capitulo 10

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—¿Cómo así que se escapó? —preguntó completamente serio—, ¿El abuelo lo sabe? —colocó su mano sobre el marco de la puerta y apretándola con rabia.

—No lo sé, Meiling fue la que me aviso que se fue por la puerta de la cocina y no ha vuelto.

Dean comienza a retorcer los labios, es obvio que está molesto y frustrado.

—Esto no se quedará así ¿Ella en serio cree que se logrará esconder de mí?

—¡Papi! —Gritó Anastasia sacándolo de su estado de rabia—. ¡Eli me está arrojando mocos!

No puedo evitar reír y él se relaja solo un poco.

—¡No es cierto! ¡Mis mocos no son tan grandes! —gritó Elizabeth.

Dean sale de la habitación e inmediatamente las niñas comienzan a discutir, yo por mi parte enciendo el televisor mientras como mis manzanas, en la tarde las niñas salen a jugar con una pelota con Irina y James, aún no tenemos noticias de Marta y el abuelo se niega a hablar del tema, Dean y yo nos encontramos en la habitación ya que él quiere descansar un poco, bañarse y afeitarse bien, cuando termina ya son las seis de la tarde y pronto nos llamarán para cenar, comenzamos a empacar toda mi ropa y cuando bajamos para cenar todos ya están en la mesa incluyendo el abuelo.

—¿Cómo sigues, Emily? —preguntó mirándome.

—Ya un poco mejor, aunque no estoy tranquila —respondí tomando un sorbo de mi jugo.

—¿Dónde está Marta? —pregunto el señor Adrian.

—¿No está en su habitación? —preguntó el abuelo con las cejas levantadas.

—No, no lo está —le contestó Meiling.

—No tengo idea de donde está —dijo el anciano concentrándose en su comida.

—Eres malo mintiendo —habló Dean.

—No estoy mintiendo —le replicó el abuelo algo serio.

—Mentir es malo, abuelo —dijo Anastasia completamente inocente.

—Lo sé pequeña —le contestó el abuelo sonriendo—. Yo no estoy diciendo mentiras.

—Tenemos que buscarla cuanto antes —ordenó mi suegro.

—¿Siquiera hablaste con ella del problema que causó? —preguntó James con algo de fastidio.

El abuelo no responde, sigue comiendo como si nada y cuando terminamos Dean manda a las niñas a dormir junto con Meiling.

—Ahora si me dirás donde está, abuelo —dijo mi suegro mirándolo fijamente.

—No te diré dónde está mi hija porque ella no fue la que dijo dónde estábamos a esas personas —dijo el anciano tranquilamente.

—¿No? ¿Entonces quién fue? —preguntó James mas molesto aún.

Él es el que está más molesto con la situación ya que Irina aún no está lista para defenderse ante tantas personas.

—Su hija —dijo el abuelo completamente serio—. Su hija fue la que les dijo dónde estábamos.

—¡¿Qué?! —preguntaron Dean y el señor Adrián al tiempo—, ¿Cómo lo sabes? —preguntó Dean.

—Cuando los hombres se fueron Marta no estaba, fui a su habitación y revisé su teléfono... la muy tonta lo tiene sin seguridad y aparte de eso lo dejó en su cuarto, vi que le enviaba mensajes a su hija diciéndole donde estábamos esperando que ella viniera de visita pero vinieron ellos.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora