Protect Me ; Harry Styles • EDITANDO •

Capítulo 24.

ZOE

Un revoloteo con mi cuerpo me hace abrir los ojos poco a poco, la cabeza me punza causándome dolor. Cuando mi vista se vuelve clara, veo a Damon tomándome por los brazos y en un movimiento rudo, me coloca sobre sus hombros. Con las pocas fuerzas que tengo, mi cuerpo es blando y fácil de manejar, sin embargo y sin saber la situación, con mis manos comienzo a empujarlo dándole a entender que no quiero que me toque.

Obviamente Damon hace caso omiso de mis movimientos, ya que para mí sentir son muy débiles y tal vez ni si quiera le tomó importancia. Caminamos para salir de la sala y pasar por el pasillo, levanto un poco la cabeza ya que sigue doliendo bastante y veo como nos alejamos de todo y directamente vamos a la habitación de Damon. Mi corazón comienza a palpitar frenéticamente golpeando mis costillas.

Me remuevo contra su cuerpo, intentando bajarme de su hombro. - B-bájame. - Jadeo con dolor, ya que la cabeza no deja de dolerme.

Nuevamente él me ignora y sigue su camino. Se detiene y se escucha el crujir de su puerta cuando la abre. Mi respiración también se vuelve pesada tan pronto nos encontramos dentro de su habitación. Vuelve a caminar y segundos después, mi cuerpo choca contra la blando de su cama y me remuevo un poco sosteniendo mi cabeza con ambas manos. Me siento aturdida.

Vuelvo abrir los ojos encontrándome con el techo de la habitación de Damon. Trato de reincorporarme, mientras me siento a la vez que me sostengo con los codos de mis brazos. Él está al borde de la cama, parado, mirándome con esa frialdad tan particular en él. Mi cuerpo se hela al verlo de esa manera, ni si quiera he visto a sus ojos parpadear. Sin si quiera mover un solo musculo, su rostro muestra la ira que carga dentro de él. Sorbe por su nariz y se pasa la mano por la misma. Sus ojos no muestran ese color azul, ahora sus pupilas están completamente dilatadas, por lo que se muestran oscuros.

Lentamente su mano baja al inicio de su pantalón y con agilidad el botón se abre. Con la misma tranquilidad baja la cremallera y con ambas manos el pantalón comienza a ser bajado de sus muslos y piernas. Un sentimiento de miedo y desesperación entra rápidamente por todo mi cuerpo, para ser sincera no sabría ni explicar cómo me siento en estos momentos, solo sé que hay pánico, horror y desesperación.

He olvidado el dolor de cabeza y cualquiera otro, de un brinco me levanto de la cama para salir corriendo de este lugar. Pero tan si quiera avanzo unos cuantos pasos cuando las manos de Damon me toman por mis brazos sin delicadeza alguna y con fuerza, me avienta de nuevo en la cama. En este momento las lágrimas ya están saliendo desenfrenadamente por mis ojos y rodando por mis mejillas. Ni si quiera me he dado cuenta de cuando fue el momento exacto en que terminó por quitarse su pantalón y de un solo tirón, retira la camiseta.

Sus manos toman mis tobillos y me jalan hacia el borde de la cama, quedando a escasos centímetros de él. Termina por acortar nuestro espacio al colocarse encima de mí. Con mis manos en puños golpeo su pecho, quiero que entienda que no estoy jugando y lo quiero lejos de mí.

- Necesitas aprender quien manda, Zoe. - Me dice a la vez que sostiene fuertemente mis manos y las pasa por encima de mi cabeza.

Comienzo a llorar desde lo más profundo de mí ser, con Damon he perdido el sentido de esta vida e incluso mi dignidad. Un asco enorme y la desdicha absoluta me invaden cuando sus labios tocan mi piel. El asqueroso olor a marihuana se funde por mis fosas nasales y cuando sus labios besan los míos puedo saborear el whisky, el cual me es bastante desagradable.

Sus manos recorren mi piel, tocándola sin descaro. Sigo moviéndome con la intención de alejarme de él, pero tan pronto se da cuenta de mi acción comienza a romper -literalmente- mi ropa. Un grito ahogado sale de mis labios y cuando menos lo pienso solo estoy en ropa interior. La horrible sensación que tengo en mi interior no es en comparación a nada. La boca y lengua de Damon recorren cada parte de mi cuerpo y la rabia crece cada vez más dentro de mí.