Capitulo 52

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Me gustaría decir que a la mañana siguiente todo mejoró pero no fue así, cuando desperté ya no estaba en la cama, baje a la cocina pero tampoco estaba ahí, salí al balcón ya algo preocupada cuando lo vi, corriendo de un lado al otro con ropa deportiva, entre de nuevo a la casa y me dispuse a hacer desayuno, en el momento que Dean entra de nuevo a la casa apenas si me mira, sube a la habitación y vuelve a bajar a la media hora.

—Hola —lo saludé acercándole el plato.

Ni siquiera responde, mira el plato y después me mira.

—No tengo hambre —dijo secamente y dándose la vuelta.

—Pero acabas de hacer ejercicio —me acerqué un poco a él.

No responde nada y simplemente sale de la casa, camino detrás de Dean hasta la puerta y veo como enciende el auto y se aleja ¿A dónde diablos va?

Lo espero toda la mañana y después toda la tarde, a las ocho de la noche siento el ruido del auto pero decido no asomarme, la puerta se abre de un golpe y Dean entra, está obviamente ebrio, apenas si puede mantenerse en pie.

—¡Diablos! —exclamé levantándome de golpe al ver como vomita la alfombra, su alfombra favorita.

Lo sostengo antes de que caiga sobre su propio vomito y como puedo lo arrojo para sentarlo sobre el sofá.

—¿Cómo diablos pudiste manejar así? —le pregunté mientras le ayudo a quitarse los zapatos.

—Manejo mejor ebrio —balbuceo casi sin fuerza—. ¿Y por qué rayos me hablas así? —preguntó mirándome fijamente.

—Porque pudiste matarte —dije haciendo los zapatos a un lado y arrodillándome frente a él.

—Mo me han matado por ti...

Me quedo en silencio, eso fue un poco doloroso, no, muy doloroso.

—Será mejor que subas a darte una ducha —me coloque de pie.

—No me des ordenes —me musitó colocando sus manos sobre su rostro—. Solo mi madre puede darme ordenes...

—No te estoy dando una orden, te lo estoy sugiriendo, hueles a vomito mezclado con otras cosas —empecé a retirar la alfombra.

—Y si quiero dormir así ¿Qué? —preguntó siguiéndome con la mirada—, ¿Seguirías durmiendo conmigo así? —se escuchaba demasiado burlón.

—Si —dirigí mi mirada a él y se la sostuve—. Si lo haría...

Dean me mira con la ceja levantada, casi como si estuviera meditando mis palabras.

—Suena demasiado bueno para ser verdad —sonó completamente incrédulo.

—¿Por qué? ¿Bianca nunca lo hizo? —pregunté envolviendo la alfombra para levantarla.

Dean se queda en silencio.

—¿Conoces a Bianca? —ya no sonaba tan ebrio.

—Conocí a Bianca —le aclaré.

—La mataste también...

—Te estaba apuntando con un arma así que...

—¿A mí? —preguntó señalándose a si mismo—. No te creo, si esa chica babeaba por mí...

Lo miro, se que él no lo entiende, se que él no recuerda nada pero eso no es algo que precisamente quería escuchar así que decido no responder.

—¡Oye! —gritó el al ver que lo ignoré.

—¿Qué? —hablé de la manera mas tranquila que pude mientras jalaba la alfombra.

—¿Fui novio de Bianca? —preguntó colocándose de pie con dificultad.

fuertes lazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora