurrándole que todo está bien, que todo ya ha pasado.

Después de varios minutos en esa posición, se separa lentamente de mí dejándome ver sus hermosos ojos azules, los cuales ahora están rojos, llenos de lágrimas, junto con la punta de la nariz y sus mejillas igual de rojas.

— G-gracias, Harry. Si no hubiera sido por ti — Dice hipando entre cada palabra, pero no la dejo continuar.

— Shh.—  Me acerco a ella tomando su pequeña cara entre mis manos, poniéndola frente a mí.—  Ya pasó, Zoe.— Le aseguro con esperanza.

Asiente levemente con la cabeza, mientras el labio inferior vuelve a temblar, indicando que de nuevo llorará. — Vamos a mi casa para que tomes un té y te calmes, ¿Sí? — Hablo suavemente mientras acaricio su mejilla aún mojada por las lágrimas.

— No creo que sea buena idea...— Sigue entre sollozos, a lo que sé, que sí es lo mejor.

— Anda, vamos. Sólo un momento.— Sonrío tratando de calmarla. Después de unos segundos, ella asiente y lentamente camina a mi departamento.

Entro seguido de Zoe pero después, ella se queda inmóvil en la puerta mientras la cierro. Tomo su mano guiándola al sillón, toma asiento y me agacho quedando a la altura de su pecho. Sigo acariciando su mejilla, me parte el alma totalmente verla así y sobre todo, saber que si me hubiera dormido o por alguna otra razón tal vez y no me hubiera dado cuenta, otra cosa hubiera sido para la pobre de Zoe.

— Ahora vuelvo, iré a poner agua para el té. Siéntete cómoda, Zoé, estás en tu casa.—  Informo dándole una sonrisa. Ella asiente con la cabeza mientras me adentro a la cocina para hacerle el té.

Una vez que el agua hierve, coloco en una taza el pequeño sobre de té y lo lleno de agua, lo revuelvo con una cuchara y salgo de la cocina para ir a la sala. Cuando llego, me doy cuenta que sigue donde mismo. Me acerco a ella, la miro y veo como su mirada está fija en la nada. Su cabeza recargada en su brazo mientras que una que otra lágrima continua saliendo de sus ojos. Dejo la taza en la mesa que está al frente y el sonido de esto, la hice reaccionar sobresaltándose.

— Lo siento. No quise asustarte.—  Susurro. Tomo asiento a su lado en el sillón esperando a que se tranquilice. Me siento pésimamente mal por ella. No puedo ni si quiera imaginar cómo se siente ella en estos momentos.—  Aquí está tu té. Tómatelo, te hará sentir mejor.— Sostengo la tasa entre mis manos, esperando que ella la tome.

Sin decir nada, toma la tasa y la lleva cerca de sus labios. Al ver que todavía sale humo, sopla lentamente y de poco a poquito, comienza a beberse el contenido de ésta.

— Gracias, Harry.—  Habla ella en un pequeño susurro pero la escucho claramente.

— No tienes nada que agradecer. Tranquila.— Le aseguro y suspiro.

— Ya es tarde, seguramente estabas dormido.

— Realmente no estaba dormido. Vine a la cocina por un vaso de agua y escuché gritos. — Ella sin decir nada, solo agacha la cabeza y lo último que quiero es que vuelva a llorar. Es la primera vez que la veo llorar y realmente, quisiera que fuese la última. — Y, ¿Tú novio?

Su mirada perdida, dura así por unos segundos más, para después contestarme.—  : Ese idiota prefirió quedarse en una fiesta. Me he regresado sola y como resultado, pasa ésto.—  Su voz sale temblorosa y con dolor.

— Ya, trata de olvidarlo, ¿Sí? Ya pasó. — Hablo rápidamente, no quiero que llore más. Minutos después, me doy cuenta que se encuentra un poco más tranquila, así como también ha terminado su té. — ¿Te sientes mejor?

— Sí, realmente sí. Muchas gracias, de nuevo Harry.

— No tienes porque darlas.— Sonrío y mis palabras provocan una sonrisa en ella. Me alegro al saber que ya está mejor.—  Ven aquí.—  Sin pensarlo, las palabras salen de mi boca y con mi mano, tomo su brazo atrayendo su frágil cuerpo al mío, para abrazarla.

Sus brazos un poco inseguros, se envuelven al rededor de mi cintura y mi cabeza agachada queda exactamente en su cuello, logrando respirar su aroma.

— ¡¿Me podrías decir que demonios es esto, Harry?!— Un fuerte grito proveniente de Kendall, resuena en la habitación, haciendo que la tranquilidad que habíamos logrado hace unos segundos, sea eliminada al instante.

Continue Reading

You'll Also Like

158K 4.2K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
194K 24.8K 119
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
884K 104K 121
Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola. Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar...
118K 21K 57
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...