capitulo 25

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—En serio estoy sorprendido...

—¿De qué? —pregunté algo confundida.

—Estuviste un mes hospitalizada, tuviste un hijo y lo vas a bautizar... y tu esposo ni siquiera ha aparecido.

Auch, eso dolió.

—No quiero hablar de eso...

—Y te entiendo... pero me parece que él no está siendo un buen esposo.

—Ya te dije que no quiero hablar de eso —le dije ahora fastidiada.

—Bien —abrió la puerta—. Pero deberías pensar mejor lo que haces... ¿Valdrá la pena que te alejen de tus hijos por cubrir a tu esposo?

—¿A qué te refieres con eso? —pregunté ahora asustada.

—Lo siento, pensé que no querías hablar de eso.

—¡Imbécil! —grité mientras veo como el cierra la puerta.

¡¿A qué rayos se estaba refiriendo?! La puerta vuelve a ser tocada y yo de forma malgeniada dije "pase", un hombre uniformado junto con el vigilante y Jack aparecen, pero el hombre uniformado lleva un enorme ramo de rosas en sus manos, inmediatamente me emociono, mientras firmo el recibido Jack me mira con la ceja levantada, recibo las rosas y en seguida agarró la nota.

"Felicidades por el tercero, hermanita, disfrútalo mientras estas viva"

En seguida mi mente se alarma, intento arrancar la nota pero siento como un hilo se rompe, miró el ramo y veo como un líquido se derrama sobre los tallos e inmediatamente lo arrojo al suelo, todos en seguida se colocan en alerta, de repente el ramo en el suelo comienza a disolverse casi como si estuviera quemándose, miro impactada las rosas y de repente doy la vuelva al escuchar la puerta, el repartidor se había ido, el vigilante del hospital sale corriendo detrás de él mientras habla por el radio, Jack se acerca a lo poco que queda del ramo y se agacha.

—Ácido... ¿Qué dice la nota? —preguntó volteándose y acercándose a mí.

Rápidamente se la entrego y él la comienza a leer.

—Esto es grave —dijo caminando con la nota en la mano de un lado al otro—. Demasiado grave.

—Esto no está bien ¿Cómo rayos lo supo? —pregunté asustada.

—No lo sé, pero esto no se quedará así.

—Irina... ¡¿Dónde está Irina?! —grité mirándolo.

Jack enseguida entendió ya que sale corriendo, después de cerrarse la puerta saco mi teléfono e intento comunicarme con ella pero suena apagado.

—¡Rayos! —grité frustrada después del cuarto intento.

Después de diez llamadas me doy por vencida, Jack tampoco aparece y siento mucho movimiento afuera, intento bajarme de la camilla para saber que sucede y cuando empiezo a caminar Jack aparece.

—¡No te muevas! —gritó prácticamente jalándome a la cama otra vez.

—¡¿Qué sucede?!

—El tipo, el repartidor tiene un arma —dijo sacando una pistola de su parte trasera—. Le ha disparado a dos vigilantes.

—¡¿Y Irina?!

—¡Ella está bien! ¡Cálmate! Estaba hablando con el cura en recepción.

—¡La estúpida no contesta! —grité frustrada.

—Lo siento, estaba tan ocupado cuidando que ese tipo no me disparara que se me olvidó hablar con tu amiga —dijo Jack colocándole seguro a la puerta.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora