『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ || jungkook...

By ssoftnana

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Para Jungkook, todo debía siempre estar organizado y dirigido. La prudencia y en análisis de situación regían... More

『ρяợℓσɢσ』
Capítulo 1 + booktrailer
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
『 personajes *・゚✧
『 booktrailer ─ 2 ─ special jungkook's day』
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
『 + personajes (♡ゝ◡╹♡)ノ・゚✧
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
fαηαятѕ ∂єℓ fαηfic (っ◔◡◔)っ
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Epílogo
Escena extra + comentarios.

Capítulo 41

37.7K 2.7K 2.7K
By ssoftnana

volví ╰( ͡° ͜ʖ ͡° )つ──☆*:・゚

espero y disfruten en cap ༼ಢ_ಢ༽ ah! y empecé un nuevo fanfic de iunkuk, se llama cold blood y ya lo publiqué uwu espero y también les guste ese:( hace pila quería hacer un fic de misterio/romance/acción

ah, hice ese edit de jihee uwu es hermosa lpm

Capítulo 39: Segundas oportunidades. 


     —Entonces... —hice una pausa. analizándolo una y otra vez. No podía dejar de mirarlo, con los ojos entrecerrados y mi cabeza dando vueltas, mi mente era una mermelada aplastada ahora mismo, ni siquiera había podido procesar lo del trío en medio del concierto, y ahora Tae, que no es Tae... lo que sea.

     Ya no estábamos en aquella perturbadora discoteca, llena de música, gente extraña, juegos perversos y luces. Sino que Jungkook nos había guiado a una habitación que estaba en un pasillo del bar. Lo único que estaba prendido era la pálida luz amarillenta encima de nuestras cabezas en aquellas cuatro estrechas paredes que nos rodeaban, la habitación era muy pequeña. La cama de dos plazas estaba prolijamente hecha, ocupaba casi la mitad de la habitación, mientras que había un pequeño sofá rojo individual a los pies de la misma. Taehyung se hallaba sentado al borde de la cama, con la cabeza gacha entre los hombros, exhausto. Mientras que yo estaba sobre el pequeño sofá, viéndolo confundida.

     Jungkook había escogido quedar de pie, con la espalda apoyada sobre la puerta cerrada, aunque estaba segura que en realidad era más bien por su paranoia de las peleas y el peligro hallado aquí. Con su saco de cuero negro que le llegaba hasta las rodillas, parecía relajado, aunque sabía que estaba alerta, jodidamente alerta, emanaba ondas de tensión y casi parecía no estar respirando allí de pie. Con una pierna doblada y apoyando el pie en la puerta, los brazos cruzados sobre su ancho pecho, observándonos en silencio. Un aire de peligro y amenaza lo rodeaba, que parecía asfixiar la pequeña habitación, parecía una estatua, sólo observaba.

     Volví la mirada al pelinegro más pequeño, no había procesado nada, pero necesitaba respuestas casi tanto como lo estaba de confundida—Taehyung tiene un hermano gemelo malvado.—solté.

     Él se agarró los cabellos negros, soltando un fuerte suspiro y levanto las manos, mirándome exasperado—¡Que no, Hígado Encebollado! ¡Soy yo!

     —¡Devuélveme a Terroncito de Chocolate!

     —¡Soy yo!

     —¡Claro que no!—Jungkook sólo nos miraba apoyada en la puerta, en silencio. Hice una pausa—Vamos, vamos a la Iglesia. —Jungkook me entrecerró los ojos yo lo miré—¿Que no ves? ¡Está endemoniado! ¡Se le metió Satán en el cuerpo! ¡Hay que hacerle un exorcismo!—él apoyó la cabeza en la pared, relajándose y soltando un suspiro, viéndome con una mueca entre ironía y seriedad.

     —¡No estoy endemoniado!—chilló Terroncito, o Satán, quién sabe.

     —¡Claro que si!

     —¡Que no yo...!—su voz fue muriendo, parecía no saber qué decir. Vi una gran pelea gestándose en su rostro, parecía confundido, herido, el borde de sus ojos se había vuelto rojizo, como si estuviera conteniendo las lágrimas,y por la expresión de dolor en él, supe que le era muy difícil. —Lo siento, lo siento mucho. —las palmas de sus manos se juntaron en una especie de rezo en mi dirección, bajó la cabeza, mirando mis pies y continuó murmurando—Lo siento mucho, hígado encebollado, lo siento, lo siento mucho...—mentiría si dijera que aquello no me afectó, Taehyung, que siempre nos escuchaba, que no juzgaba y se la pasaba sonriendo. Verlo de aquella forma tan afligida, en un mar de lágrimas, me fue devastador.

     —Ta... Terroncito no tienes que disculparte, por qué diablos ... —me acerqué a él, cerrando una de mis manos en su hombro y viéndolo de cerca, poniéndome en cuclillas en el borde de la cama. Intenté que me mirara a los ojos, pero apoyó el dorso de sus manos en la frente y el llanto en su rostro se hizo cruelmente numeroso, mezclándose con el sudor en sus mejillas, sus mechones ondulados pegados a sus sienes, las mejillas ahora eran un río. —Tae qué...

     —Lo siento... —su voz se había vuelto ronca, parecía apenas poder hablar, apretaba los ojos con fuerza—Lo siento mucho, yo... yo no quise...

     —No tienes que...

     —Él me obligó, él me obligó... yo no quería... —su declaración hizo que me echara para atrás casi de inmediato. Sólo pude verlo, mi cabeza no dejó de repetir sus palabras.

     Jungkook nos miró fijamente, serio, tenía ese velo sobre su mirada, aquél que no me permitía ver sus emociones, sus ojos semiocultos por su cabello negro me dio escalofríos, no pintaba nada bien su expresión. De golpe, habló —No creí que tuvieras las agallas para decirlo, hm.

     Fui completamente capaz de oírlo. Taehyung se paralizó ante la voz de Jungkook a sus espaldas, yo, estando prácticamente junto a él, pude ver el momento exacto donde sus hombros parecieron comenzar a temblar. Intercambié miradas entre ambos, completamente aturdida.

     Taehyung sorbió de su nariz, su voz tembló—¿Tu lo... sabías?—fruncí las cejas, pero, aún dentro de mi inocente confusión, supe que aquella pregunta fue dirigida a Jungkook. El más alto chasqueó su lengua desde aquella rígida postura y caminó hacia nosotros en aquél caminar firme y relajado, lleno de arrogancia y terriblemente dominante. Jungkook se sentó en el pequeño sofá junto a mí, separado las rodillas y apoyando los codos en ellas, clavó la mirada seria sobre Tae.

     —Lo supe en cuanto te vi tocar. Sólo él maneja las bandas. Lo demás, sólo até cabos. —Terroncito hizo un gran silencio, de golpe pareció estar seco de lágrimas. Sus ojos quedaron fijos en sus rodillas con una mirada que rozaba la demencia y el terror profundo, sus largos y pálidos dedos apretaron sus vaqueros rotos en las rodillas. —¿Cuál fue el trato?—la voz de Jungkook fue implacable, ronca, baja, un sonido aterradoramente amenazante, me recordó al color de la sangre. Hizo que volteara la cabeza para verlo a los ojos. Me dio un escalofrío. Tenía una mirada que decía que era capaz de un sin fin de cosas desagradables justo en este momento. —¿Cuál fue el maldito trato, Taehyung? No es bueno jugar con mi paciencia.

     Como un juego de ping pong, mi mirada nuevamente se dirigió a Taehyung. Intenté acomodarme en cuclillas a un costado, sin embargo, cuando estuve a punto de hacerlo, el brazo de Jungkook se alargó de golpe, Taehyung se sobresaltó como un gato asustado cuando se movió, y, cuando más o menos fui capaz de recomponerme, noté entonces que estaba sentada sobre una pierna de Jungkook, me había atraído a él. Era increíble que incluso en esta posición él pareciera aún más grande, yo apenas quedaba más alta que él sobre su regazo. Sentada sobre su muslo derecho, lo miré entre fascinada y sorprendida mientras él se inclinaba ligeramente y apoyaba un codo en su rodilla libre, tenía la mirada aterradormaente puesta sobre Terroncito, por lo que decidí no agregar ningún comentario.

     —¿Diste información sobre ella?—Taehyung alzó la cabeza casi de inmediato.

     ¿Qué?

     —¡Nunca!

     —¿Alguien del grupo? ¿Bon, Niwa, So...?

     —¡Jamás lo haría!—Jungkook sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Su boca se torció en una sonrisa tan aterradora como la oscuridad que envolvía sus ojos en ese momento.

     —¿Pero sí la diste sobre mí, hm?—los ojos de Taehyung brillaron aún más, probablemente más lágrimas que estaba duramente conteniendo, y nuevamente apretó la boca, bajado la mirada a sus rodillas.

     —No tuve otra opción...

     —¿Por qué demonios debería creerte?—Terroncito apretó los labios y sus ojos se llenaron nuevamente de lágrimas bajando la mirada hacia las rodillas de Jungkook —Quiero la verdad, Taehyung. Antes de que en serio haga que te arrepientas de lo que hiciste. —la amenaza, sinuosa y en voz baja que soltó, hizo que hasta yo sintiera un escalofrío. Entonces, reaccioné.

     —Si ustedes...—murmuré, de forma vaga. Jungkook me miró de reojo, Tae también—No me dicen que carajos está pasando, voy a meterles una maldita navaja por el recto. —mi voz se fue haciendo consecutivamente más fuerte y clara a medida que hablaba. Jungkook alzó una ceja, pareció más relajado de golpe.

     —Pecas quiere la verdad, Terroncito.—Taehyung tuvo un temblor por la forma casi violenta en la que Jungkook lo llamó—Habla.

     —Yo... —él parecía no poder verme a los ojos, cada vez que apenas los levantaba, corría inmediatamente la mirada a sus rodillas. Después de unos segundos, habló—HyoIn me dijo que.... debía estar cerca de Jungkook...

     Algo retumbó en mi estómago, algo que prometía mucho dolor—¿HyoIn...?—hice una pausa—¿Él de la melena, el que hizo que Jungkook cayera por ese barranco en el campamento?—mi lengua se tropezó y hablé demasiado rápido, mi corazón comenzó a acelerarse de forma casi irracional.

     Taehyung sólo se quedó viendo abajo, nervioso, lloriqueando, apretando sus rodillas. Miré a Jungkook, él no movió su cabeza, pero dirigió sus ojos a los míos. No dijo nada, pero a la vez su mirada decía mucho. Sólo me miró de reojo, serio, imparcial, esperando alguna reacción mía. Tanto silencio de su parte me alteró terriblemente.

     Miré nuevamente a Taehyung, de forma lenta, mi cabeza era un bullicio horrible—¿Qué demonios haces juntándose con ese maldito bastardo loco?—solté, recordando lo adolorido que estaba Jungkook luego de llegar del campamento, viendo con el ceño fruncido al pelinegro—Él hizo que Jungkook se lastimara tan horriblemente ¿Qué carajos haces con una persona así? Nos tienes a nosotros, a Niwa, a Bon, Sohee, este tipo es tan raro, no necesitas...

     —Él fue quién me dijo que me acercara a tí. —fruncí el ceño—En la fiesta, no... no fue casualidad. HyoIn me dijo que me acercara a tí, porque quería que estuviera cerca de Jungkook... —de golpe, sentí un dolor profundo en el estómago, tan repentino como fuerte, como si me lo hubieran hundido de un puñetazo, justo en la boca de mi estómago. Pero no fue como el rodillazo que recibí de Sehoo, sino que esto ardió y dolió mucho más.

     Un agonizante silencio se desplazó en la pequeña habitación, el aire era tan tenso que parecía no dejarme respirar, sentí axfisiarme, las estrechas paredes ahora me parecían sofocantes. La mirada de Jungkook parecía quemarme el perfil, pero no fui capaz de verlo mientras procesaba todo aquello, o al menos lo intentaba. En un arrebato, me puse de pie, caminando a un lado de la cama, frente a la puerta.

     Sólo fui capaz de mirarlo, desde sus botas negras hasta su cabello recién teñido—¿Por qué demonios harías algo como eso, Taehyung...?—él sólo lloró en silencio, apretando los ojos. Me sentí más y más sofocada, impotente, el dolor se hacía cada vez más agudo en medio de mi pecho—¿Sólo así...? Llegamos hasta ti, te buscamos, podíamos haber salido mal, podrían habernos lastimado. Pero todo lo que pensaba era en tí y en si estabas bien. —cuando realmente fui comenzando a comprender lo que él decía, sentí como las lágrimas comenzaban a agolparse en mis ojos de forma desquiciada, rápida, deseando salir y derramarse, pero me quedé firme. O al menos eso intenté, de pie a su costado. —¿Sólo para que digas esto...? ¿Nunca... nunca quisiste ser mi amigo, eso es lo que dices? ¿Te acercaste porque otro te lo dijo? —no era capaz de mirar a Jungkook, aunque sentía su mirada sobre mí, me sentí demasiado expuesta, sólo viendo lo mucho que Taehyung lloraba, parecía no parar—¿Tienes alguna idea lo preocupado que todos estaban por ti? Incluso Sohee, que siempre se niega a estas locuras, ella estuvo de acuerdo, sólo para saber de tí ¿Y eso es todo lo que tienes que decir? ¿Todo fue una farsa? ¿Que sólo fui el camino para llegar con Jungkook? ¿Qué solo me... usaste?

     Taehyung comenzó a llorar más fuerte de golpe, ocultó su rostro entre sus manos y comenzó a respirar de manera errática, mientras su espalda se curvaba con cada sollozo. Su silencio hizo que el dolor se expandió en mi pecho, como fuego sofocante, que parecía ser liberado sólo sí lloraba. Me fue casi imposible describir lo que sentía en ese momento, respiré profundamente, pero eso no logró liberar las emociones encerradas en mi pecho, un conjunto de sentimientos desagradables que parecían no calamarse nunca, traicion, dolor, tristeza, me sentí un idiota.

     Jungkook se puso de pie casi de inmediato cuando lo miré a los ojos, saltó del pequeño sofá para llegar a mí en menos de un segundo. Como si supiera cuánto necesitaba su auxilio sólo con verme—Vámonos de aquí. Necesito aire, esto... este lugar, me está...

     —Tranquila. —su cálida mano envolvió una de las mías, tuvo que inclinarse ligeramente a mí, apretándola fuertemente. Estaba serio y alerta, pero su tacto fue tan dulce y su voz tan suave que sentí que me acogía como un abrigo—Te sacaré de aquí.

     Cuando la verdad me golpeó tan terriblemente, su mano pareció ser lo único que me mantuvo de pie en ese momento.

     Cuando me giré y vi la puerta abierta, antes de poder dar un paso, sentí un tirón de mi chaqueta de jean— No. —cuando me giré, Taehyung estaba en el piso, sus largas piernas de un costado, apoyándose con una mano en el piso y su cadera, sus otros dedos tironeaba de mi ropa. —N-No hagas esto...

     —Taehyung.—la advertencia en la voz de Jungkook vino en otro plano, solo era dolorosamente capaz de ver como él estaba allí en el piso, tirando de mi ropa, pero mirando al suelo. Taehyung, que me había obligado a ver maratones de Studio Ghibli hasta el amancer, que me había apoyado cuando estaba insegura, que me tendió su mano cuando estaba nerviosa.

     ¿Todo era una farsa...?

     Parecía no ser capaz de verme a los ojos, su voz sonaba desesperada. No sabía cómo sentirme, la sorpresa hizo que el dolor arremetiera de forma cruel ante mí, luchaba por contener las lágrimas que llenaban mis ojos y me nublaban la vista.

     —No hagas esto, yo no quise...

     —¿Qué fue lo que no quisiste, Terroncit... Taehyung? Como sea que te llames. Ni siquiera sé cómo llamarte ahora mismo... ¿Quién crees que eres?—sentí las esquinas de mis ojos arder, pero no ardían tanto como mi pecho en ese momento—¿Crees que puedes jugar de esa forma con las personas? ¿Crees que no tengo sentimientos? ¡Vine aquí por ti, porque me importas mucho! —una vez que dejé caer mis lágrimas, sentí que no podía detenerlas, se hicieron brutalmente abundantes en mi rostro—¿Qué es lo que no tengo que hacer Taehyung? ¿¡Qué se supone que haga, dime, maldita sea!?

     —S-Son... lo único que tengo...—fruncí las cejas y miré su cabeza gacha. —No pensé que... fuera así. Nunca había tenido amigos antes...—volvió a sollozar.

     —¿Qué dices? Tu qué... —solté fuertemente un suspiro, que pareció robarse lo que quedaba de mi respiración— ¿Estás jugando con nosotros de nuev...?

     —¡Tengo una deuda!

     —¿Eh?

     —¿Qué?—Jungkook habló sobre mi cabeza, de golpe, más fuerte de lo normal—¿Una deuda? ¿Te refieres a una deuda con HyoIn? ¿Qué...? Mierda, Taehyung, eres idiota ¿Cómo se te ocurre...?

     —Mi abuela tuvo un accidente. —sólo fui capaz de verlo, terriblemente consciente del dolor en su voz—Hace un.. año. Escuché de este lugar, sobre el dinero que HyoIn. Para ese... entonces, me dijo que sólo debía tocar en la banda hasta pagar mi deuda. Pero luego...—hizo un silencio, sollozó nuevamente, sus hombros temblaron—Luego me dijo que debía acercarme a Jihee...

     —¿Entonces... solo te manipuló?

     —Es lo que hace HyoIn, Taehyung, carajo.—se quejó Jungkook.

     —Yo... yo nunca tuve amigos antes. —admitió Taehyung, bajo y silencioso, y a pesar de la traición agudamente ardiendo en mi interior, sus palabras me dolieron de alguna forma—En clases me odian, o por ser tímido o por los rumores de mi sexualidad. Nunca tuve amigos realmente. —hizo una pausa, otro sollozo— Ustedes se convirtieron en lo... lo único que tengo... —Taehyung nuevamente sujetó el borde de mi chaqueta de jean, sin embargo, la tironeó con ambas manos de tal forma que di un brinco del susto, lo hizo tan fuerte que si no fuera por las manos de Jungkook sujetándose los hombros desde atrás, me hubiera caído. Sus gritos hicieron que me encogiera en mi lugar, viéndolo con ojos desorbitados—¡Lo siento mucho! No hagan esto, por favor no lo hagan... n-no me dejen solo...

     La desesperación en su voz, casi rozando a la demencia, además del doloroso llanto que parecía no ser capaz de detener, evocó en mi memoria recuerdos de mí misma en un pasado que siempre intentaba ignorar. Y a pesar de todo, verlo allí, devastado, revivió tal ardor en mi pecho que creí que no podría volver a respirar nuevamente.

     —Taehyung. —Jungkook se puso a un costado, hablando claramente, una advertencia.

     Lo miré. Me pregunté cómo estaba él de golpe, los bordes de su cuerpo los vi borrosos debido a mi vista nublada por el llanto, pestañeé unas cuentas veces para ver con claridad. Sí no me equivocaba, él también consideraba a Tae un amigo, y él estaba tan solo antes... esto debía dolerle incluso más que a mí. Me maraville y asombré, de golpe, por su forma tan fuerte de ser, y deseé poder tener tal habilidad para esconder el dolor.

     —No hagan esto, por favor no lo hagan, lo siento... —el pelinegro no dejaba de llorar y murmuras cosas así, parecía que había perdido todas las fuerzas ya que de forma débil, me soltó y se apoyó en el piso, con la cabeza gacha, podía ver como las lágrimas dejaban su huella en el tapete debajo de él y sufría leves espasmos por el llanto. —Lo siento tanto...

     Respiré hondo, antes de hablar. Sentí una sensación blanda en el pecho, como si mi corazón estuviera débil y cansado.

     —Entonces demuéstralo. —ambos me miraron de golpe. Toda la inseguridad y miedos parecieron golpearme y consumirme, deseosos por ejecutar y obligarme a marchar corriendo. Pero, tomando el ejemplo de Jungkook, tragué saliva y me animé mirar directamente a Tae a los ojos, los tenía rojizos y desbordantes de lágrimas—Demuéstralo. Ven con nosotros. Ahora, larguémonos de aquí y promete no volver nunca. —él sólo pestañeó, lentamente, y a pesar de su abundante llano, amplió un poco los ojos, viéndome.

     Cuando alcé la cabeza y miré a Jungkook, la inseguridad me arraigó nuevamente, odiaba es parte de mí, que parecía ser completamente incapaz de esconderle algo.

     Él parecía incrédulo, con las cejas fruncidas y el ceño tenso, separó levemente los labios y me fue imposible describir todo lo que vi en su mirada, bullendo como enjambre. Sosteniéndome repentinamente del brazo, me arrastró dos pasos hasta que quedamos debajo del marco de la puerta abierta, la música que ahora era eléctro volvió a nuestro alrededor como torpedo.

     —Pecas tú... ¿Qué haces? Estabas llorando hace un momento ¿Qué dem...?

     —¿Crees que está mintiendo?—me acerqué a él, susurrando, el borde superior de mi cabeza quedó justo al lado de su cuello. Jungkook bajó la cabeza, mirándome fijamente, tal intensidad en su mirada hizo que mi estómago cosquilleara.

     Echó una mirada a Tae, que aún parecía perdido. Resopló, pasándose la mano por la frente y mandando las ondas negras sobre su frente atrás—No. —murmuró, casi receloso—He visto a muchos rogando aquí, hasta jurando por su madre, y sé cuando uno miente. No... creo que él lo haga...—Miré un momento a Taehyung, luego a él. —Pero esto... —casi gruñó—¿Sólo así? ¿Lo perdonarás así? Desde que te conozco te he visto llorar solo dos, dos malditas veces. No quiero dejar que vuelva a pasar. No voy a dejar que te hagan sufrir de nuevo.

     Sus protectoras palabras hicieron que el dolor disminuyera un poco y alcé la cabeza, viéndolo entre enternecida y dolida—Mi abuela dice... —dudé, hice una pausa, tragando saliva, mi voz apenas se oía—Que él perdón es un regalo que le damos a los que nos lastiman. Y que sólo una persona lo suficientemente fuerte es capaz de regalarlo, porque hace falta fuerza para olvidar y seguir adelante —alcé un poco más el cuello, viéndolo a los ojos—¿Crees... que somos lo suficientemente fuertes? ¿Crees en las segundas oportunidades?

by; jungkook

     Me quedé inmóvil por unos momentos, mirándola sin saber qué decir exactamente, algo pareció tronar y romperse en mi interior y sentí el pecho pesado. Sus palabras habían arremetido de una forma casi irónica a mi coraza y sentí que me desarmaba frente a sus inocentes ojos.

     ¿Cómo no iba a creer en las segundas oportunidades, sí era lo que ella representaba para mí? Era ella mi oportunidad, mi oportunidad de algo mejor. En un mundo plagado de crueldad y maldad como lo era éste, sólo ella me hacía recordar que en realidad, no era tan malo.

"Gracias a tu posición, hasta el día de tu muerte estarás rodeado de envidia. Tienes que ser el mejor siempre, estar a la cabeza, recuerda que para eso te he traído al mundo. Escucha el consejo de tu madre, tu vida está destinada a la soledad. Gracias al poder de esta familia, la ternura no es algo que se nos conceda, así que recuerda. No busques cariño nunca, no te esfuerces. Sé el mejor, y de esa forma todos te seguirán. Pero nunca busques su amor. Ese es tu destino."

     Tomé un fuerte respiro, intentando apartar recuerdos de mi cabeza y no pude dejar de ver sus ojos. Ella me daba eso, una oportunidad que se me había negado desde que nací. Mi madre nunca había acudido ni una vez a mis lágrimas, ni siquiera cuando era un pequeño bebé, ni tampoco cuando era un niño. Mi padre siempre esperaba que dejase de hacerlo y me hiciera fuerte. Y eso fue lo que hice, sin embargo, ahora...

     Me fascinaba esa genuinidad que sólo ella tenía, su capacidad de querer a alguien tan profundamente que parecía que estaba completamente rota ahora, con la realidad de Taehyung.

     Sentí vergüenza, hasta asco, de mi mismo. A diferencia de ella, yo no pude sentir nada cuando internaron a mi madre en el centro psiquiátrico. Sólo me quedé ahí, viendo desde las grandes escalares cómo los guardias se la llevaban a los empujones, tirando cada uno de sus brazos, mientras ella nos maldecía y gritaba. Sólo así, viendo. No sentía nada. Absolutamente nada. Ni satisfacción, ni dolor, ni una pérdida. Tampoco sentí nada cuando Namjoon y los chicos se alejaron de mí por no cumplir sus "estándares sociales" ni tampoco cuando alejé a Hyemi, a quién conocía tan bien.

     Odié esa parte de mi justo en ese momento, la que me había permitido aprovecharme de alguien tan genuina como Pecas en la sala del consejo, la que se había acostumbrado de tal forma a que las personas me lastimaran y abandonaran que simplemente, aunque lo intentara, no pude casi sentir nada ante la traición de Taehyung.

     Desde otro ángulo, también debía admitir, no era lo mismo con Pecas. Pensar en la sola posibilidad de su abandono, de no volver a verla, me cerraba el pecho, me hacía dudar terriblemente de seguir con esto. Sin embargo, yo no podía terminar más marchito y lastimado de lo que ya lo estaba. O eso creo...

     Tenía miedo, tanto miedo, y odiaba profundamente aquél sentimiento de vulnerabilidad que ella me causaba, uno que nunca había sentido antes. Ella era especial, simple y llanamente. Tenía una conciencia pura, justa, y un corazón mucho más genuino en un mundo plagado de individualismo y mezquindad. Me conmovía de todas las formas posibles.

     Incómodo por las emociones que comenzaba a sentir, y sin ser capaz de responder a su pregunta, miré nuevamente a Taehyung.

     —Él...—comencé a decir, sin embargo, casi inmediatamente, alejé a Pecas de la puerta. Ella soltó un jadeo ahogado cuando la atraje a mi cuerpo casi de forma violenta, trastabilló de la sorpresa y su rostro se hundió en mi pecho, con sus pequeñas manos apoyadas en mi estómago. Di un paso atrás junto a ella, mirando al pasillo oscuro y abracé su espalda hasta apretar su hombro con mi mano, teniéndola a un costado de mi cuerpo.

     Pecas resopló en mi pecho, apoyando ahora las manos en mis costillas izquierdas—¿Qué te...?—entonces, lo vi.

     La sonrisa de Hyoin se alzó lentamente en el oscuro pasillo, fue un malvado destello en la oscuridad del estrecho lugar. Entonces, dio un paso al frente y su cuerpo fue adquiriendo la roja claridad de los pequeños focos del pasillo. Apreté casi de forma inconsciente el hombro de Pecas, hundiéndola en mi cuerpo, casi intentando que se quedara pegada en mí, viéndolo a los ojos.

     Él simplemente salió de su escondite, con aquél caminar lento y arrogante, tenía la mirada tan jodida como la primera vez que lo había visto en secundaria. Una mirada que decía que no tenía nada que perder, porque nada le importaba, una mirada que decía que era capaz de muchas cosas. Paró el paso en el marco de la puerta, junto a nosotros, nos miró lentamente a los tres, disfrutando de la escena. Su sonrisa brilló, llena de júbilo y una enfermiza felicidad. Apoyó un codo en el marco de la puerta, inclinándose un poco y me miró. Tenía algunos mechones negros entrecruzados en la mirada, estaba un poco sudado y respiraba algo agitado, olía a sexo. Supuse que acaba de salir de otra habitación...

     —Mírate, no has cambiado en nada. Sigues teniendo esos reflejos tan extraños...—abrí un poco más mis cuencas nasales, intentando respirar hondo. Su mirada viajó desde la cabeza de Jihee hacia abajo, volviendo lascivamente arriba y se mordió el labio inferior. Intenté mantenerlo más más tranquilo posible y no dije nada, sabía que él estaba buscando una reacción. Su mirada volvió a mí—¿Llegué tarde para jugar? 

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