capitulo 41

3.6K 321 16
                                    

Camino hacia el auto donde está Dean y subo al asiento del conductor.

—¿Estas listo para ver a nuestro bebé? —le pregunté con una sonrisa llena de emoción.

Dean no alcanza a contestarme, Mariana aparece cruzando el parqueadero y gritando el nombre de Dean una y otra vez.

—Más te vale que conduzcas, cariño —prácticamente me ordenó Dean mientras le coloca el seguro a las puertas.

ni siquiera respondo, enciendo el auto y arranco lo más rápido posible, cuando la pierdo de vista reduzco la velocidad y respiro un poco más tranquila.

—Esa maldita está loca —murmuró Dean con rabia.

—Loca es poco —empecé a reír un poco.

Cuando llegamos al hotel donde están las niñas, mi bebé y Meiling veo que Dean está algo nervioso.

—¿Qué sucede cariño? —pregunté dándome la vuelta para mirarlo.

—Voy a ver a mi hijo después de meses, siento como si apenas hubiera nacido ayer...

—¿A quién crees que se parecerá? —le pregunté estirando mi mano para agarrar la suya.

—Quiero que se parezca a ti...

—¿A mí? —lo miré un poco confundida.

—Sí, a ti, las niñas son físicamente una copia exacta de mí y... quiero que Ethan continúe con el atractivo de su mamá...

—Me vas a hacer llorar —dije con una sonrisa—. ¿Y si no se parece a mí?

—Pues entonces tendremos otro, y si también se parece a mi tendremos otro, pero quiero —se acercó a mi con cuidado—. Que nuestro pequeño hijo tenga esos hermosos ojos en los que me pierdo casi todo el tiempo y esos labios que me vuelven loco cada vez que los tengo al frente.

prácticamente me abalanzo sobre él para besarlo, tengo cuidado de no lastimarlo pero después de un tiempo tenemos que separarnos porque no soy consiente de que tanto podríamos contenernos, salimos del auto y mientras subimos al ascensor Dean no deja de moverse y de dar brincos, agarro su mano con fuerza para tratar de tranquilizarlo y al parecer funciona, cuando la puerta del ascensor se abre siento como su mano se coloca fría, caminamos hasta la puerta de la habitación pero antes de entrar me detengo y lo miro.

—¿Listo? —susurré mientras saco la tarjeta de mi bolso.

Dean solo asiente nervioso mientras traga saliva.

Entramos a la habitación y visualizo a Meiling junto con las niñas leyendo un libro, Dean está detrás de mí y puedo sentir su pesada respiración sobre mi cabeza.

—¡Papi! —gritaron las niñas al mismo tiempo mientras corren a abrazarlo.

—¡Mis princesas! —gritó Dean agachándose muy despacio para recibirlas.

—Te extrañamos mucho —dijo Eli—. ¿Te volverás a ir?

—No mi pequeña —le contestó Dean acomodando el cabello de Elizabeth detrás de la oreja—. Ahora nada podrá separarnos.

—¡Yupi! —gritaron los dos al tiempo abrazándolo con fuerza, veo que hace un gesto de dolor pero actúa como si nada.

Un suave llanto baña la habitación y todos inmediatamente nos damos la vuelta.

—Las niñas con sus gritos lo despertaron —dijo Meiling mientras levanta a Ethan de la cama.

Dean suelta a las niñas y se levanta para ver a su bebé, empieza a caminar aunque para ser sincera parece como si estuviera florando, Meiling le entrega cuidadosamente a Ethan y él lo sostiene, con suavidad comienza a acariciar su nariz con su dedo y no puede dejar de sonreír, lentamente me acerco a mi esposo y limpio sus lagrimas, las cuales se resbalan por las comisuras de su sonrisa.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora