capitulo 47

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El entierro de mi pequeña y de Meiling fue mas deprimente y triste de lo que pensé, nadie fue capaz de abrir los ataúdes, era una imagen que ninguno quería tener en su mente, no dejé de llorar ni un segundo y al momento de decirles adiós por ultima vez fue peor, tengo que arrojarme al suelo ya que mi cuerpo no podía soportarlo mas, el cansancio, el no dormir y la ausencia de comida le pasaron factura a mi ya adolorido cuerpo, James intenta ayudarme a levantarme también con lagrimas en sus ojos pero le es imposible, tampoco tiene fuerzas, el señor Adrian no está por ningún lado y ninguna de las personas que están ahí hacen preguntas o comentan nada, unos cuantos reporteros aparecen pero rápidamente la policía los aleja, cuando los ataúdes están enterrados por completo y mientras los sepultureros colocan el césped falso y marcan los sitios de las lapidas yo sigo en el suelo llorando, James y la señora Aura están en una banca que está justo en frente de la tumba intentando controlarse, Jack está apoyado a un árbol fumando un cigarrillo y el resto de policías solo guardan silencio, cuando Jack termina su cigarrillo lo arroja al suelo y lo pisa.

—Listo, nos vamos —ordenó caminando hacia nosotros—, levántate, hora de irnos —se colocó frente a mí.

—Cinco minutos más... —pedí apenas con fuerza.

—No —dijo el completamente serio—, levántate , o yo mismo lo haré y eso no te gustará—me advirtió con algo de rabia.

A las malas me levanto y coloco con cuidado una ultima flor sobre el césped, camino junto con James y la señora Aura hasta la patrulla y entramos a las malas, cuando llegamos a la estación de policía los abogados están afuera, entramos junto con ellos y en la puerta de la recepción nos detuvieron.

—Pueden quitarle las esposas a nuestros clientes —pidió uno de los abogados a Jack mientras le entrega un papel.

Este lo recibe de mala gana y comienza a leerlo, levanta la mirada y me ve, después mira al abogado y se lo devuelve.

—Quítenles las esposas a los tres —dijo con algo de rabia.

Los policías inmediatamente lo hacen y cuando se retiran Jack nos mira y se nos acerca.

—Ustedes si que tienen suerte de tener todo ese dinero —nos susurró—. Ahora váyanse de acá.

Inmediatamente acompañamos a los abogados hacia su auto y ellos se ofrecen a llevarnos para ver a Dean y a Irina, cuando llegamos al hospital a James le permitieron verla y yo inmediatamente entro a ver a mi esposo, está en un cuarto completamente aislado, tiene varios golpes en la cara y su cabeza está totalmente vendada, las lagrimas comienzan a salir inmediatamente apenas me acerco a él, agarro su mano con fuerza y lo abrazó como puedo.

—Cariño... —dije suavemente—. Cariño por favor despierta... te necesito mi amor... por favor despierta....

Pero nada, no hubo respuesta ni un movimiento ni nada.

—Dean... —dije con mas fuerza levantando la cabeza para mirarlo—, se nos fue Dean... nuestro pequeño angelito se nos fue... —mas lagrimas brotan de mis ojos y yo no puedo controlarlo—, por favor no te vayas tu también... porque si tu te vas de mi lado yo... yo no se que voy a hacer —dije agachando la cabeza otra vez.

Acerco una silla y me coloco a su lado, agarro su mano y recuesto mi cabeza sobre su fuerte y marcado estomago, cierro mis ojos y me quedo ahí sintiendo su suave respiración.

Cuando me despierto ya es de tarde pero mi esposo no muestra ningún cambio, salgo un momento de la habitación y llego al sitio de espera donde se encuentra la señora Aura durmiendo sobre el hombro de James quien también está completamente dormido, me siento a su lado y trato de descansar junto con ellos, en ese momento un doctor aparece y revisa una planilla.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora