—No te acerques a mí —le exigí empujándolo.
—¿Por qué? —preguntó Jack cruzando sus brazos.
—Porque no quiero que me vuelvas a tocar —dije con fuerza.
—Está bien... —soltó un suspiro—, pero como está la situación con tu "esposo" —hizo unas comillas con sus dedos—. Algo me dice que nadie te tocará por un muy buen tiempo.
—Eso no te debe importar.
—Me parece, Emily, que eres demasiado desagradecida conmigo —Jack empezó a negar con la cabeza—, prácticamente salvé tu trasero de pagar quince años de cárcel por la muerte de tu hija sin mencionar las veces que he evitado que llegue la policía en varios de los espectáculos de balas que armabas con tu esposo, así que merezco siquiera un reconocimiento —dijo sacando un cigarrillo del bolsillo de su pantalón.
—Cada una de esas cosas te las pague económicamente, mi esposo y yo aseguramos tu vida, así que no, no soy desagradecida, solo quiero que te alejes de mí y ya...
—Que me aleje de ti... —susurró analizando mis palabras—, sabes, ese es el problema de personas como tú —se acercó otra vez—. Creen que no lo necesitan a uno hasta que meten la pata.
—Solo quiero ser feliz con mi familia, solo eso —dije alejándome de él.
—Aprende algo —me sopló el humo de cigarrillo a la cara—. Las personas que se dedican a lo que se dedica tu esposo nunca serán felices.
—Ese es mi problema —abrí la puerta del auto y entre a toda velocidad—. Gracias por todo, pero necesito que desaparezcas de mi vida.
Arranco el auto apenas dándole tiempo para retroceder y avanzo por el parqueadero hasta llegar a la autopista, cuando llego a casa de los Harris Elizabeth sale corriendo para abrazarme, su abrazo es cálido y reconfortante, lucho por no llorar mientras siento sus brazos al rededor de mi cuello, me separo de ella, agarró su mano y caminamos adentro.
Mientras alimento a Ethan veo como la señora Aura empaca cosas para Dean, lleva fotos de él y de James y varios vídeos junto con su ropa, también encontró varias fotos de nosotros dos en su teléfono y la envió a impresión para mostrárselas.
—¿Cree que funcione? —pregunté mirando el álbum.
—Espero que funcione —dijo ella con algo de estrés en su voz—. Porque si no lo hace volveré a golpear su cabeza una y otra vez hasta que te recuerde a ti y a mis nietos.
—¿Y que le diré a Eli cuando me pregunte por su papá? —alejé el tetero de la pequeña boca de mi bebé.
—Estaba pensando que la niña debería quedarse acá con nosotros junto con el bebé y que tu te quedes a solas con él en su casa —dijo ella sentándose a mi lado—. Que le muestres como era su vida, su rutina, las fotos de su boda y cosas así...
—Pero no me quiero alejar más de ellos dos y menos si... Ana y Meiling ya no van a estar acá.
—Lo sé pequeña —me sigue con la mirada mientras yo me levanto y acomodo al bebé en medio de dos almohadas—. Pero no quiero que Elizabeth sufra porque su padre no lo recuerda y mi mini Dean va a pedir que él lo cargue como lo hace casi siempre y sé que mi hijo no lo querrá hacer.
Me quedo en completo silencio, ella tiene razón, por mucho que me duela debo dejar a mis hijos a un lado para cuidar que Dean nos recuerde.
—Obviamente los vendrás a ver todos los días y compartirás con ellos un tiempo pero necesito que te enfoques en tu matrimonio.
—Está bien –dije suspirando.
En toda la semana no pude ver a Dean, según me contó James y la señora Aura está bien en cuanto a salud pero aún no logra recordarme, ya hoy le van a dar salida y yo iré con ellos a buscarlo, mientras voy en el auto me siento demasiado nerviosa, no sé como va a reaccionar Dean a verme de nuevo y si aceptará irse conmigo, espero en el auto mientras ellos se acercan y apenas Dean me ve frena en seco.
—¿Qué hace ella acá? —preguntó mientras comenzaba a caminar de nuevo.
—Te irás con ella por un tiempo —dijo James firmemente.
—¿A dónde? —pregunto Dean confundido.
—A su casa —le contestó James abriendo la puerta del auto para que entre.
—Querrás decir a mi casa —lo corrigió Dean subiendo de mala gana.
—No, a nuestra casa —dije mirándolo fijamente.
—No me hables así.
—No seas grosero —lo regañó su madre—, y si, es su casa —dando énfasis en la palabra "su".
Cuando llegamos Dean mira completamente sorprendido el lugar.
—No me gustan las casas tan grandes —agarró su bolso antes de que yo lo hiciera.
—Tu fuiste el que la mando a construir —dije caminando detrás de él.
En el momento en que entramos Dean no deja de mirar todo el lugar, las fotos familiares, las fotos de nuestra boda, todo lo mira con curiosidad y confusión.
—¿Quienes son estos niños? —preguntó con curiosidad.
—Nuestros hijos —dije colocándome a su lado.
—¿Nuestros? —preguntó algo asustado—, no, eso no puede ser —empezó a negar con la cabeza mientras se reía—, yo te prometí a ti que nunca tendría hijos —señaló a James.
—Pero te enamoraste —dijo James con cierta burla, la cara de Dean se puso completamente seria.
Sigue caminando y sube al segundo piso mientras nosotros caminamos detrás de él, entra a nuestra habitación, se arroja a la cama y cierra los ojos, comienza a brincar sobre la cama y después nos mira.
—Este sonido se me hace conocido —dijo sorprendido.
—No necesitó saber que hacían ustedes dos en esa cama para que él recuerde ese sonido —me susurró James.
Le doy un suave golpe en el hombro y entro a la habitación, tomo nuestro álbum de fotos y tomo asiento junto a Dean, veo de reojo como James y su madre se alejan y el sonido de la puerta cerrándose nos hace brincar un poco, el ambiente estaba tenso, demasiado para mi gusto.
—¿Qué es eso? —preguntó mirando el álbum.
—Las fotos de nuestra boda —dije colocándolo sobre sus piernas.
Agarro el álbum de mala gana y comenzó a pasar las páginas.
—¿Hace cuanto fue esto? —preguntó sin quitar sus ojos de las fotos.
—Hace unos ocho años, casi nueve.
—Si que te envejeciste rápido —dijo negando con la cabeza.
—Eso fue muy insensible —lo miré de mala manera.
Pero no me respondió, solo se dedica a pasar las páginas sin ningún interés, me lo entrega y se vuelve a colocar de pie caminando de un lado al otro, se acerca al balcón y se asoma.
—Supongo que por esto me gustó la casa —dijo admirando todo—. Tiene una hermosa vista.
—Dean yo... quisiera contarte todo desde el principio, desde que nos conocimos, tal vez eso ayude.
—Bien —lo veo sentarse en el sofá que está en el balcón.
Me siento a su lado y comienzo a contarle todo, absolutamente todo, Dean escucha atentamente, abre los ojos en algunos momentos y suspira en otros, no hace preguntas ni cuestiona nada de lo que yo digo, cuando termino el se queda en silencio un tiempo y después habla.
—Creo que ya recuerdo algo de ti... pero lo que yo recuerdo no es como te lo dije.
—¿Qué? ¿entonces?
—Tengo un leve recuerdo de ti con ese maldito de Marco pero por supuesto que no me gustaste.
Trague saliva.
—Eras una niña sin curvas, sin ningún tipo de malicia y que andaba detrás de un tipo sin ningún tipo de gracia ¿Cómo pude mentirte así?
—Es... ¿es enserio? —pregunté confundida.
—¡Ya se para que arme todo ese numerito! —exclamó aplaudiendo—. Recuerdo tener una conversación con él y que él me dijo que tú eras lo más importante para su vida y dije que sería interesante conquistarte, pero más nada.
—Okay, ahora debes pedir perdón por ser tan cruel —dije mirándolo fijamente con los ojos abiertos.
—No tengo ningún interés en pedirte perdón —dijo mirándome fijamente—. Y si es cierto que estamos casados créeme que no tengo ningún interés de seguir contigo...