Estrella Fugaz © [Completa ✔]

By SileneAMR

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Estoy sentada en la cafetería junto a Rachell y María quienes hablan de lo deliciosa y apetitosa que está la... More

Sinopsis.
Capítulo 1: Estúpido enamoramiento.
Capítulo 2: Es una metáfora.
Capítulo 3: Tú otra vez.
Capítulo 4: ¿Hace calor aquí?
Capítulo 5: Amnesia.
Capítulo 6: Solo un beso.
Capítulo 7: Estaré bien.
Capítulo 8: Él empezó.
Capítulo 9: Una propuesta.
Capítulo 10: Simples suposiciones.
Capítulo 11: Seré tu novia falsa.
Capítulo 12: Este día no podría terminar peor.
Capítulo 13: Celoso.
Capítulo 14: Eso no es suficiente.
Capítulo 15: Tú chico.
Capítulo 16: Él siente algo por mí.
Capítulo 17: De nada sirve negarlo.
Capítulo 18 : Le gustas.
Capítulo 19 - Parte 1: Eres preciosa.
Capítulo 19 - Parte 2: Atrápame Diosito
Capítulo 20: Alguna u otra forma.
Capítulo 21: El que juega con fuego, se quema.
Capítulo 22: Orador motivacional.
Capítulo 23: Perfect tonight.
Capítulo 24 - Parte 1: Bien, exploté.
Capítulo 24 - Parte 2 : Discúlpame.
Capítulo 25: Hora de la crisis existencial.
Capítulo 26: ¿Me perdonas?
Capítulo 27: Extraña primera cita.
Capítulo 28: Cara de culo.
Capítulo 29: No debió pasar.
Capítulo 30: Chico prodigio.
Capítulo 31: Cita Nocturna.
Capítulo 32: Castigada.
Capítulo 33: Zombie.
Capítulo 34: ¡Despierta, Natalie!
Capítulo 35 : Niégamelo.
Capítulo 36: Metí La Pata.
Capítulo 37: Un Bebé.
Capítulo 38: Atrevete.
Capítulo 39: ¡Sorpresa!
Capítulo 40: No es un error.
Capítulo 41: Dios Griego Arrogante y Árabe Ardiente.
Capítulo 42- Primera Parte: Dulce Venganza.
Capítulo 42- Segunda Parte:Dulce Venganza.
Capítulo 43: Novia.
Capítulo 44: ¿Qué sientes por mí?
Capítulo 45: Buena Suerte.
Capítulo 46: Serios problemas.
Capítulo 47: Me Encantas.
Capítulo 48 - Primera Parte: Noche Buena.
Capítulo 49: No quiero estar solo.
Capítulo 50: Año nuevo, vida nueva.
Capítulo 51: Stripper.
Capítulo 52: Secuestrada.
Capítulo 53: Hormonas controladoras.
Capítulo 54: Súper sexy.
Capítulo 55: Alerta roja.
Capítulo 56: Una semana.
Capítulo 57: Toda tuya.
Capítulo 58- Primera parte: Psicópata.
Capítulo 58- Segunda parte: Sol y Luna.
Capítulo 59: San Valentín.
Capítulo 60: Pervertida.
Capítulo 61 - Primera Parte: Señorita Intensa.
Capítulo 61 - Segunda Parte: Estrella Fugaz.
Epílogo.
Nota Importante: Extras, Precuelas, Secuela.
Extra #1
Extra #2
Extra #3
Extra #4
Extra #5
Extra #6
Extra #7
Especial: Mikhail Y Nat Como Padres.

Capítulo 48 - Segunda Parte : Earned it.

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By SileneAMR

— No agregues demasiada harina o la masa quedará dura.

Mikhail, como si fuera el mismísimo Gordon Ramsey, se posa frente a mí y me observa intentar hacer la masa para la tarta.

— Creo que soy pésima en esto —soplo un mechón de cabello que cae sobre mi frente.

— Lo estás haciendo bien, solo debes amasar con calma —se posa detrás de mí, dejándome sentir su suave respiración sobre mi cuello y su abdomen pegado a mi espalda.

Son las tres de la tarde y estoy en casa de Mikhail intentando preparar una masa para mi primer intento de tarta.

Matthew está sentado al otro extremo de la enorme barra con un semblante burlesco mientras se encarga de pelar algunas peras. Idiota.

Mikhail tiene el cabello despeinado y el semblante divertido y despreocupado, sobre una camisa color rosa pastel lleva un delantal color beige —muy refinado— que tiene bordado Gadaff M. en un diagrama perfecto de color negro.

Mientras, yo ocupo un delantal de su madre color rosa y con florecillas color amarillo.

— Bien, dejémosla reposar —jala el pequeño nudo del delantal en mi espalda, apegándome a él. Me besa la mejilla con cautela, haciéndome sonreír como toda una estúpida—. Pasemos al relleno ¿sí?

Asiento, separándome de él para lavarme las manos.

Comenzamos pelando manzanas rojas mientras nos reímos de cosas que dice Matt y Mikhail refuta. Oigo unos tacones a lo lejos que se acercan y cruzan el umbral de la cocina.

Aisha entra meneando su cabellera oscura, la cual se encuentra bajo un pasamontañas color gris. Me doy cuenta de que no viene sola, Enmy está junto a ella ayudándola con un par de bolsas.

— ¡Nat! Qué sorpresa —me sonríe apenas me ve, yo hago el intento de no poner ninguna mueca al mirar a Enmy quien luce tan sorprendida como yo.

— Hola, Aisha —le correspondo el beso en la mejilla.

— ¿Pasarás navidad aquí? —pregunta, jalándole el cabello con suavidad a Matt como saludo.

— Perra del inframundo —refuta Matt, dándole una patada suave en las nalgas a su prima.

Niego mientras sigo picando.

— Solo vine a ayudar a Mikhail con el postre.

— Ah... —besa la mejilla de su otro primo, saludándolo—. Viene a dejar unas cosas para mi tía, ¿está?

Mikhail niega.

— Lo dejaré por aquí —dice llamando a Enmy con una seña para que se acerque, no se ha movido del umbral.

Enmy deja las bolsas sobre la barra mirando a Mikhail en todo momento.

¿Sería delito lanzarle este cuchillo por la cabeza?

— Mika —Enmy le da un beso en la mejilla que mi novio corresponde.

— ¿Qué tal, Em? —suena seco y eso me hace sonreír internamente.

— Cansada. Ya sabes, las comprar de navidad son las peores —sonríe, haciéndose ver radiante, digna de televisión—. ¿Explotaremos fuegos artificiales hoy, chicos?

— Compré varias cajas —Matt suena divertido y le da una mirada cómplice a la rubia.

¿Ella pasará navidad aquí? Mierda...

— Entonces nos veremos en la noche, Mika —le besa la mejilla nuevamente—. Adiós Matt, y —se voltea hacia mí y me da la sonrisa más falsa de todo el planeta—...adiós, Naty.

Ahg. Mi apodo no se había escuchado tan feo en una boca hasta que ella lo pronunció.

Le devuelvo la sonrisa con la misma hipocresía. Mikhail, al darse cuenta, se ríe por lo bajo.

Las chicas salen de la cocina y nosotros seguimos en lo nuestro.

*****

— Nada mal —Mikhail acaba de probar el primer trozo de la tarta que hicimos.

— Está tolerable —opina Matt con la boca llena.

Le doy una mirada de reojo y tuerzo un gesto.

— Es su manera de decir que está deliciosa —Mikhail se cae de hombros, untando su crema batida encima de la tarta.

Tomo un tenedor y degusto un trozo con lentitud.

— Está rica —acepto, saboreando las manzanas caramelizadas y un tanto blandas con un toque de canela—. Aunque debo admitir que no se acerca a la tuya.

Matt se ríe.

— Nada se acerca a los postres de Mikhail. El señor Fostine incluso dijo qué los postres de Mikhail superaban los suyos por mucho.

Mikhail extiende una sonrisa de suficiencia en sus labios.

— ¿Quién es el señor Fostine? —pregunto para luego seguir degustando el postre.

— El repostero que enseñó a Mikhail a cocinar en Italia, excelente cheff y amigo de la familia —responde Matthew poniéndose de pie y dejando el plato en el lavavajillas—. Delicioso postre, Nat.

— Gracias —le sonrío de lado.

Suelta un bostezo.

— Bien, me iré a dormir. La noche será larga. Espero que terminen de disfrutar.

Con esas palabras abandona la cocina, dejándonos a Mikhail y a mí solos.

Permanecemos en silencio mientras degustamos la tarta. Soy la primera en terminar, por lo que decido lavar lo que está sucio. Antes de comenzar a fregar, coloco música en mi teléfono: Adore you de Harry Styles.

Comienzo a lavar los platos con lentitud mientras que tarareo la canción que ya me sé de memoria.

Siento que Mikhail se coloca detrás de mí, respirando encima de mi cabeza. Me pongo rígida al instante y mis nervios comienzan a acentuarse.

Oh, honey —el susurro en mí oído hace mi piel erizar— I'd walk through fire for you, just let my adore you, Like it's the only thing I'll ever do.

Oh, cariño. Caminaría sobre el fuego por ti, solo déjame adorarte como si fuera lo único que debo hacer.

Besa mi cuello con lentitud en una leve provocación. Sí, desde que descubrió mi punto débil no deja de besarme ahí.

— Mikhail, pensé que no eras un cursi —me burlo, moviéndome con lentitud.

Muerde el lóbulo de mi oreja, coqueto.

— No lo soy —acepta, y la canción dulce y romántica de Harry Styles es sustituida por Earned it de the Weeknd.

¿Esa canción como llegó a mi teléfono?

¿Es normal que me sienta como Anastasia Steel en este momento?

— Mikhail... —advierto, aunque una sonrisa divertida y traviesa ya se extendió por mis labios.

I'm care for you —Voy a cuidarte. Sus susurros son roncos y sexys. Escucharlo cantar es cómo un coro de ángeles entonando una canción. Hace que cada fibra de mi ser se estremezca y se deleite con su varonil, pero al mismo tiempo dulce, voz.

Me aprisiona con rapidez posando sus manos en mi vientre, rodeándome con sus brazos. Comienza a moverse de manera sexy detrás de mí. Pasos suaves y sexys, súper sexys.

You make it look like its magicHaces que parezca magia. Suspira mi cabello—, because I see nobody, nobody but youPorque no veo a nadie más, a nadie más que a ti. Se separa haciendo que me de vuelta hacia él y lo enfoque— I'm never confused.

Nunca estoy confundido. Se ha separado un poco. Sonríe, pícaro y algo divertido.

I'm so used to being used —Estoy tan acostumbrado a ser usado. Comienza a rodearme, sonriente, mientras pronuncia en un inglés perfecto cada palabra—. So I love when you call unexpected. Because I hate when the moment's expected.

Adoro cuando llamas inesperadamente. Porque odio cuando el momento es esperado.

Toma una cucharilla y la usa de micrófono, eso me hace reír. Aun haciendo de cantante se ve perfecto.

So I'm care for you, I'm care for you —Así que cuidaré de ti, cuidaré de ti. Extiende su mano hacia mí, invitándome a bailar.

La tomo con cautela y nerviosismo, Mikhail me jala hacia él con rapidez, apegando nuestros cuerpos sin previo aviso.

Because girl you're perfect —Porque chica, eres perfecta. Se mueve con lentitud, con suavidad y con una sensualidad increíble, se siente la confianza en cada acto que hace. Yo simplemente me dejo guiar por él—. You're always worth it, and you deserve itSiempre lo vales, y lo mereces. Me da una vuelta rápida y luego me coloca de espaldas a él—, the way you work it.

La manera en que eres. Siento su respiración lenta sobre mi oreja y sus latidos desenfrenados en mi espalda.

Because girl you earned itPorque chica, te lo ganaste. Susurra en mi oído, haciendo que mi cuerpo se estremezca por completo—. Girl, you earned it.

Chica, te lo ganaste.

Me da vuelta hasta quedar frente a mí y me mira con una sonrisa lobuna y casi insinuante. La canción de fondo le da un toque sexy a todo el ambiente —cosa que no es. Yo parezco un espantapájaros andante con harina por todas partes y Mikhail, bueno, Mikhail incluso con harina encima y un delantal sigue siendo precioso—.

Se acerca a mí y me besa. Suave y delicado como todos su besos. Sentir la humedad y el calor de sus labios me extasía, es como un oasis en medio del desierto, como droga para un adicto. Es placentero y adictivo, así son Mikhail y sus besos.

Coloca sus manos en mi cintura, apretándome con suavidad y ligereza, y yo acaricio las hebras de su cabello castaño con lentitud.

Roces, humedad y calor.

Beso que acelera nuestras respiraciones y latidos a un compás exacto.

— ¿Qué mierda es esto? ¿acaso The Weeknd dará un concierto en nuestra casa o tenemos a Anastasia Steel y a Christian Grey en nuestra cocina? —nos separamos, escandalizados—. Cuando dije que terminaran de pasarla bien no me refería a esto.

Matt está recostado en el umbral de la cocina, una sonrisa burlona —digna de él— adorna sus labios rojizos con vivacidad. Tiene una bolsa de Doritos en la mano.p

— ¿Qué pasa? pueden seguir con su espectáculo, casi ya me sentía dentro de la película —entra a la cocina y comienza a servirse un vaso de agua.

El calor en mi cara está presente y no solo por la agitación del beso precisamente, sino por el bochorno. ¿Desde cuándo Matt estaba de pie ahí?

— Qué asco. Eres un sádico de mierda —Mikhail lo mira con recelo y luego le lanza la cuchaprilla que anteriormente usaba como micrófono—. ¿No te cansas de arruinar mis momentos de intimidad con Natalie?

La cucharilla impacta justo en la cabeza del mayor de los Gadaff.

— ¡Mikhail, idiota! —se queja Matt—. Lo cierto es qué no era mi intención interrumpir su peculiar escena pero la verdad no me gustaría tener sobrinos a esta edad ¿saben? Los niños son molestos, fastidiosos y chillones.

Mikhail resopla.

— Desaparece de aquí antes de que no sea una cucharilla la que te lance encima.

Matt alza los brazos en señal de rendición y toma una soda del refrigerador.

— Condones, muchachos. Díganle no al aborto —y, con esas palabras, se retira.

Mi cara parece que va a estallar en cualquier momento. Mikhail, al mirar mi cara, revienta en carcajadas.

— ¿Qué pasa? Tu cara parece un tomate —se burla, dirigiéndose a la nevera.

Él apenas y está sonrosado y solo por el agite del beso de hace unos minutos.

— Los comentarios de Matthew son... —busco la palabra adecuada para definirlos.

— ¿Normales? —pregunta, en medio de beber del vaso de agua que recién sirvió—. El sexo es normal, Natalie.

— No es cómodo hablarlo así abiertamente —me quejo, acercándome al fregador para continuar con la tarea que dejé a medias.

— Eso lo dices porque no lo has practicado, cuando comiences a tener relaciones sexuales lo verás con normalidad y —

— Mikhail, no tienes que ser mi sexólogo —lo interrumpo con una sonrisa forzada.

Él vuelve a carcajearse.

— Como quieras.

*****

Coloco sobre la mesa el pavo con cuidado mientras que Nate acomoda los cubiertos al lado de los lindos platos.

Son las ocho y treinta de la noche y pronto comenzaremos a cenar.

Mi madre decoró el pequeño comedor con cuidado y meticulosamente. Colocó macetas pequeñas color rojo con delicadas rosas blancas —qué no sé de donde salieron— por todo el lugar. La gran mesa larga está cubierta por un fino mantel color blanco que en sus orillas tiene bordadas unas hermosas enredaderas en color dorado. En medio de la mesa hay un santa de porcelana con una vela color rojo encendida entre sus manos. Los platos de vidrio color vino contrastan a la perfección con todos los colores presentes en la mesa.

Salí del cuarto hace un par de minutos para ayudar a mamá a servir la cena. Tengo puesto un delicado vestido color verde aceituna de escote ilusión, ceñido al corpiño y holgado en la parte de la falda que me llega un poco más arriba de las rodillas; lo acompaño con tacones bajos color beige y el cabello recogido en una coleta baja estilizada.

Nate se decidió por una camisa de estilo chino —ni idea de cómo se llaman— muy linda y varonil de un gris oscuro, un pantalón color negro y zapatos de igual color. Su cabello chocolate está bien peinado y él está pareciendo más entusiasmado que nunca.

Mi madre se encuentra en la cocina junto a Luis ordenando los últimos detalles, estamos a la espera de Mikhail.

Estoy nerviosa, no tanto por su llegada sino por su regalo. No sé si le va a gustar, digo, no es la gran cosa pero considero que será un lindísimo detalle.

Entro en la cocina en busca de encontrar algo que hacer, al no encontrar nada camino a la sala y opto por llamar a las chicas.

— ¡Feliz navidad, zorras! —Nai es la primera en hablar. Decidí hacer una videollamada entre las cuatro chicas.

— ¡Te oí, Nairobi! —se oye la mamá de Rachell detrás de mi maquillada amiga.

— ¡Perdón, tía! —se disculpa Nai en medio de una sonrisa arrepentida.

— ¿Y cómo va su noche? —pregunto al tiempo que bostezo. Sí, no son las nueve y ya tengo sueño.

— Aburrida —habla María y detrás de ella puedo apreciar a Carter y Derek, sus hermanos de diecinueve y ocho años—. Mamá acaba de sacar el pavo del horno así que pronto cenaremos.

La mía va normal —Rachell sonríe, entusiasmada—. Saben que en casa solo somos mamá, papá, y Lissy y Logan que llegaron hoy de casa de mi abuela.

La pequeña hermana de seis años de Rachell saluda la cámara y muy detrás de ellas, al fondo, Logan su hermano de catorce se encuentra mirando su teléfono.

— ¡Pequeño demonio! —la saluda Naza.

— ¡Hola, mojigata! —sí, la manera de tratarse de esas dos, a pesar de ser prima, es terrible, aunque en el fondo sé que se aman.

Ya, fuera de aquí, enana —Rachell toma el control de su teléfono nuevamente—. Ok, continúo. Bueno, eh —tarda un par de segundos en hablar—...invité a Caleb a la cena.

— ¡Vaya, vaya! —María hace un silbido gracioso que nos hace reír—. Eso sí que no lo esperaba.

— Yo tampoco —concuerdo, sonriendo.

Ver a mi mejor amiga feliz es algo inigualable, creo que Caleb le hace bien.

Ella se ríe, nerviosa.

La verdad es que todo fue de último minuto, yo no espera—

El timbre de mi casa suena lo que hace que deje de prestarle atención a la conversación inmediatamente.

— ¡Abre la puerta, Nat! —mi madre grita desde la cocina. Yo me pongo de pie rápidamente.

— ...y bueno, como él no tenía

— Bien, chicas, debo irme. Las llamo al rato.

Adiós y que disfruten la cena. Besos a tu mamá —las chicas me despiden, así que me desconecto de la conversación.

Acomodo mi vestido con rapidez, me doy una breve mirada en el espejo pequeño de la sala y decido ir a abrir la puerta.

Sonrío lo más radiante que puedo y me encuentro con...

— Sorpresa, corazón mío.

— ¿West? —frunzo el ceño.

Su sonrisa divertida se ensancha.

— No, soy tu abuela reencarnada en el cuerpo de tu ardiente vecino.

Ruedo los ojos ante su sarcasmo.

— ¿Qué haces aquí? —cuestiono, mirándolo de pies a cabeza.

Tiene una camisa común color blanco, pantalones de mezclilla nuevos y zapatos color rojo. Usa el cabello desordenado pero de igual manera se ve extremadamente sexy. Ah, también tiene un tazón en sus manos. ¿Qué trae? ¿ensalada?

— Tu madre nos invitó a cenar con ustedes —se cae de hombros quitándome de su camino y adentrándose como perro por su casa.

— ¿Y dónde está tu madre? —cierro la puerta luego de que él entre.

— Viene en seguida —comienza a caminar directo al comedor. Intrépido.

— Creí que eras Mikhail —me quejo, volviendo a sentarme en el sofá de la sala.

Una sonrisa ladina adorna sus labios.

— No lo soy, pero vi que se estaba estacionando hace un par de segundos.

Me vuelvo a poner de pie con mucha rapidez.

— Cariño, sécate la baba, cada vez que escuchas Mikhail comienzas a babear.

Le saco el dedo medio y me apresuro hacia la puerta. La abro y, efectivamente, Mikhail camina hacia la puerta.

Su cabello está bien peinado y húmedo por seguro una ducha, lleva una camisa de botones de mangas largas color negro cubierta por un saco color azul marino —que da la impresión de ser metálico—, tiene un pantalón color negro al igual que sus zapatos de marca. Sostiene una botella de champage carísima.

Al enfocarme de pie en la puerta, me sonríe.

Las hormonas te están comenzando a controlar, Blake.

Cállate.

Cuando llega frente a mí, sin mediar palabras, junta nuestros labios con desesperación.

Nos degustamos con deseo y nos separamos solo por falta de aire.

— Fresas —lame sus labios repletos de mi gloss labial.

Le doy una sonrisa de boca cerrada.

— Estoy feliz de que estés aquí —lo abrazo por encima de los hombros y él me devuelve el abrazo como puede con cuidado de no explotar la botella.

— Y yo estoy feliz de tenerte a ti —susurra en mi oído y luego besa mi sien.

— Y yo tengo hambre y quiero cenar ya —la voz divertida de la señora Amelia, madre de West, nos hace separar—. Buenas noches, jovencitos.

Se abre paso entre Mikhail y yo, pasando por el medio de ambos.

— Apresúrense, no querrán que la cena se enfríe. Ustedes pueden volver a calentarse después, la cena no —bromea para luego dirigirse al comedor.

Mis mejillas se encienden, sin embargo le extiendo mi mano a Mikhail.

— ¿Vamos?

— Contigo hasta donde sea —repite mis palabras y toma mi mano al mismo tiempo que besa mi frente dulcemente.

Luego nos adentramos a la cocina.

N/A:

Espero que les haya gustado el capítulo.

Quiero confesarles que este capítulo estuvo tranquilo porque en el próximo lanzaré una bomba, así que...

Bueno, gracias por leer, votar y comentar.

I loviu .

Besos. Bye.

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