capitulo 15

4.1K 333 15
                                    

Y esperamos casi una hora, cuando nos dieron la autorización de salir y cruzamos la puerta el mismo hombre de traje esta en la entrada fumándose un cigarrillo, levanto la mirada con el ceño fruncido y prácticamente nos siguió con la mirada, los autos ya están afuera así que solo fue subirnos e inmediatamente me aseguro el cinturón Dean arranca.

—No me gustó como te miro ese tipo —dijo completamente serio.

—¿Me miró? —pregunté confundida.

—Si, te miró a ti.

—No, miró a la familia —dije tratando de calmarlo—. No te estreses por eso, de todas formas no volveremos a saber de él.

Dean respira profundo y después se da la vuelta para verme, admiro como poco a poco se tranquiliza y sin más sigue conduciendo, yo por mi parte, en mi interior ruego para que efectivamente esa haya sido la última vez que pasaremos por algo así.

Después de una hora y media de trayecto las niñas están completamente dormidas, el llorar y esperar las dejaron agotadas, Dean conduce lento y yo trato de no estresarme, él se ve demasiado tenso y después de salir del interrogatorio la familia está de demasiado mal humor.

—¿Qué sucedió allá adentro? —pregunté algo inquieta.

Dean gira su cabeza para mirarme un momento y después suelta un suspiro.

—No creían mi coartada, insistían en que yo la asesine, que si yo no fui entonces se quien fue, que estaba demasiado tranquilo a pesar de que se me había muerto un familiar y que... que si yo era culpable buscarían la forma de quitarnos a las niñas.

—¡¿Qué?! ¿Por qué? —pregunté algo asustada.

—Porque según ellos si yo hice algo al ser tu mi esposa también lo sabrías.

—Pues yo me siento tranquila, sé que ninguno lo hizo pero esta situación igualmente es demasiado incomoda, aunque también sé que pasó algo más y no me quieres decir.

—¿Por qué lo dices? —preguntó mirándome con una ceja levantada.

—Porque tu cuerpo está tan tenso que si te golpeo con una roca esta se partiría.

Y después de casi dos horas de trayecto lo escuche reír.

—Cuando saliste del interrogatorio ese idiota que estaba afuera dijo algo sobre ti que no me gustó, y ver como te miró cuando saliste hizo que me colocara peor.

—¿Y que dijo?

Dean lo piensa dos veces antes de hablar.

—Que eras hermosa y que le provocaba meterme a la cárcel para que nos separáramos.

Yo solté inmediatamente la risa.

—Primero que todo cariño, tú podrías estar tres metros bajo tierra que de igual forma no te dejaría de amar, y segundo —agarre su mano sobre el freno de mano—. Olvida lo que dijo y olvídate de él, porque vamos a comenzar una nueva vida y sé que nada ni nadie nos separará.

Veo como su cuerpo poco a poco se relaja nuevamente y esa sonrisa burlona se pinta en su rostro de nuevo, noto que el auto comienza a dar la vuelta entrando a un desvió sin pavimento, después de quince minutos de recorrido una enorme y bella casa rustica con un pequeño lago al frente, una hermosa terraza y una enorme puerta de entrada adornada con rosas de diferentes colores aparece en mi visión, las niñas al sentir el auto detenerse abren los ojos y apenas ven la casa nueva comienzan a gritar emocionadas y se apresuran en salir del auto.

—¿Te gusta la nueva casa? —preguntó mi esposo agarrando mi mano.

—¡Si! —le respondí tratando de abrazarlo pero es algo incómodo dentro del auto.

—Vamos cariño, para que la veas por dentro —dijo un poco emocionado mientras abría la puerta del auto.

Hago los mismo y bajo prácticamente corriendo junto con él, todos conocen la casa menos Meiling, Irina y yo, caminamos hacia la entrada donde el olor a rosas choca contra mi nariz y es un completo deleite, Dean abre la puerta dejando ver el interior de la casa, por fuera parece rustica pero por dentro es algo completamente diferente, está pintada de blanco hueso y gris, los muebles son casi del mismo color de las paredes y los cojines combinan a la perfección, un enorme televisor, una biblioteca al fondo, una despensa de licores en una esquina y una gigantesca lámpara de cristales en forma de gotas cuelga del techo, una escalera en todo el frente de la entrada y al otro lado está el comedor, un enorme comedor para toda la familia perfectamente decorado, muy lentamente entramos recorriendo la sala por completo y las niñas por su parte se arrojaron al sofá.

—¡Es cómodo! —exclamaron las dos niñas al tiempo.

Dean agarra mi mano y me ayuda a subir las escaleras, llegamos a la primera puerta al lado de la escalera y cuando la abre supe que es nuestra habitación.

—No quise deshacerme de ninguno de los muebles —dijo él con una sonrisa tonta.

—Hiciste lo correcto —dije apretándome más a su cuerpo.

—Vamos, a conocer el cuarto del bebé —me da un rápido beso en los labios.

Caminamos hacia la puerta de al lado y cuando la abre quedo encantada, el cuarto está pintado de blanco con dorado, la cuna es enorme y parecida a las que tenían las niñas pero esta tiene las gavetas debajo, casi todo es parecido al cuarto de las niñas excepto que no hay nada que distinga si será niño o niña.

—Esto es muy hermoso —murmuré caminando al interior de la habitación.

—Estoy esperando que me digas si será niño o niña, si es niña colocaré una enorme corona dorada ahí —señaló la pared completamente blanca sobre la cuna—. Y si es niño colocaré un vinilo de una motocicleta.

—Está bien —lo abracé y lo volví a besar, pero ahora lento, apasionado, Dean coloca sus manos en mis nalgas haciéndome gemir.

—En definitiva hacer el amor contigo es lo que más extraño —dijo chocando su frente contra la mía.

—Ya te prometí que apenas el niño nazca y yo me recupere del todo lo compensaré—dije robándole un rápido beso.

Un grito se escucha y los dos salimos a ver que era, cuando llegamos al corredor la puerta que está en todo el frente de nuestro cuarto se encuentra abierta, las niñas habían encontrado su habitación, cuando entramos quedo fascinada, es todo un cuarto de princesas, juguetes, artefactos de pintura y libros de cuentos adornan toda la habitación, las dos camas son más grandes de las que tenían antes y sobre cada cama estaban los nombres de las niñas en dorado decorando el edredón color rosa.

Todos nos reunimos en el comedor a hablar de lo que pasó, cada uno contó como los habían interrogado y después hablamos del abuelo, no nos dirigió la palabra en todo el tiempo que estuvimos ahí y eso me hizo sentir mal, si él sigue con esa actitud se perderá el nacimiento de su nieto y es algo que no quiero, dado que la casa es enorme cada uno tiene su habitación incluyendo a Meiling, todos nos colocamos ropa más cómoda y mientras yo decido acostarme para descansar un poco las niñas junto con Meiling, mi suegra e Irina fueron a cocinar, por su parte los hombres se encerraron en la oficina, tienen negocios que solucionar ya que el otro cartel les quita clientes poco a poco y ahora con lo de Marta las cosas se han complicado, muy pocos saben que la mujer asesinada es de la familia y los que lo saben comenzaron a dudar de como manejan los Harris la seguridad según lo que me contó Dean, mientras veo una película en el televisor poco a poco el cuerpo cedió hasta quedarme completamente dormida.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora