capitulo 53

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Dean no apareció en toda la noche y todo el día, James me ayudó a buscarlo por la ciudad pero fue imposible, cuando volvemos a la casa espero ver el auto pero no es así, James y yo nos sentamos en el balcón a hablar de la llamada.

—¿Si lo reemplazarán? —pregunté sirviéndole a James un vaso de limonada.

—Es lo mas probable —me recibió el vaso—. Mentalmente Dean no es apto para estar a cargo de un cartel.

—O sea que tu lo terminarías reemplazando —tomé asiento a su lado.

—Soy una opción...

—¿Opción?

—La hija de Marta es la otra opción...

—¡¿Qué?!

—No te preocupes, ellos nunca permitirían que una mujer tomara el mando aparte ella no tiene ningún entrenamiento.

—Eso espero —dije algo nerviosa.

Vemos el atardecer hablando de como podemos ayudar a Dean, cuando el sol se esconde escuchamos el auto acercándose y al momento de asomarnos vemos a Dean bajar, al menos está sobrio, James baja pero yo me quedo, me estoy quedando sin ideas para hacer que Dean me recuerde, después de un rato James aparece y me mira.

—Quiere verte.

Me levanto y camino con intención de ir a la sala pero ya Dean está en la habitación, James camina hacia la salida y cierra la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunté con algo de cautela.

—Ya no quiero estar contigo...

Freno en seco.

—Me estoy forzando a mi mismo a sentir algo que no encuentro en mi interior y ya no quiero eso.

—Dean no me digas eso...

—No te amo Emily, no logro enamorarme del todo de ti —se acercó a mi y me agarró de los hombros con suavidad—. He escuchado de todas las personas que conozco decir cosas maravillosas de los dos y buscó en mí eso que tanto me hizo amarte pero no lo siento, no encuentro nada de amor por ti y en parte me duele...

—Dean por favor...

—No logro enamorarme de ti de la forma en la que todos me dicen, todos dicen que me enamoré de ti desde el primer día y que hasta el día que pasó lo que pasó estaba loco por ti pero... no lo siento.

—Dame una oportunidad —dije rodeando su cuello con mis brazos—. Por favor...

—No —alejó mis brazos de su cuerpo—. Necesito prepararme para que no me quiten el negocio y no puedo hacerlo contigo encima mío todo el tiempo...

—Si necesitas espacio y tiempo dímelo, yo te esperaré todo el tiempo que necesites, por favor no me dejes.

—No quiero que me esperes.

Espero a que diga que es mentira, que no es cierto pero simplemente no dice nada, se aleja de mí poco a poco y después sale de la habitación, me arrojo a la cama con lagrimas en los ojos, nunca pensé en esto, nunca pensé en la posibilidad de separarme de Dean, ese hombre se volvió mi mundo y ahora... ahora corro el riesgo de quedarme sin nada y me aterra la posibilidad de quedarme sin una de las personas que más he amado en la vida otra vez.

El resto de la semana fue horrible, Dean y yo solo discutíamos y nos ignorábamos mutuamente, cada vez que intentaba acercarme a él simplemente me alejaba con una mala actitud o una grosería, pero no me rendiría, me preocupaba por hacer el desayuno, el almuerzo y la cena de Dean pero nunca comía, en una de las discusiones me gritó diciendo que era una horrible cocinera, aun así le seguí cocinando, nunca se quedaba a dormir en las noches, lo volvía a ver hasta la madrugada del día siguiente.

El domingo está mas estresado que nunca, camina por toda la casa murmurando algo que no entiendo, a medio día llegaron mis suegros completamente serios, no entienden quien le había contado a los jefes lo que había pasado y eso se había convertido en un problema, están perdiendo respeto por la competencia y eso no les conviene, cuando llegan los jefes todo se vuelve mas tenso, son cuatro jefes, antes eran cinco pero no están el padre de Jhon por obvias razones y el padre de Mark quien se le fue imposible venir, los nuevos jefes del cartel son el padre de Dean, el señor Kan, un hombre con rasgos asiáticos, el señor Will, un hombre mayor algo canoso, y el señor Albert, es relativamente joven pero tiene mucho conocimiento, los hombres entran junto con Dean a la oficina y el resto de nosotros nos quedamos afuera, yo no dejo de caminar por todo el pasillo al igual que la señora Aura mientras que James no deja de jugar con sus dedos, después de dos horas las puertas se abren, es mi suegro.

—Emily —me llamó mirándome—. Ellos quieren hablar contigo.

Todos me miran algo asustados y yo tengo que tomar mucho aire para caminar, cuando entro a la oficina los cuatro hombres están sentados uno al lado del otro y Dean está frente a ellos en otra silla, al lado de él hay otra así que supongo que es la mía.

—Emily —dijo el señor Albert—. El señor Harris nos manifestó algo que ha estado sucediendo entre ustedes en estos días.

Yo solo asentí con la cabeza, estar con estos hombres me intimidaba.

—Él le manifestó interés en terminar su matrimonio ¿Cierto?

Yo vuelvo a asentir.

—Señor Harris ¿Está seguro de que no le interesa seguir con su matrimonio? —preguntó el señor Kan.

—No la amo, no creo que eso cambie —habló Dean de manera indiferente.

—Dean no...

Pero soy interrumpida por el señor Albert.

—No tiene permiso de hablar, señora.

Bajo la mirada en seguida, mientras Dean explica los motivos recuerdo las palabras de Jhon:

"Una chica es alguien con quien te diviertes y juegas un rato si sabes a lo que me refiero, una novia en los carteles significa algo como esposa pero sin haberse casado, se vuelve una chica respetada y si su novio la llega a engañar pues, la chica será expulsada.

¿Por qué?

—Significa que no hizo bien su trabajo como esposa, los hombres de cada cartel son personas muy fieles a sus parejas ya que no es una elección fácil, pero cuando esto pasa y la chica resulta ser lo que él no quiere se busca la manera de expulsarla ya que abiertamente no puede, lo haría un patán.

—O sea ¿Es patán dejarla abiertamente pero no engañarla? Eso es un poco contraproducente.

—Estamos regidos por viejas reglas impuestas por hombres y mujeres, por si no lo recuerdas en una época muy antigua si un hombre engañaba a su mujer, era culpa de la mujer, y si una mujer engañaba a un hombre, era culpa de la mujer"

Dean está tratando de expulsarme, está tratando de sacarme de todo lo que tenga que ver con el cartel.

—¿Entonces ya no es feliz con su esposa? —alcanzo a escuchar.

—No —respondió Dean sin dudar.

—Déjenos a solas, meditaremos lo que nos contó el señor Harris y tomaremos una decisión acerca usted —dijo el señor Albert mirándome fijamente.

Esto no pinta nada bien...

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora