capitulo 34

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—¡Esto no debió suceder! —grité con frustración.

Siento que algo rodea mi brazo y de repente tengo dos brazos cubriendo mi cuerpo y un fuerte pecho contra mi rostro, Jack me está abrazando, eso solo provoca que mis ganas de llorar vuelvan con más fuerza, cuando logro calmarme me separo lentamente de él y lo miro mientras me limpio las lágrimas.

—Tenemos que ir a mi casa, necesito armas...

Jack solo sonríe de lado y salimos de la casa, cierro la puerta y comenzamos a caminar hacia la calle.

—Por cierto ¿Quién es el tipo que estaba con ella? —me preguntó mientras caminamos hacia el parque donde está la camioneta.

—¿Investigaste las amistades de Dean? —pregunté esperando que el semáforo cambie.

—Sí.

—¿Viste el nombre John Walker?

—Sí.

—Ese tipo es su padre.

—¿Y por qué se unió a tu hermana para esto? —preguntó Jack algo confundido.

—Porque —empecé a jugar con mis dedos mientras cruzábamos—. Su hijo se obsesiono conmigo y un amigo tuvo que encargarse de él...

—¿Lo mató?

Yo solo asentí con la cabeza.

—No lo culpo...

—¿Qué cosa? —pregunté mientras abro la puerta del auto.

—¡Mami! —Gritaron las niñas abrazándome—, nuestro hermanito está sonriendo mira —dijo Ana jalándome al interior del auto.

Meiling me entrega al bebé y es como un golpe de realidad para mí, no puedo dejar a mi bebé sin su padre, efectivamente, está sonriendo.

—Te amo pequeño —dije dándole un beso en la frente—, yo los protegeré ¿Está bien? —atraigo a las niñas hacia mi cuerpo para darles un abrazo.

—¿A dónde iremos? —preguntó Meiling sentándose en el asiento del copiloto mientras Jack enciende el auto.

—Ustedes irán a un hotel —dijo Jack—. Emily y yo tenemos que hacer algo.

—Está bien —respondió Meiling algo agotada.

Cuando llegamos al hotel más alejado de la ciudad las registre, entramos a la habitación y mientras las niñas se duchan yo hablo con Meiling, le cuento todo lo que pasó y las personas que están involucradas, al principio se sorprende pero después de sacar conclusiones entendimos porque está pasando todo, cuando las niñas salieron Meiling las ayuda a secarles el cabello y yo salgo de la habitación un momento con el bebé ya que está a punto de quedarse dormido.

—Mi pequeño Ethan... —murmuré con lágrimas en mis ojos—, mami tiene que irse... debo devolverle a tu padre todo lo bueno que ha hecho por mí y salvarlo por primera vez —me limpié las lágrimas—. Pero prometo que volveré con papá y te haremos el niño más feliz de la historia... esta será la primera y última vez que me alejaré de ti, te lo prometo...

Entro a la habitación y ya las niñas se encuentran acostadas, Meiling había preparado una cuna improvisada con almohadas en una de las camas y ahí acuesto a Ethan, me acerco a la cama de las niñas y me siento frente a ellas.

—Niñas... tengo que ir a hacer algo importante... una favor para su padre que él no puede hacer.

—¿Tardarás mucho? —preguntó Ana.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora